Mientras algunos se
empantanan en el oportunismo electoral para el año 2010, es conveniente
referirse a un hecho que desborda cualquier foco de la agenda en los
cuadros dirigentes, tanto de los partidos “oficialistas”, como de
los “escuálidos”; tal como son hetero-designados. Mientras hacen
cálculos por una tajada electoral, el mundo de vida plantario se hace
pedazos. ¿Exageraciones? Nada de eso. La catástrofe ambiental planetaria
ha llegado a las puertas del Imperio. Uno escucha a Obama, lee las reflexiones
de Fidel, y reconoce que no se trata de discursos bobos. Por cierto,
argumentos que no son novedosos. La inquietud por la catástrofe ecológica
la vienen repitiendo desde décadas atrás, quienes han sido rotulados
como “come-flores”, “contra-culturales” y “ecologistas”.
Son estas voces críticas quienes han cuestionado el narcisismo
antropocéntrico, dándole tal vez un último chance al ignorante género
humano. Si destruimos el planeta, todas las demás veleidades culturales,
políticas e ideológicas son pura paja. Vivir en pie de igualdad con
nuestra naturaleza, tal vez nos recordará como vivir en pie de igualdad
con nuestros prójimos, sean semejantes o diferentes. La modernidad
euro-céntrica, con todos los magmas ideológicos y significaciones
imaginarias han entremezclado la noción de progreso con la falacia
desarrollista. Este es el problema, no la solución. El capitalismo
y el socialismo burocrático comparten la misma agenda, unos disfrazando
su lógica de acumulación por la acumulación misma, con una economía
ambiental de corte neo-clásico. Otros con su fe idiota en el “desarrollo
de las fuerzas productivas”. Ambos son incapaces de analizar la destructividad
del productivismo y del consumismo. Muchos saben que la opulencia capitalista
ha desencadenado procesos irreversibles. Lo que no se reconoce tanto,
es que para la crisis ecológica, la escatología marxista no sirve.
Los famosos “manantiales de riqueza” del Capital brotan junto a
chorros de polución, desperdicio y riesgos tecno-científicos. El eco-socialismo
surge por urgente reinvención del socialismo clásico. Marx-Engels
ya no van a pensar por nuestro destino planetario. Nos corresponde a
todos y todas. Aunque en este tema, Chávez ha lanzado acertados dardos
intuitivos, el productivismo y el consumismo se anidan imperceptiblemente
en la mentalidad de las fracciones del capitalismo de estado y en la
burocracia roja rojita que sueña con engordar patrimonios y privilegios.
Pero, hay que preguntarse como es posible que Fidel y Obama puedan encontrar
áreas de acuerdo frente a la crisis ambiental. Para los desprevenidos,
podría sorprender que el mismísimo Banco Mundial en su informe preparatorio:
“Desarrollo y cambio climático 2010”, muestre inquietudes. Por
supuesto, hacen saludos a la bandera ecológica para que todo siga más
o menos igual de mal. El propio Robert B. Zoellick, Presidente del Grupo
del Banco Mundial dice: “
Los países desarrollados han producido
la mayoría de las emisiones del pasado y tienen un alto nivel de emisiones
per cápita. Estos países deberían marcar la pauta reduciendo significativamente
su huella de carbono y estimulando las investigaciones sobre alternativas
verdes.” ¿Sorpresa? Tal vez demasiado tarde. Pero lo más interesante
del informe es el preludio de una novedosa estrategia retórico-ideológica
para “echarle la culpa a la propia víctima”: “
No obstante,
la mayoría de las emisiones futuras se generarán en el mundo en desarrollo.
Estos países necesitarán fondos suficientes y transferencia de tecnología
para poder emprender una trayectoria con bajos niveles de carbono, sin
poner en peligro sus perspectivas de desarrollo. También necesitan
ayuda para adaptarse a los inevitables cambios del clima.” De
nuevo, la “misión civilizadora” del Banco Mundial. La catástrofe
ambiental será por obra y gracia del Banco mundial responsabilidad
de los llamados “países emergentes”. Lo que no dicen es porque
se siguen los mismos “modelos de desarrollo”. Para el Banco Mundial,
¡El Sur necesitara de su ayuda eterna!, Amén. De allí el titulo del
artículo: ¿Por que eco-socialismo? Para salir de la trampa montada
para la XV Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático en Copenhague
a partir del 7 de diciembre de 2009. Para salir de la trampa de raíz
analizada por Karl Polanyi: “(…) la transformación de la sustancia
natural y humana de la sociedad en mercancías”. No hay manuales que
valgan. Eco-socialistas como
Manuel Sacristán, Raymond Williams, James O'Connor, Barry Commoner,
Juan Martinez Allier, Francisco Fernández Buey, Jean-Paul Déléage,
Elmar Altvater, Frieder Otto Wolf, Joel Kovel, Rudolf Bahro y muchos
otros, están a la orden del día. El mundo de vida no es una mercancía.
Desde ahora será: ¡Eco-socialismo o Barbarie!