Uno de los postulados medulares del catecismo neoliberal es que el Estado - y por extensión los gobiernos- son malos administradores.

Bajo esta premisa, repetida hasta el lavado cerebral por el cártel globalizado de los medios privados de comunicación masiva, se impulsó la ola privatizadora que asoló nuestras naciones y la matriz de que apunta hacia el desmantelamiento del Estado.

Varios elementos concurrieron para que dicha matriz se implantara en nuestras mentes .

Uno de ellos; la corrupción de una burocracia estatal parasitaria, asumida por los ciudadanos como una enfermedad incurable frente a la cual solo cabe una sumisa resignación .

Así “el pueblo de a pié”, por pura supervivencia, termina mimetizándose y cohonestando su lógica corrosiva.; lo que a su vez tiene como efecto , instalada como cultura ,su metástasis en el cuerpo social.

Ese círculo perverso que muchos ingenuamente creímos que llegaría a su fin con la

Revolución Bolivariana, demostró que tenía profundas raíces, al punto de que hoy , como aliado objetivo del enemigo imperial ,constituye , en lo interno, una de nuestras mas peligrosas amenazas , porque mas allá de lo crematístico, en lo político se manifiesta como “corrupción ideológica” (*)

(*) Enrique Dussel. filósofo argentino-mexicano.

Eso lo entendieron también , aunque demasiado tarde, los partidos tradicionales que fueron barridos por el “fenómeno Chávez”, encrucijada en la que coincidieron tres elementos claves: 1) el rechazo popular a la “dictadura de baja intensidad” en que devino el agotado modelo corrupto del Estado puntofijista 2) el derrumbe interno de los partidos del estatus que ya no pudieron ocultar más su inmoralidad orgánica, y 3) la puesta apunto de un plan imperial largamente elaborado y que se había venido aplicando “por goteo”, consistente en la eliminación como intermediaria ,de la alcahueta clase política tradicional, ya innecesaria en tiempos de globalización corporativa.

Esto último ni siquiera fue entendido por buena parte de sus mandantes ,las castas dominantes tradicionales criollas que calificaron de “timoratas y tibias” las declaraciones del embajador estadounidense (JohnMaisto) cuando a sus histéricos reclamos de una acción contundente ( que incluía una visita de los Marines) contestó que la política de su país consistía en “esperar y ver.”

No cayeron en cuenta que en esa frase se condensaba las apuesta del imperio en que era cuestión de tiempo dar con el precio de aquél inesperado “Espartaco tropical”; cuya sola presencia había acelerado la caída del establishment político tradicional , algo que desde los “thinks tanks” del consenso de Washington ya se había decidido sustituír por una meritocracia empresarial formada en su “Escuela de las Américas” de las finanzas. imperiales.

¿Qué hacer con este “anacrónico” prospecto militar que les salió al paso en momentos en que la carta de las dictaduras militares tutoreadas desde USA, era ya una etapa agotada?

Quién quita que Maisto -que desde 1997 al 2000 fuera embajador en Nicaragua , del 2000-01, asesor de política exterior en el Comando Sur de los EE.UU. , y entre el 2001 -2003 ,asistente especial de Bush y asesor de Condolezza Rice como Director Principal para Asuntos del Hemisferio Occidental - estuviera pensando que quizás la suerte les había puesto en las manos un nuevo y quizás mas conveniente modelo de dócil “operador” político que no sólo hiciera el trabajo de barrer los ya inútiles partidos, sino que también acabara con las oligarquías tradicionales de “criollisimo” liqui liqui y yuntas de oro, para sustituirla por otra “moderna” con trajes Armani y convenientemente apátrida , procónsules del gran gobierno mundial de las corporaciones trasnacionales y cómplices de sus “sicarios financieros” .

¿ Será por eso que los mas lúcidos de la élite terrateniente, antes de perder hasta lo puesto a manos de las corporaciones trasnacionales , prefirieron la vía “Chaz” como mal menor?

En todo caso, el fogueado embajador yanqui ,debió haber tomado buena nota de que aquel “por ahora” de Chavez y su asunción de responsabilidades ante el fracaso de su insurgencia en contra del corrompido y entreguista gobierno de Carlos Andrés Pérez, galvanizaron la imaginación popular deseosa de vindicta, elevando al joven teniente coronel a la altura de un héroe Homérico.

Quizás pensara que un militar autócrata y corruptible (y por lo tanto dócil ), legitimado por elección popular en un país con una de las mas grandes reservas de hidrocarburos del mundo, sería un regalo del cielo para un imperio en expansión cuyo talón de Aquiles es su menguante reserva estratégica de petróleo. Ya lo habían conseguido en Bolivia, reciclando al dictador Hugo Bánzer ( *)

(*) Entre 1964 y 1966 -cinco años antes de su golpe fascista - había sido Ministro de Educación y Cultura. (¿casualidad?)

“Por ahora” lo prudente era “esperar y ver” mientras se intentaba descifrar a ese nuevo e inesperado actor político, a fin de descubrir “por donde cojea”.

Para su desilusión pronto comprobaría que para Chávez , lo de cumplir con su juramento de restituir los ideales bolivarianos, iba en serio

Quizás una de las mas grandes preocupaciones del imperio es que tratase de revertir la desmoralización en unas fuerzas armadas con el nada honroso record de varios ministros prófugos por ladrones.

Sería un serio revés para la política imperial , que apunta -siguiendo el modelo del Tercer Reich - a transformar los ejércitos de la región, en policías de un gran campamento de concentración global custodiado desde bases del Pentágono en cada uno de nuestros países.

Para peor Chávez no parecía chantajeable buscando “pecados” vergonzantes ; su hoja de vida militar era impecable y en lo personal tampoco había nada de donde agarrarse.

Al parecer aquello de “Moral y Luces” de la arenga del Libertador, era para aqquél carismático Teniente Coronel, un eje central de su vida y ahora, como Presidente y comandante del Ejército, un desideratum político.

La Corrupción en el campo revolucionario; la viga en el ojo propio.

En pleno “período especial” que sumaba terribles privaciones a las ya infligidas a Cuba por el criminal bloqueo yanqui , Fidel Castro reflexionaba sobre el hecho de que muchos revolucionarios dispuestos a dar la vida por la causa socialista , sin embargo caían en la tentación de aprovecharse personalmente de tal o cual situación ventajosa, aún cuando su gesto derivara en privación para otro compatriota.

Para las clases privilegiadas a las que no les conviene ningún sistema donde prevalezcan la igualdad, la solidaridad y la justicia , todo fracaso en ese camino es atribuido a la “naturaleza humana”; una defecto de fábrica que por cierto solo merece castigo cuando se manifiesta en “el otro” ( sobre todo si es pobre) pero que se vuelve invisible cuando es la viga en el ojo propio.

Como Gramsci , el Ché fustigaba a la burocracia.

Al igual que el teórico marxista italiano , la percibió como una “tercera clase”, conservadora por naturaleza y terreno propicio para la corrupción.

Ambos subrayaron que su efecto mas perverso iba mas allá que su capacidad de chantajear al ciudadano desde cualquier campo de la administración pública y mantenerlo como lucrativo rehén , sino que radicaba en su corrosivo efecto sobre la ética y los valores ; sobre la ideología.

Su control de la cosa pública lo transforma en un gobierno paralelo ,cuando no en el verdadero gobierno. Basta recordar que la creación de las Misiones tienen su origen en la necesidad de “baipasear” las instituciones cooptadas por la corrompida clase burocrática .

Para quienes en el Aula Magna de la UCV escuchamos a Tomás Borge explicando la derrota electoral del Sandinismo ante Violeta Chamorro , resultó una revelación mas que chocante que una de las causas del triunfo de la candidata de Carlos Andrés Pérez, se atribuyera a la ostentación, ante un pueblo al borde de la miseria , de automóviles de lujo y todo tipo de privilegios , recompensa de la revolución triunfante a muchos de sus combatientes devenidos en bien pagados burócratas.

Cuando hoy escuchamos que poseer un Hummer o lucir impúdicamente corbatas con un precio equivalente a varios salarios mínimos, es una meta válida y deseable en el socialismo bolivariano ; cuando un burócrata de cachucha roja maltrata a sus subalternos ; cuando desde un ministerio “del poder popular” un funcionario actúa como gestor a comisión de agencias publicitarias golpistas ; cuando cooperativas se transforman en fachada para contratar con el Estado, tercerizando el trabajo a precios de explotación, cuando existen médicos de hospitales públicos que transfieren pacientes a clínicas privadas ,o cuando alimentos subsidiados de Mercal aparecen en restaurantes de lujo, estamos ante una peligrosísima metástasis de la cuarta república .

Mas grave aún cuando la enfermedad se manifiesta en el campo desde donde precisamente deben promoverse los valores revolucionarios , como en el caso del Cuartel San Carlos , memoria viva de luchas antiimperiales, destruido y saqueado a manos del mismo instituto al cual se le confió su preservación.

O cuando desde el Ministerio de la“revolución cultural” se permite la cesión del Museo de Bellas Artes a la Exxon para la realización de un evento cultural “privado” , donde se impide el acceso de artistas que quieren manifestar su desacuerdo ( entre los cuales estaba Claudio Cedeño(*).

(*) El maestro Cedeño ( 91 años) declarado por la Alcaldía de Caracas como

“Patrimonio Cultural Viviente” , terminó renunciando al semanario “Todos Adentro” en el cual publicaba sus caricaturas, debido al trato vejatorio de la burocracia del Conac.

La impunidad desalienta a la virtud. Todo cuanto conduzca a la desilusión y la desesperanza, es aliado “objetivo” del enemigo. ( Leer “A la Búsqueda de los Votos Perdidos” de Luis Britto. García)

Porque (y es una verdad de perogrullo ) un combatiente desmoralizado está condenado a la derrota . El imperio español lo aprendió en estas tierras , los ingleses en la India, los yanquis en Cuba , Vietnam, y ahora y en Iraq con una guerra peleada por “Outsourcing” mercenarios ,como relevo de un ejército que no consigue enlistar voluntarios .

En Venezuela, Bush y Aznar se apretaron los dedos con la puerta, cuando, mientras un publo corajudo y patriota salió a defender su revolución , sus protegidos , los golpistas del “Carmonato” , peleándose a cuchillo por cuotas de poder (y sus correspondientes piñatas), transformaron en una ópera bufa lo que parecía una victoria segura.

Pero ¡ojo! Si por un lado los yanquis debieron abortar el golpe a fin de no quemar mas cuadros, de este lado quedaron muchos de sus “sembrados”.

La corrupción , sobre todo en su manifestación ideológica , también está sembrada y hoy por hoy es el mas eficaz aliado de un enemigo que ha redoblado sus esfuerzos por destruirnos desde dentro, debilitando nuestro fervor combativo.

“Moral y Luces” era la respuesta de Bolívar . “Sean los Orientales tan ilustrados como valientes” decía Artigas el prócer Uruguayo.

Hoy, cultura y seguridad nacional son la misma cosa.

Solo el pueblo- ahora mas “sabido” y por lo tanto, transformado en un mas eficiente guardián de “su” revolución - puede , junto a su líder ,salvar al pueblo.

Y lo hará en la medida en que vayan derrotando los vicios heredados de siglos de siembra de la corrupta ideología de la dominación.

Ahí radica por cierto, el mayor reto del PSUV.


albertomonteagudo@cantv.net