Marx no solía hablar de sí mismo como filósofo, historiador o economista –pese a ser todo eso a la vez- sino como crítico de la sociedad y, por tanto, el método de investigación marxista es la crítica social dialéctica que en este artículo utilizamos para tratar el tema del intento de chantaje y de huída hacia delante de Henri Falcón t del PPT.
La estrategia oposicionista está basada en el dueto conformado por el chantaje y la huída hacia delante que hoy Henri Falcón y el PPT están utilizando en aras de impulsar el chavismo sin Chávez mediante el cual ellos aspiran fantasiosamente protagonizar el ejercicio del poder político en nuestro país, mostrando de esta manera el carácter pequeño burgués de un iluso programa de gobierno que cambie las cosas para que no cambie nada.
Oscilar entre reconocer que la sociedad venezolana debe cambiar y el horror que les genera la posibilidad del cambio radical socialista; buscar cambiar el capitalismo sin tocar su esencia explotadora y solo cambiando algunas cosas en la superficie para no remover el fondo; elaborar proyectos retóricos; intentar acabar con la pobreza material y espiritual que hiere a nuestra población fantaseando y desvariando; plantear que, dada la alta renta petrolera venezolana, el problema de la pobreza se puede resolver repartiéndola de manera más equitativa, y dejando intactas las relaciones económicas capitalistas, recurriendo así a la ficción de que la economía venezolana es tan especial como para escapar a las leyes del devenir histórico de la humanidad, estableciendo un capitalismo con rostro humano: He aquí la vacilación de donde surge el estado de angustia que vive la dirigencia del PPT y Henri Falcón y que además atrae a aquellos miembros principalmente de la clase media que sienten que los cambios son impostergables, pero les aterra su concreción.
Y ante este estado de pánico entran en acción los llamados mecanismos psicológicos de defensa irracionales que les reducen las consecuencias de dicha situación estresante y les permiten seguir intentando con normalidad vencer, evitar, circundar, escapar, o ignorar las frustraciones y amenazas, canalizando su impulso hacia una nueva y más aceptable salida política, olvidando enérgicamente eventos o pensamientos dolorosos, proyectando sus sentimientos o ideas dolorosas hacia otras personas o cosas cercanas pero que las sienten ajenas como si no tuvieran nada que ver con ellos, tratando a los factores obvios de la realidad como si no existieran, incorporando subjetivamente a una persona los rasgos que son característicos de otra, retornando a un funcionamiento mental que corresponde a un nivel de madurez inferior, previniendo que un pensamiento doloroso o controvertido emerja sustituyéndolo inmediatamente por uno agradable, separando de su recuerdo los sentimientos de afecto y odio conectados a otras personas; apartando de su recuerdo no solo el sentimiento conectado a otras personas o a hechos particulares sino también uniéndolos a otras personas o hechos y sustituyendo una razón inaceptable pero real, por otra aceptable.
En el hecho específico del brinco de talanquera de Henri Falcón, han asumido como propia la matriz de opinión de los oposicionistas según la cual se desmorona el liderazgo de Chávez y, en consecuencia, al aspirar chantajear a los revolucionarios con la ilusoria creencia de que su deslinde pone en peligro el avance del proceso de transición hacia el socialismo, huyen hacia delante haciendo uso de los pero referidos al impecable rumbo revolucionario que ha tomado nuestra patria. En respuesta, la revolución debe imponer el deslinde radical que no de cabida a dicho chantaje y huída hacia adelante.
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