Transporte público y capitalismo

La actual situación del transporte público en nuestra Ciudad Bolívar, y creo que en la mayoría de las ciudades de nuestro país, ofrece maravillosas posibilidades de explicar en una forma clara y sencilla algunas diferencias entre el capitalismo y el socialismo. Empezaremos por decir que entre otras cosas una de las principales características del capitalismo es el empeño puesto en el aumento de sus ganancias por parte del dueño de algún medio de producción. Primero, en nuestra ciudad, desde hace aproximadamente un año se ha venido haciendo entrega de un número importante de unidades microautobuseras que ya no se observan en el mismo volumen de meses anteriores, esto fundamentalmente porque sus dueños (individuos o cooperativas), han decidio “sacarlas” de la ciudad para ofrecerlas como unidades de transporte privado en otras “instituciones” más rentables, habrá que preguntar aquí dónde queda la responsabilidad de las instituciones que dan las unidades para uso exclusivo como transporte público (Gobernación, Fontur, etc) y mucho más dónde queda la correspondencia con el proyecto bolivariano nacional de aquellas instituciones que las contratan para transporte privado, cuando saben que ese contrato implica ir dejando a una ciudad sin su transporte, enseñanza: el capitalista no tiene sentido de la responsabilidad social sino del lucro.

Segundo, el mismo diseño de las rutas, está hecho para beneficiar exclusivamente a los comerciantes del paseo Orinoco, me atrevería a decir que el 90 porciento de las rutas interurbanas de Ciudad Bolívar confluyen en las tiendas de los “turcos”, lo cual trae como consecuencia que inexplicablemente extensas zonas de la capital guayanesa no cuenten con transporte público por no estar insertas en la ruta “comercial”, el capitalismo piensa en el comercio, por eso en nuestra ciudad no se transportan hombres, mujeres, niños y ancianos sino clientes a las tiendas de la zona comercial.

Tercero, los conductores pertenecientes a cooperativas y asociaciones de conductores, bien sea como dueños de la unidad o como los famosos “avances” cambian de ruta en medio de cualquier avenida dependiendo del número de pasajeros que lleven y de cuantas unidades de la “competencia” lleven adelante, lo cual demuestra que en el capitalismo la responsabilidad con el cliente está supeditada a la ganancia y por ende a la competencia; somos victimas diarias de los trasbordos obligados o de los recurrentes gritos de chóferes y colectores: “¿alguien va por la 19 de abril?” así esta avenida esté estipulada en su ruta, si responden afirmativamente menos del 20 % de los pasajeros los bajan, espera la unidad que viene atrás, voy apurado en media hora hago transporte privado para una universidad, es la respuesta. Y esto tiene una explicación objetiva, material y hasta razonable, el conductor como trabajador del volante, gana de acuerdo a lo que “haga” en el día, evidentemente esto es parte del mecanismo perverso del capital

Por eso como socialistas hemos venido planteando la necesidad de crear una empresa pública de transporte regional (nacional sería mucho mejor), dónde los trabajadores tengan garantizada su seguridad social, sueldo fijo y demás reinvidicaciones, dónde podamos planificar las paradas y rutas de acuerdo al interes de la ciudad y no del comercio, dónde el chofer vaya pendiente de su trabajo y no de cuantos pasajeros lleva para saber si los cambia o no de unidad para él a su vez cambiar hacia una ruta más rentable de acuerdo al horario o número de pasajeros. Esta empresa pública, garante de la prestación de un servicio y no de un negocio, deberá de manera taxativa prohibir cualquier contrato bilateral con chóferes para hacer transporte privado con universidades, instituciones, liceos, etc; o hay transporte para todos o no hay transporte para nadie. Estas pequeñas observaciones demuestran la necesidad de avanzar en la construcción de un modo más justo de producción y de relaciones sociales, no basadas en la utopia de la justicia del más allá, sino en condiciones objetivas, un modo dónde la planificación esté en relación a los más altos intereses de la colectividad, dónde todos tengamos garantizados nuestros derechos a la par que garantizamos nuestros deberes, ese modo no es otro que el socialismo, la historia así lo demuestra.

*Militante del Partido Comunista


edgarml79@gmail.com


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Edgar Meléndez*


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