Haciendo uso de la metodología marxista: La crítica social dialéctica

El despolarizado Socialismo

Marx no solía hablar de sí mismo como filósofo, historiador o economista –pese a ser todo eso a la vez- sino como crítico de la sociedad y, por tanto, el método de investigación marxista es la crítica social dialéctica que en este artículo utilizamos para tratar la temática del despolarizado socialismo.

     Si las células constituyen los ingredientes básicos de las individualidades humanas y éstas últimas se erigen como los elementos constituyentes  capitales de la sociedad, entonces es válido establecer una analogía entre ambas. Ahora bien, si la investigación científica ha convertido en un hecho irrefutable la afirmación de que el ácido desoxirribonucleico, la macromolécula que forma parte de todas las células humanas, contiene la información genética que conforma el código del proceso de desarrollo de las individualidades humanas que asume la responsabilidad de la transmisión hereditaria, entonces dicha analogía nos insinúa la búsqueda del código social en el escenario del funcionamiento de sus idiosincrasias.

     Es un hecho también irrefutable el tutelaje que, en la saludable actividad de las individualidades humanas, ejerce la homeostasis según la cual toda su organización estructural y funcional tiende hacia un balance espectral en el que todos los componentes están en constante cambio para mantener, dentro de unos rangos, la dinámica del todo. A tal efecto, el primer paso de esta autorregulación, es la detección del alejamiento de los patrones vitales de referencia en función de disparar los resortes de la regulación, activando los mecanismos necesarios para compensar el desbalance que se genera en las anómalas circunstancias.

     Un organismo insano es aquel que,  en las circunstancias en las cuales se requiere sostener el ciclo homeostático, es sometido a la acción de agentes patógenos que comprometen su sostenimiento y la enfermedad es una respuesta ante una limitación de sus ciclos vitales esenciales que pone en peligro la preservación en el tiempo de la función homeostática.

     La sociedad socialista, como mancomunidad de las individualidades humanas con el entorno, tiende a la estabilidad dinámica y, a tal efecto, se deben establecer y practicar códigos socialistas que subviertan el carácter  insano del capitalismo que la precede  y le deja como herencia costumbres, tradiciones y hábitos que intervienen como mecanismos de rechazo de lo novedoso. Es del juego de fuerzas de los influjos de estos dos factores opuestos y complementarios que resulta la conservación transformadora que identifica el propósito esencial de un proceso de transición socialista que, aún cuando debe lograr el contoneo en la totalidad  de sus dimensiones, debe priorizar sobretodo aquello que tiene que ver con la medular subversión de la polarizada y polarizante división de clases capitalista en la cual subyace la explotación de las individualidades humanas y del entorno en beneficio de una cada vez más minoritaria, parasitaria y enriquecida clase privilegiada. 


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Nicolás Urdaneta Núñez


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