“Voces contra el imperio”

Poner el dedo sobre la llaga

Hay quienes escriben sólo por escribir. Escriben mucho para decirnos nada. En política, muchos "políticos" tienen en la escritura su oficio, y plasman lo que sea y sin motivación. Escribidores los hay para todos los gustos. Los hay quienes escriben para adornar; son los aduladores. Los hay filósofos y quienes escriben como pesados intelectuales, pretendiendo competir con los clásicos, pero confunden. Algunos, un poco más lunáticos, escriben mucho pero nunca aterrizan en la realidad, escriben maravillas como en cuentos de Hadas. En pocas palabras ¡Escribidores de paja!

En la izquierda, los escribidores se caracterizan por románticos, filósofos y críticos realistas, etc. Los mejores son los capaces de combinar todas estas características. Somos románticos porque reconocemos y emulamos el desprendimiento de nuestros mártires y próceres. Somos un poco de filósofos y hacemos que las ideas de Hegel, Marx, Engels entre muchos otros, sean fácilmente digeridas por el pueblo. También somos críticos, porque la crítica es parte fundamental de la revolución; porque el análisis crítico es la precondición para los cambios necesarios; porque criticamos al sistema y a la sociedad capitalista, y además proponemos. También nos criticamos a nosotros mismos como arma para combatir las desviaciones, etc. Sólo los verdaderos escritores revolucionarios saben combinar lo romántico con lo filósofo y crítico.

Es harto conocido por todos que el más duro crítico de la revolución Bolivariana es el mismo Comandante Chávez. Nos bastaría con leer sus escritos "Las líneas de Chávez", o con escuchar algunas de sus alocuciones en TV y Radio para aceptar esta idea. Es precisamente esto lo que más admira y reconoce el pueblo venezolano de su líder. Las críticas y autocríticas del Comandante permiten a su pueblo comprender mejor las ideas y la realidad de la Revolución Bolivariana; por los problemas institucionales y generacionales heredados. Las críticas del líder también logran que el pueblo no asocie las fallas con su gestión revolucionaria y la propuesta Socialista. Sus críticas y autocríticas permiten mantener limpias nuestras banderas.

El Comandante Chávez es escritor romántico, filosofo y critico. En su Líneas escritas y publicadas el día Domingo 17 Enero del presente año, volvió nuevamente a poner el dedo sobre la Yaga. Señala que el "Estado Burgués todavía tiene espacio dentro del Estado que aun esta surgiendo" y que desde esos espacios "entrampa, sabotea, obstaculiza el proceso de construcción de la nueva institucionalidad" y vislumbra el Poder Comunal como la sustitución del Estado Burgués. En el Aló Presidente de ese mismo día, también señalaba a “la falta de seguimiento y control” como otras de nuestras grandes fallas que aquejan a todos los ministerios. El propio Chávez insistía en la necesidad de que sus ministros deleguen las responsabilidades de control y seguimiento en un equipo multidisciplinario.

Escribimos estas líneas porque unos compañeros, a quienes respetamos, se sintieron delicadamente aludidos por algunos de nuestros artículos anteriores. Los compañeros entenderán que nuestro estilo y compromiso nos obliga siempre a realizar la crítica constructiva. No escribimos por escribir.

Estamos claros que nuestros enemigos fundamentales son el imperialismo norteamericano y el sionismo internacional. Pero en esta especie de “Guerra Fría” contra el imperio, hasta no producirse un enfrentamiento más directo, quienes más daño hacen a la revolución no son precisamente sus agentes: la canalla, mal llamada "oposición". Tampoco los tremendistas, “de izquierda”, sino quienes se esconden entre nuestras filas: los 5tas columnas; los corruptos. Pero también nosotros mismos cuando nuestro trabajo se hace ineficiente por caer atrapados, victimas de los escritorios del viejo Estado burgués, y que junto a la acumulación de cargos burocráticos en pocas personas conduce, aun sin pretenderse, al burocratismo (degeneración de la burocracia) y a la ineficiencia. "Quien mucho abarca poco aprieta" expresa un proverbio venezolano.

Lo mejor que podrían hacer nuestros compañeros aludidos es imitar al Comandante Chávez y reconocer las limitaciones, o fallas en las que incurren en su gestión, para, de esta manera, poder mostrar a sus trabajadores, y al pueblo en general, el lugar donde se esconde la Yaga y señalar al verdadero responsable: las trabas impuestas por el Estado Burgués, sus leyes que benefician a su clase y el hombre formado en los vicios y perversión del capitalismo. El pueblo no es pendejo. Ganamos su credibilidad cuando no callamos y reconocemos nuestras propias fallas de frente. Acaso no sabemos interpretar al pueblo cundo grita su mejor consigna: ¡Así, así es que se gobierna! Esta acción de denuncia y crítica no puede ser sólo tarea del Comandante Chávez.

Otro aspecto que este escribidor ha venido señalando y criticando es la acumulación de cargos burocráticos en pocas personas. “Humanamente no es posible que un ministro abarque más de una trinchera de batalla”. El es, a nuestro entender, después del Comandante Chávez, el responsable que comanda las acciones mayores de la revolución, y quien, junto a su equipo de trabajo, hacen las tareas de control y seguimiento sobre las líneas políticas, los trabajos y proyectos de la revolución. Un ministro no puede, jamás, dejarse enredar en las trabas burocráticas que conllevan los cargos administrativos. ¡Ministros a su trinchera!

Recientemente recordaba el presidente Chávez unas palabras de Bolívar cuando dijo: "en ocasiones el grito desesperado de un soldado ha salvado la patria". Es responsabilidad de los escritores y articulistas revolucionarios plasmar sus impresiones sobre la base de la realidad, ayudar a descubrir nuestras propias fallas y al enemigo interno, para salvar la revolución. Aquí la única lealtad que se debe es hacia el líder de la revolución y a la revolución. "Irreverencia en la discusión y fidelidad en la acción", no deben ser sólo consignas. La revolución se nutre de la crítica. Nos decía Marx que "La revolución se profundiza bajo el fuego implacable de la crítica y la autocrítica". Marti decía que "Critica es amor".

Compañeros, pongamos el dedo sobre la yaga y ayudemos al Comandante en su titánica labor de concientizar al pueblo.


basemtch@gmail.com


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Basem Tajeldine

Marxista. Investigador de temas geopolíticos internacionales en el Centro de Saberes Africanos. Moderador del programa VOCES CONTRA EL IMPERIO, RadiodelSur y RNV.

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