Truena en Latinoamérica y el Caribe y la historia retumba nuevamente. Los tiempos que vivimos nos enfrentan a una serie de cataclismos y nos exponen a crecientes peligros. Nuestros próceres, los líderes del pasado nos destinaron un camino donde estuviese presente la libertad, la igualdad y la justicia, perdida miserablemente por la ambición y la ignorancia de las oligarquías de nuestras naciones.
Latinoamérica y el Caribe paren de nuevo en sus raíces, hombres y mujeres que vienen a recobrar, rescatar, junto con sus pueblos los principios históricos perdidos. Ya el gobierno del asesino Bush, ha buscado por todos los medios persuadir a los Presidentes de las Republicas hermanas de Bolivia, Ecuador y Nicaragua para que renuncien a sus políticas revolucionarias socialistas, su deseo explicito por desprenderlos de sus aliados como son Venezuela y Cuba y que entren en el camino de las políticas promercados como lo hizo con los gobiernos “socialistas moderados” de Lula, Tabaré Vásquez y Michelle Bachelet. Por otra parte se trabaja aceleradamente en la secretaria del estado norteamericano por un posible entendimiento entre Bush y nuestro señor Presidente. Como reza el refrán: “amanecerá y veremos”.
La respuesta de estos líderes latinos ha sido contundente: En Bolivia, Ecuador y Nicaragua, “el modelo neoliberal no funciona”, Venezuela tiene y trabaja su proyecto desde hace ocho años, además estos nuevos líderes han denunciado ante el mundo que hoy existe una conspiración perenne por grupos internos dirigidos desde el imperio para derrocarlos, pero en esa lucha fraticida por dividirse la herencia de los pueblos, está impuesto el sentido de nuestras libertades y por eso se trabaja con ahínco por los cambios necesarios sin que nadie pueda detenerlos.
Es evidente, Latinoamérica y el Caribe libran combate de las ideas por la justicia social y los pasos de los nuevos líderes se enrumban a un choque de titanes contra las superpotencias que en su sistema globalizado neoliberal quieren convertirnos a todos los países, especialmente los nuestros, en sus propiedades privadas.
Es necesario señalar algunos hechos de los que se han heredado de este capitalismo y su globalización neoliberal. Después de 300 años en el mundo contamos con 900 millones de hambrientos, l.000 millones de analfabetos; 4.000 millones de pobres; 250 millones de niños que trabajan regularmente; 130 millones sin acceso alguno a la educación; 100 millones que viven en la calle; 11 millones menores de 5 años mueren cada año por desnutrición, pobreza y enfermedades prevenibles o curables, crecimiento constante de las diferencias entre ricos y pobres, destrucción despiadada de la naturaleza, despilfarro y agotamiento acelerado de importantes recursos no renovables, contaminación de la atmósfera, de los mantos freáticos, de los ríos y los mares, cambios de clima de impredecibles y ya visibles consecuencias, guerras injustas causadas solo para saquear y robarles a las naciones sus riquezas energéticas.
La inconciencia de vivir en unas sociedades sin brújula y que no saben medir el futuro con el pasado, la verdad es que está muerta. La cultura y el combate por la justicia social han despertado y ahora es que regresa a su origen. Las actuales circunstancias sociales, económicas, políticas y religiosas de AMERICA LATINA Y EL CARIBE, de repente podrán titubear y como todos los sabemos por culpa de sus oligarquías, pero los pueblos ya han acertado y no van a cambiar el camino de esas políticas que se han emprendido, pues en ellas reluce la conciencia de las mayorías y su imperativo, opóngase quien se oponga, es el cambio a un socialismo humanista y bolivariano.