Absolutamente, ningún político, de gobierno ni de oposición, como tampoco, la opinión pública venezolana, podría aseverar, demostrándolo, que los voceros autorizados de la Revolución Bolivariana se hayan negado o no hayan realizado un llamado al dialogo nacional. El Ejecutivo en la persona de Chávez Frías ha sostenido, repetidamente, que cualquier dialogo debe estar sustentado en la Constitución Bolivariana y las leyes de la República Bolivariana. Entonces ¿Por qué ese “vacilón” de la oposición antinacionalista a negarse a aceptar, en la realidad y la práctica, conversar, cualquier tema, con la Constitución Bolivariana como “libro de cabecera”?
El triunfo de la Revolución Bolivariana en el Referéndum del 15-F, marcó la consolidación del proceso revolucionario socialista hacia una nueva etapa del proceso lógico de toda revolución. La Constitución Bolivariana va, paulatinamente, buscando su perfectibilidad revolucionaria hacia la consolidación del socialismo del siglo XXI. Es decir, el “poder popular” asumió su responsabilidad de profundizar en sus derechos socio-políticos; pero los derechos socio-políticos van al unísono con los derechos económicos que toda sociedad reclama de su gobierno. Ese proceso es dialéctico y, en el marco de la revolución socialista, entra en contradicción con las referencias lógico-formales del capitalismo y, por ende, de sus representantes socio-económicos y políticos.
En ese escenario ¿aceptarían las derechas antinacionalistas dialogar en conociendo que se sentarían a conversar teniendo que aceptar que las reglas de juego no son las que rigen las normas capitalistas sino que se corresponden con las propuestas socialistas del “bienestar social e igualdad de derechos” que se están desarrollando, constitucional y legalmente, en el aparato productivo nacional y sus lógicas consecuencias socio-políticas en la sociedad en su conjunto?
En nuestro criterio, los dueños del aparato productivo privado nacional y los políticos de las derechas criollas se oponen a la Revolución Bolivariana porque consideran que el “Socialismo del siglo XXI” es “comunismo”, además que lo confunden con el llamado “socialismo real”. Es decir, en el plano ideológico, es objetivo considerarlo, se presenta una profunda contradicción entre el ideario del “Socialismo” y la ideología capitalista. ¿Sería posible alcanzar un acuerdo en función del bien de la Patria bolivariana?
En el plano económico-social, la Revolución Bolivariana ha desarrollado el esquema de trabajo que obliga al desarrollo de las “fuerzas productivas”; con esta praxis se va imponiendo el sistema de responsabilidad social y económica que incide en la organización del factor laboral. Cuando se organiza la sociedad en el trabajo junto con la distribución, los costos finales del producto, al aumentar la responsabilidad (conciencia) y la productividad, disminuyen lo que incide en los porcentajes de ganancias que buscan estar en sintonía con los objetivos socialistas que se ha propuesto el colectivo junto con el Ejecutivo nacional. En ese marco, el factor “especulación” inherente al formato capitalista tendería a desaparecer con lo que, en última instancia, quienes se verían y se ven afectados son los capitalistas industriales y los políticos capitalistas que sustentan las tesis de la explotación y alienación de la sociedad a través de los trabajadores y trabajadoras (Hoy se considera al universitario como obrero alienado en el marco de la globalización y el desarrollo de tecnologías de punta).
Por otro lado, el sector político de la oposición lo hemos titulado de antinacionalista aunque el calificativo debería ser: “súbditos del coloniaje español”. La verdad que nos ha sorprendido la actitud de la oposición venezolana. La prensa opositora lo ha informado, la dirigencia política de la oposición se ha trasladado a Europa a entregar el informe de las realidades post 15-F de la “Capitanía General” al “elegido” de las derechas europeas ¿Será que no tienen dignidad?
Nos permitimos recordar nuestro escrito titulado: “J. M. Aznar, extrañábamos tus maravillosas ideas fascistas ¿por qué en Chile y no en Venezuela? (Enero, 2009) cuando exponíamos que Aznar le decía a su audiencia chilena que “…hoy vemos…como naciones en las que las libertades han retrocedido dramáticamente desarrollan una política exterior cada vez más agresiva…y no es casualidad que, pese a las diferencias ideológicas profundas, esas naciones busquen tejer alianzas frente a lo que consideran su enemigo común: las naciones libres basadas en la democracia, el Estado de Derecho y el respeto a los derechos humanos…” no necesita el lector elucubrar para concluir que Aznar se refiere a “…un ejemplo de esas alianzas lo hemos visto recientemente con la creciente cercanía entre [Hugo Rafael] Chávez, [Dimitri] Mevdevev (sic) y el régimen de los ayatolás…”
El Universal, en su cuerpo 1-4, sábado 07 de marzo, 2009, informó que en Madrid “…el presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), José María Aznar (PP), se reunió ayer con miembros de la oposición venezolana al presidente venezolano Hugo Chávez, para analizar “los atropellos constitucionales que lidera el denominado Socialismo del siglo XXI” …[y]…se definió [sic] una agenda política para “hacer frente democráticamente a los regímenes autoritarios…” (Idem)
Nuestra pregunta sería ¿con cuales factores políticos de las derechas nacionales oligárquicas iría a dialogar el Gobierno revolucionario (Chávez Frías) y los factores bolivarianos (PSUV. PPT, PCV, UPV, y otros) cuando la representación política de la oposición que alcanzaron una votación de unos 5 millones de votos el pasado 15-F, se trasladó a Madrid a sostener conversaciones con el líder político de las derechas españolas, José María Aznar, enemigo personal y declarado de Chávez Frías, para diseñar una agenda opositora sobre las bases políticas de que en Venezuela, con las tesis del Socialismo del siglo XXI, se viola la Constitución Bolivariana? Quizás la pregunta apropiada sería ¿Será que la oposición oligárquica venezolana no es lo suficientemente capaz como para poder diseñar su propia oposición nacional a la Revolución Bolivariana o será que esa oposición no es nacionalista y que depende de las directrices que le instruyan desde el exterior los factores políticos de las derechas más reaccionarias? ¿Existe una correlación de fuerzas opositoras de las derechas continentales en conjunción con el Partido Popular Español para combatir los procesos revolucionarios al sur del rio Bravo cuando Aznar precisa que las ideas a confrontar son “…los atropellos constitucionales que lidera el denominado Socialismo del siglo XXI…”?
Definitivamente, ha quedado demostrado que la Revolución Bolivariana no puede ni debe sentarse a dialogar con los factores de la oposición criolla y reaccionaria que considera al Gobierno Bolivariano, democráticamente elegido, ratificado y expresamente apoyado por el pueblo venezolano, como “…un régimen autoritario…”
Por otro lado ¿No deberíamos de una vez y por todas aceptar que ésta es una confrontación, como lo dice Chávez Frías, de dos modelos socio-económico y político antagónicos buscando, uno de ellos, el bienestar social en los Derechos Humanos –Socialismo siglo XXI- y el otro, el beneficio del enriquecimiento personal con alienación –capitalismo neoliberal- violador de los más elementales Derechos Naturales?
Fácil de demostrar. Las necesarias acciones tomadas por el Gobierno Bolivariano en lo relacionado con el sector alimentos, nos demuestran, en la práctica, que los sectores capitalistas criollos estarían realizando acciones buscando profundizar las contradicciones a lo interno de los sectores sociales. Para decirlo con palabras diferentes ¿es la agenda aprobada en Madrid, causa y consecuencia, de esa línea política que busca “…hacer frente democráticamente (sic) a los regímenes autoritarios…” con las acciones que vienen desarrollando las oligarquías industriales en sus accionar económico?
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