Inicio del deporte moderno en Venezuela o copia del modelo hegemónico Europeo de dominación

“Debemos pensar ideológicamente durante toda nuestra vida como lo hacíamos a los 16 años, cuando pensábamos que podíamos transformar al mundo y eliminar todas las desigualdades”.

Hernán Méndez Castellanos

La historia, organización y evolución del deporte moderno en Venezuela tiene una marcada influencia de los países Europeos (cuna de la revolución industrial, del movimiento olímpico y de las organizaciones deportivas), al igual que en el resto del continente americano. Dentro de esa influencia Europea común, es oportuno señalar que los países de la América del Sur desarrollaron más ciertos deportes como el fútbol y el básquetbol, en cambio los países del norte y del caribe tuvieron una inclinación mayor por el béisbol. Todo ello dependiendo de las influencias culturales que se dieron con la intervención de las migraciones extranjeras a nuestro continente. Estos deportes fueron diseminados ayer por los conquistadores hoy por los imperialistas; asimismo el desarrollo de la tecnología al servicio de los medios de comunicación de masas logró que el siglo XX, fuera considerado como el periodo de la expansión y consolidación por todo el mundo de estos juegos, por supuesto, con el control absoluto del Comité Olímpico Internacional.

Con la llegada de estas actividades físicas “modernas” a comienzo del siglo XX, se desplazaron en una gran parte los juegos autóctonos y tradicionales de la región quedando en un segundo plano y solamente practicado por nuestros nativos. Se considera que el béisbol, fútbol, ciclismo y la esgrima, son señalados como los primeros deportes en establecerse e ir desplazando nuestros juegos y deportes es decir otra forma de dominación en instaurarse, la transculturización. Es así como se constituyeron los primeros Clubes, a imagen y semejanza de los caballeros deportivos de Europa. Asimismo, en 1917 aparece el golf entre familias pudientes, fundando el “Caracas Golf Club” que sería posteriormente el “Caracas Country Club” Lo que debe resaltarse aquí es la iniciativa privada para el surgimiento del deporte nacional, la cual en ningún modo era controlada por el Estado. Las condiciones económicas de nuestro país para la época, el escaso desarrollo de los medios de comunicación, entre otras razones, motivaban que Venezuela se mantuviera al margen de muchos de los eventos que cobraban auge en otros países, entre los cuales estaba el deporte.

A esto se sumaba el atraso político, social, educativo, cultural y recreativo; lo cual permitió que fueran los sectores privados (hegemónicos) los abanderados del fomento deportivo en Venezuela. Se observa el marcado origen clasista de estas primeras manifestaciones; fueron las clases privilegiadas las que tuvieron el acceso exclusivo al deporte durante muchos años. Claro está, sólo los sectores adinerados poseían el tiempo libre para dedicarse a estas actividades, además de la posibilidad de enviar a sus hijos a los colegios privados (donde se practicaban estos” flamantes deportes”) y dotarlos con los implementos necesarios. Se observa el influjo del deporte moderno europeo, por supuesto con sus notadas diferencias en lo económico, social y político, además de su llegada tardía al continente

La práctica del deporte en Venezuela fue extendiéndose en base a las iniciativas de las distintas e incipientes organizaciones privadas existentes. Es así como surge la necesidad de participar en las competencias a nivel internacional, cuestión que se dificultaba porque nuestro país no formaba parte de la estructura deportiva internacional, regida por el Comité Olímpico Internacional (COI). En 1935, a más de sesenta años de iniciadas las prácticas deportivas en el país, se constituye la Asociación Olímpica Venezolana, que más tarde se denominaría Comité Olímpico Venezolano (COV), el cual es reconocido por el COI en el año 1938. La razón fundamental de su constitución es que nuestro deporte se adapte a los requisitos internacionales”. La creación del COV tuvo una gran repercusión a nivel nacional, especialmente en lo que respecta a la organización del deporte, por organizaciones no gubernamentales. Sus objetivos le consagran el papel rector de la actividad deportiva en:

* Desarrollar y proteger el movimiento olímpico y el deporte aficionado.
* Hacer cumplir las reglas y reglamentos del COI.
* Ser independientes y autónomos. Resistir a presiones de tipo comercial, político o religioso.
* Cooperar con las Federaciones en la organización y control de los representantes en los juegos olímpicos y regionales.
* Reconocer a las Federaciones Nacionales, las cuales deberán estar afiliadas a Federaciones Internacionales reconocidas por el COI.

Con esta institución supranacional (representando sus intereses) se acentúa la dominación y penetración extranjera en el deporte nacional.

Transcurrieron 14 años desde la creación del COV, cuando el Gobierno Nacional funda el Instituto Nacional de Deportes (IND), según el Decreto 164 del 1949. Las actividades que le fueron consagradas fueron: las de dirigir, coordinar, planificar, estimular, proteger, fomentar y supervisar las actividades deportivas del país. A este organismo oficial le correspondió la gestión deportiva del Estado, asimismo se le otorga la figura de Instituto Autónomo, con personalidad jurídica propia y patrimonio asegurado por el Fisco nacional. En principio este Instituto estuvo adscrito al Ministerio de Educación, prontamente paso al Ministerio de la Juventud, después al Ministerio de la Familia, luego al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y, finalmente, se crea el Ministerio del Deporte en el año 2006. Algunos historiadores señalan la fundación de este organismo público (IND) como el inicio de la etapa del deporte contemporáneo en Venezuela. Este organismo vino a constituir el puente necesario entre la gestión gubernamental de la nación y de las diferentes Federaciones y agrupaciones que se ocupaban de la gestión deportiva. Pero, también la dirigencia privada se hizo dependiente del Estado, por los recursos financieros que éste le aportaba.

Sin embargo, se puede inferir que este surgimiento de la organización deportiva nacional, un poco forzado y formulado desde la cima dirigencial tanto pública como privada, trajo como resultado que los grupos que venían manejando al deporte como un feudo o parcela particular, se estabilizaran y perpetuaran en la dirección deportiva, lo cual ha traído numerosos inconvenientes que en nada han beneficiado a nuestro deporte, constituyendo un factor de atraso y conformando la llamada Oligarquía Deportiva. Nuestro deporte nacional ha venido arrastrando una serie de necesidades y problemas que no han sido atendidos debidamente y por ello, el incremento de la estructura deportiva se ha manifestado en su forma vertical, es decir, nuevas Federaciones por deportes; pero en su forma horizontal, a nivel de clubes, ligas y otros organismos de base, en la promoción del deporte entre las masas, se observa un crecimiento muy limitado, no acorde con las inversiones presupuestarias que se han hecho. Esta situación del deporte nacional es inadecuada y por lo tanto se convierte en un obstáculo para el desarrollo del mismo.

En tiempos recientes, tanto los organismos públicos como privados presentaron en su organización y planificación, divergencias en la ejecución de los proyectos, trayendo como consecuencia que la dirección del deporte nacional esté dividida desde el momento de su nacimiento. En nuestro país el deporte se dirige tanto por la gestión oficial como por la acción privada. El Estado proyecta y aporta los recursos; las Federaciones y el Comité Olímpico Venezolano (COV) manejan el dinero, pero, también planifican y actúan de forma autónoma respecto a los entes públicos. El control que ejerce el Estado sobre la organización privada (incluso en la exigencia de rendición de cuentas sobre los fondos que les proporciona), es ineficiente, limitándose a las orientaciones generales de las políticas deportivas, al financiamiento burocrático y de los eventos, lo cual ocasiona que la gestión pública se diluya y el destino del deporte nacional dependa en alto grado de las actividades planificadas y coordinadas por los entes privados. Adicionalmente, es pertinente señalar que el COV no invierte en el proceso formativo del atleta, pero se nutre de los atletas formados con recursos del Estado.

Indudablemente, el deporte nacional y sus estructuras organizativas se encuentran en una situación de atraso con respecto a las necesidades y aspiraciones de todas las comunidades deportivas del país, se observa una total anarquía en la programación deportiva del sector público, dispersión de recursos humanos, logísticos, políticos y culturales. Destaca en el sector político-administrativo y dirigencial del Estado, una sorprendente falta de sensibilidad social para esta actividad, lo cual acarrea múltiples obstáculos en el desarrollo de una sana política en este sector, haciéndose necesario promover una sólida cultura deportiva en nuestro país.

El Estado venezolano está en la necesidad y en la obligación de atender a su deporte, es preciso pensar en la contribución que da el deporte a la formación del hombre nuevo, ese sería el papel fundamental de nuestra institución deportiva, la de crear centros formativos de verdaderos deportistas, no solamente en lo referente a su desarrollo como atleta, sino también como ciudadanos útiles a la sociedad después de terminada su vida activa como atleta. Es decir, se quiere un deporte que haga y reproduzca hombres sanos y útiles al país. Ahora bien, valdría la pena preguntarse si la organización deportiva actual, está preparada para adecuarse a las nuevas exigencias y a las particularidades actuales de las transformaciones estructurales que atraviesa el país. Estamos preparados para romper con ese modelo de dominación impuesto y crear nuestra organización deportiva sólida e independiente, con decisiones que respondan al interés nacional. Considero que con la estructura existente, la metamorfosis del IND a COV o viceversa, y su dirección actual; todos los intentos de progreso se esfuman, ya que la mayoría de los ensayos hasta ahora han quedado en políticas gatopardianas, lo que hace inviable una visión reformista sobre la antigua estructura.

En este orden de ideas, sería pertinente construir una nueva estructura deportiva cónsona con el nuevo modelo de Estado, no sólo en términos de las instituciones, sino, fundamentalmente, en cuanto al sistema de valores que éste pretenda inculcar.

*Antropólogo-Sociólogo

Docente- Investigador Asociado de la U.C.V.

Coordinador de la Unidad de Investigación

“Rendimiento Humano, Deporte y Salud”

Correo-e: pedro_garciaa@yahoo.es


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Pedro García Avendaño


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