Hacer obras no es necesariamente hacer el Socialismo, pero hacer el Socialismo es hacer obras...

Existe verdadera confusión con los términos en cuanto se pretende presentar la eficiencia como obra exclusiva de los socialistas. Se puede ser eficiente pero contrarrevolucionario, se puede ser eficiente y comportarse como un burgués; pretender que con unas cuantas obras hechas en la jurisdicción donde soy alcalde o Gobernador es cumplir con la tarea de construir el socialismo es además de una ilusión, una tremenda falsedad y acción deshonesta para con el compromiso de todo socialista. Nadie puede negar la eficiencia del capitalismo al arrasar con el sistema feudal, tampoco se puede negar la eficiencia en crear poderosas redes de información, modernísimos medios de comunicación, desarrollar toda una superestructura para manipular y sacar al máximo valor a las materias primas y convertir la concentración del capital en una de las cosas más eficientes para explotar la riqueza de los pueblos ¿Quién puede negar la eficiencia burguesa?
hay gobernadores y alcaldes que ya con más de cien días en el ejercicio de sus funciones, ni siquiera han adelantado una medida socialista, enmarcada dentro de la filosofía y la doctrina socialista; pero hay algo mucho más grave, hay quienes le colocan el nombre de "Socialista", pero en el fondo no es nada de socialismo lo que se está haciendo. Hacer obras, ser muy "eficiente" para activar las llamadas "comisiones de licitación", ser eficientes en el pago a contratistas privados, es decir, burgueses, los pobres no son contratistas; buscar "la promoción de la inversión privada", sin haber elaborado un plan para la construcción de los espacios socialistas, estar haciendo eso siendo alcalde o gobernador en pleno momento en donde se hace esfuerzos, específicamente, el presidente hace esfuerzos para construir los espacios socialistas, y que estos "dirigentes revolucionarios" no hagan nada al respecto, no tengan una iniciativa socialista, significa fundamentalmente un acto de traición a la revolución y de traición al socialismo, no se puede catalogar de otra forma.

Un socialista que no haga los debidos esfuerzos y sacrificios para aupar y fortalecer la propiedad social, que apoye y promueva la propiedad no social, es decir, la propiedad burguesa, así lo diga a los cuatro vientos, ¡no es socialista!. Recientemente se abrió un interesante debate sobre la profundización necesaria del socialismo, se trata de buscar la fórmula adecuada para hacerlo y la misma debe estar enmarcada dentro de la hegemonía de la propiedad social derrotando con ello la hegemonía de la propiedad no social.

Muchos quizás pensaron que Chávez cuando comenzó a plantear lo del socialismo era una mamadera de gallo, aún hay quienes pretenden interpretar el socialismo de una forma antihistórica, es decir, pretenden construir el socialismo fortaleciendo el capitalismo ¿Como se come eso? Son los mismos que en el fondo atacan la estatización, tienen una sopa de letras con el tema de capitalismo de estado, piensan que la etapa de transición que vivimos, en donde se hace necesario establecer un capitalismo de estado en transición al socialismo; muchos creen que es un punto de llegada cuando en realidad es un punto de partida y apenas comenzamos a buscar la transferencia del estado a un manejo social de la propiedad de éste.

Para ser consecuentes con el título de este artículo, quien con el mismo se recuerde de cantinflas está perdonado, nos referiremos al tema de la construcción de obras, los proyectos de infraestructura, etc., etc. Hay quienes hablan de "un socialismo eficiente" y a todas luces creemos que el socialismo en si mismo debe ser eficiente, redistribuir la riqueza en un amplio colectivo requiere de mucha eficiencia, más eficiencia incluso que en el capitalismo que solo impone sus criterios y se cubre con el manto de una legalidad burguesa adaptada a la expoliación del más débil por parte del más fuerte, pero algunos, de los nuestros incluso, se pavonean de ser expertos en finanzas, en procesos administrativos y tener altos niveles gerenciales, sin embargo, cuando se revisa al detalle sus gestiones, estas no pasan de ser meras gestiones burguesas, alejadas totalmente del pueblo y en contravía del proyecto socialista que Chávez plantea todos los días.

El tema de "la eficiencia" es el discurso preferido de estos reformistas, en el fondo rechazan al pueblo, lo creen ignorante; se rodean de "expertos", de "técnicos calificados" cuyas viejas prácticas se asemejan a cualquier gestión de gobernador o alcalde de la derecha más fascista y realmente no creen en la eficiencia, solo la utilizan como arma en contra del propio pueblo.

Para estos personajes, el manejo de la crisis mundial exige "cuotas de sacrificio", ¡claro! que se jodan los pobres. Levantan la bandera desarrollista y comienzan cuan locos a financiar todo proyecto que represente un buen contrato, con la "libre empresa capitalista" por supuesto. Son los que piensan en "las fuerzas vivas" de cada estado, desean tener a un Guillermo Zuloaga de vecinos en sus regiones para "promover al sector productivo". Estos personajes son los mismos que inundan los periódicos de sus localidades con mensajes "caza bobo" mostrando "sus obras", claro...siempre en el marco de "un excelente contrato" con "una eficiente empresa capitalista".

Con esto que señalamos aquí no pretendemos personalizar a nadie en específico, es el reflejo a una cultura que se estableció de esa forma, nos inculcó que esa es la vía y marchamos por ella, aún equivocados, pero en muchos casos pensando "me la estoy comiendo" y hoy se hace necesario derrotar política e ideológicamente estas tendencias.

Cuando señalamos el título cantinflérico del artículo, nos inspiramos en que Cantinflas, a su estilo, decía muchas verdades y porque uno observa en el fondo la actuación de estos compañeros como un acto de ignorancia más que de mala fe, aunque tampoco podemos negar totalmente que existan actos deliberados producto de la resistencia al cambio verdadero, al cambio estructural del sistema y que en el fondo no son socialistas nada. El hombre viejo, el hombre formado en la sociedad capitalista, inoculado por la ideología capitalista, le cuesta diferenciar la eficiencia capitalista de la eficiencia socialista, otros se aprovechan de estas categorías para justificar la falta de compromiso y de convencimiento pleno en la misión histórica que nos toca llevar a cabo.

El Che decía "el socialismo no puede estar reñido con la eficiencia", esa es una gran verdad, tampoco el socialismo es la apología a la anarquía y desorganización, por el contrario, el socialismo como todo acto de amor está lleno de una inmensa espiritualidad, de mucha vocación, de mucho desprendimiento y por consiguiente de mucha organización y disciplina...todo acto de amor está lleno de la belleza propia del mismo, esa belleza se observa cuando el pueblo, aún limitado, aún excluido mantiene la esperanza. Volviendo al planteamiento de Antonio Aponte y su Grano de Maíz, la conexión amorosa entre Chávez y el pueblo solo es comparable a la conexión creada por los líderes que trascendieron en la historia, Cristo, Bolívar, Fidel con sus pueblos, son ejemplos de esa conexión amorosa y allí está la fortaleza del pueblo, la garantía de su éxito.

El propio presidente Chávez nos dice a cada instante que el socialismo, la idea socialista ronda nuestro ambiente como un espíritu, ese espíritu debe encarnar en hechos, en obras, en iniciativas, en comportamientos, en muestras desinteresadas de solidaridad, eso abarca todo y reafirma lo vital y determinante de la acción social, la conciencia del deber social. Esa conciencia del deber social no puede aflorar en medio de la propiedad no social, la propiedad no social es la negación de lo colectivo, es la exacerbación de lo individual, de lo mezquino y en este orden de ideas, creemos en la necesidad de crear muchas obras, pero las mismas deben ser catapultas del modelo socialista basado en la propiedad social.

Hemos estado y seguimos estando en medio de una terrible batalla ideológica por parte de los ideólogos del capitalismo que utilizando sus medios nos bombardean con todo lo negativo; el posicionamiento de la ideología capitalista inunda buena parte de las estructuras del viejo estado, de hecho, en si mismas estas estructuras están adecuadas para que prevalezca el sistema capitalista. El factor económico cumple un papel importante en este andamiaje creado por el capitalismo, el tema de la propiedad tiene que estar en el debate...el sector revolucionario debe luchar por construir y fortalecer la propiedad social, la Asamblea Nacional y los Consejos Legislativos tienen que incluir en su agenda de discusión este tema; el estudio, el debate, la conciencia amerita estar a la altura de las circunstancias.

El pueblo organizado, el partido como vanguardia del pueblo para la construcción del socialismo está llamado a liderar esta discusión. Una discusión rodeada de un profundo espíritu revolucionario, socialista, humanista, democrático. Este es un debate demasiado importante como para dejárselo solo a los intelectuales; no puede ser un debate elitesco, debe ser un debate de plazas, de escaleras, de centros culturales, de canchas deportivas, de escuelas, de instalaciones gubernamentales y no gubernamentales, de institutos de investigación científica, de obreros, de deportistas, de profesionales, en fin, de todo los venezolanos y las venezolanas.

Podemos entender que algunas obras de esta revolución, motivado por la dinámica del proceso en si, deban ser realizadas por los viejos mecanismos capitalistas, es decir, hechas por las empresas capitalistas, podemos entender que buena parte de la economía venezolana siga en este marco del capitalismo, pero lo que no podemos entender ni perdonar es que a la par no se esté haciendo los mayores esfuerzos para romper definitivamente con esa vieja práctica. Todo análisis por somero que sea nos lleva a confirmar que en el marco de las estructuras capitalistas es imposible construir el socialismo, en este orden de ideas, la misión de todo dirigente socialista debe estar enmarcada en el ánimo y espíritu de subvertir el orden capitalista para construir sobre sus cenizas el sistema socialista. No basta con hacer las mejores obras, es necesario comenzar haciéndolas en medio de la construcción del nuevo sistema, no basta con ser eficiente, pero ineficaz en construir el nuevo paradigma. Si se tratara de hacer y hacer obras sin modificar el sistema, en Venezuela ya habríamos construido el socialismo. Un montón de obras se han hecho y un montón de capitalistas se han enriquecido.

El caso de la URSS es ejemplar para que lo tengamos en cuenta. Se pensó erróneamente que el estado por si solo podía construir el socialismo, el resultado está más que comprobado, el estado vertical, burocrático e inoperante terminó convirtiéndose en el más acérrimo enemigo del socialismo, los resultados han sido corroborados. El socialismo lo construyen los pueblos con sus obreros organizados, sus estudiantes, sus amas de casa, sus jóvenes y todos con una visión clara de la marcha que debe tomar el proceso y sobretodo derrocando las estructuras que han sostenido durante siglos el sistema capitalista burgués...Bienvenido el debate, no le tengamos miedo al debate, de el saldrá fortalecido el pueblo y la idea socialista.

latojeda@gmail.com




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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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