¿Fue Bolívar posmoderno?

Bolívar es el hombre del nuevo tiempo, pero su razón fue manchada por los
oligarcas cuando la convirtieron en tragedia.

La doctrina Bolivariana está dedicada seriamente a pensar en la concepción
del porvenir humano y se especializó para reaccionar frente al fracaso
latinoamericano ante cualquier imperio. De ahí, que todo aquel que pretenda
pensar como ella y continuarla tiene que adherirse profundamente a esta,
estudiándola y comprendiéndola, pues es necesario mediante riguroso
esfuerzo, mostrar las verdaderas facetas políticas y militares, que
construyó Bolívar para hacerse el pensador accionario mas potente y
representativo de la libertad, la unión, la justicia y la igualdad.

Su razón científica hizo prioridades con la política y mostró que ésta es el
arte de lo posible, porque él como político y estadista supo hacerla en un
tiempo donde los hábitos y los valores descansaban en el terrible feudalismo
del Imperio Español. Bolívar une la teoría y la práctica, examina el reflejo
de los conflictos. Anuncia al mundo el martirio y la angustia esclavista que
se vive en estas regiones y expone con tenacidad que va a enfrentarse a ese
mundo trágico, deshumanizado, para reordenarlo, unirlo, despertarlo,
exponiéndose a correr todos los riesgos habidos y por haber, pero dispuesto
a trans-sistematizar las naciones en un nuevo continente, libre, soberano y
seguro para sus ciudadanos.

Es precisamente aquí donde encontramos a un Bolívar posmoderno, adelantado
al tiempo, que ve la prioridad, la necesidad de emancipar al hombre latino
de esa vieja sociedad europea, y se lanza a criticar todos esos instrumentos
ideológicos, creados por aquellos miserables y acude a la revolución
liberadora, la convierte en la esperanza frente a esas tempestades
catastróficas. Conoce y así lo hace saber, de cómo es el enorme abismo
histórico, pues nuestras comunidades están alienadas y anidan solo las
posibilidades contrarias de un pensamiento liberador, los pueblos siguen la
legitimidad del imperio explotador, se han adaptado a sus miserias,
injusticias, en una palabra, sus hombres han aprendido lo que el sistema les
ha exigido. Sobre este piso y sobre esa apatía, sociologicamente Bolívar
tiene que crear una doctrina útil, radical que enfoque las verdaderas
concepciones para lograr un sistema libre, justo, digno e igualitario y en
una unión de naciones cuyo destino sostenga para provecho domestico todas
las riquezas que estas atesoran. Para ello, Bolívar recoge el mandato
póstumo de los mártires históricos que durante 300 años, no han visto la luz
liberadora, eso lo fortalece y aunque a veces siente los rigores del
abandono de algunos pensantes, se ancla entonces en esa tragedia que sólo ha
hecho victimas y busca esa multitud explotada, esa que se mantiene muda, sin
vanguardia que salga adelante y que refute por las armas los derechos y el
progreso que nunca han tenido.

Bolívar es increíble, convierte lo imposible en posible, lo llaman
“insensato”, “loco”, “soñador” y “utópico”, pero es tan posmoderno su
pensamiento y tan trans-sistemático su proceso que hoy demuestra que ese
mito satánico está concebido porque le han permitido una “coreografía”
transgresora y que como respuesta hay que destruirlo para que nazca de nuevo
la pasión creadora de una Latinoamérica unida. El acercamiento de Bolívar al
pensamiento socialista se percibe en esos años de resistencia, cuando siente
y vive dentro de los conflictos sociales y políticos que desencadenan la
guerra emancipadora, es aquí cuando llega a la ciencia no solo
intelectualmente, como se ha vendido hasta ahora, sino éticamente a la
acción, su pensamiento revolucionario lo plantea como un bloque muy bien
identificado con todos los estudios de su conciencia, tomando una posición
crítica y mostrando la necesidad de un cambio radical, en donde estriba la
necesidad de la unión para rechazar drásticamente todo sistema explotador,
esclavista y antilibertario.

Que no olvide la comisión que trabaja en la organización y la
ideologización del partido, que hablamos de un socialismo bolivarianista,
que esa tiene que ser la raíz básica, porque es la que encarna nuestro
espíritu de rebeldía, ella es el antídoto que acondiciona toda posibilidad
de llegar a ser un verdadero revolucionario. Bolívar, antes que otro
político cualquiera, nos enseño la dialéctica histórica del opresor y nos
mostró porque vivíamos oprimidos y el porqué teníamos que sacudirnos y
libertarnos de esas cadenas. No se puede continuar usando a Bolívar para
tenerlo bien muerto, tal y como se ha hecho después de Bolívar, o mejor
dicho, tal como lo han venido practicando los “bolivarianistas” de hoy que
han dejado de lado su ciencia para filosofarlo y relegarlo a un segundo
plano con toda su vocación humanista concreta y universal.


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Víctor J. Rodríguez Calderón


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