Orden en la Pea. La Reforma es un trapiche que demuele Revoluciones

Todos sabemos y estamos claros que la reforma es contrarrevolucionaria. Los partidos reformistas tipo Acción Democrática (AD) y el Movimiento al Socialismo (MAS), son ejemplos en la política. Debemos entenderla como aquella conocida expresión

“Cambiemos todo, para que todo siga igual”. Un proceso que se considere Revolucionario no puede mirar la reforma como arma política. Si lo hace corre el peligro de sucumbir por los halagos de la misma, y más rápido que inmediatamente se convertiría en un proceso burgués, neoliberal, donde todo gire sobre la base del gatopardismo, donde las leyes beneficien a una minoría por encima del pueblo, donde sus parlamentarios juegan a los que más apuesten económicamente para sus beneficios personales, en nuestro caso seria fatal, es volver al pasado, es regresar a la cuarta republica y eso no lo queremos ni en pintura. 

Venezuela vivió  por décadas gobiernos reformistas, es decir, proyectos de país que eran puros retoques, es como cuando se pinta la fachada de la casa de algún color, y al año siguiente, con la pintura que sobro se hacen retoques y así durante años, Cuarenta largos años nuestro país vivió de puros retoques y retazos reformistas. Un maquillaje perfecto para un país rico y petrolero. En el mundo éramos un ejemplo de la democracia liberal, cada cinco años un retoque, que podría ser blanco o verde, total, se cambiaba de partido y de presidente pero todo seguía igual (la máxima reformista). Pero por dentro el país estaba destrozado. Una minoría dueña de los medios de producción, de los medios de comunicación y una gran mayoría él

80 % vuelto mierda. Esa era la Venezuela Saudita liberal, con un congreso liberal, donde se aprobaban leyes a escondidas, donde el pueblo nunca se entero porque hubo devaluación, porque perdieron sus prestaciones sociales, porque la inflación llega en un año a

103,4 %. Porque la amante de un presidente mandaba mas que cualquiera, y ella decidía los ascensos militares, evaluando quien de los militares cargaba mejor sus maletas en los viajes o las bolsas del mercado. Esa era la Venezuela reformista del siglo pasado, condición que no queremos repetir. 

En este nuevo siglo, y ya desde 1999, llego para quedarse un proyecto de país progresista, que desde el 2004 planteo la idea de llegar al Socialismo por la vía pacifica. Un proyecto convertido en proceso y a su vez transformado en Revolución. Muy lejos queda en el recuerdo  el viejo armazón y oxidado andamiaje del punto fijismo. La Revolución Bolivariana ha dado muestra de tener en sus entrañas la antorcha indomable que todo cambio estructural requiere. Existen ideas, existe liderazgo y anteponiéndose a todas estas... un pueblo, un colectivo ¡¡. 

Sin pueblo no hay líder que valga, y podríamos emplear un termino contradictorio, El Pueblo hace al líder, pero el líder también hace al pueblo... El Proceso Revolucionario Bolivariano no necesita de reformas, ya tuvimos bastante en el siglo pasado, necesitamos hacer un Socialismo de avanzada donde cada paso caminado nos aleje mas del morbo capitalista. Debemos ver con claridad el futuro que nos espera, no es fácil el camino... pero es el camino ¡¡. 

Saludos cordiales, RAS, Siglo XXI

pedro2_jose@yahoo.com

venezuelaeconomicaypolitica.blogspot.com 
 
 


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Pedro Patiño / Red Bolivariana

Químico, Investigador de Asuntos Económicos e Históricos, Analista Político, Eco socialista y Bolivariano.

 pedro2.patino@gmail.com      @pjph

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