Reformismo: Patíbulo de la Revolución

Decía un clásico, que “si no existiera el reformismo ya la Revolución se habría hecho en todo el mundo”. Daba así una imagen del peligro de este virus ideológico que padecen todas las revoluciones del mundo.

El reformismo tiene diversas formas de presentarse, sin embargo, todas tienen como fundamento común evitar el avance de las revoluciones, sustituyendo el camino transformador revolucionario por cambios inocuos acompañados por una retórica revolucionaria fraudulenta. Veamos:

Su esencia es el egoísmo, el aislamiento capitalista, la salida individual, por eso son incapaces de organizar tejidos sociales, todo lo que proponen está teñido de fracción.

En la economía proponen formas que no lesionan la propiedad capitalista, son formas nosociales con un ligero barniz de cambio. Estas formas de propiedad son inoperantes y terminan siendo arrolladas por la dinámica de la evolución capitalista.

No atacan a la propiedad capitalista, al contrario, justifican su existencia y a la primera señal de adversidad corren despavoridos a escampar en el manto del capital.

En lo social proponen Consejos Comunales aislados, que sólo tienen su conciencia en lo local, y a esto lo llaman “empoderamiento”.

Estos Consejos fragmentan al pueblo, lo debilitan, educan para lo mezquino, sólo se importan de su entorno, así son pequeños instrumentos para diseminar la ética y la filosofía capitalista: “si yo estoy bien todos estamos bien”, “si es lucrativo, es lícito”.

Evitan construir un poderoso tejido organizativo nacional, que agrupe a los Consejos Comunales, que les de dimensión y conciencia nacional y universal a sus miembros.

Impiden el verdadero empoderamiento del pueblo: construir un Estado que sea su instrumento de gobernar, de planificar, que sus organizaciones locales se ensamblen con la organización de ese Estado.

En la formación del partido tienen la misma actitud, aquí sabotean a la organización, la disciplina, prestigian el asambleísmo.

En lo político, en tono con todo lo anterior, cuando ven la posibilidad del Socialismo se horripilan, inventan cualquier excusa para plantear pacto con los capitalistas, estos pactos en realidad son claudicación, llevan la Revolución a su patíbulo.

Hoy en Venezuela, cuando hay inmejorables condiciones revolucionarias, ganamos en las elecciones para avanzar hacia el Socialismo, inmediatamente, no esperaron ni un día, los voceros del pacto salieron a vociferar su necesidad urgente. Ahora dicen “o pacto o barbarie”, todos los medios de deformación están al servicio de esta propuesta.

La Revolución Bolivariana atraviesa momentos estelares y cruciales. Si caemos en la trampa reformista, si nos apoyamos en los capitalistas, si construimos pactos políticos con sus representantes, la Revolución está firmando su condena.

Por el contrario, si nos afirmamos en el pueblo desposeído, si construimos organización social y política que verdaderamente empodere, si construimos economía de Propiedad Social, estaremos construyendo Conciencia del Deber Social, conciencia revolucionaria, y seremos invencibles.

Ya el Comandante ha dicho que esta Revolución ante la crisis mundial se colocará al lado del pueblo humilde, eso es garantía de Revolución, debemos apoyarlo.

¡Con Chávez hacia el Socialismo!


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Antonio Aponte

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