Este domingo 18 de abril presentaré, acompañado de una guerrilla comunicacional, las ideas que me condujeron a la postulación a las primarias del PSUV para ser candidato a la Asamblea Nacional. Amigos del PSUV y amigos de la oposición, desde hace tiempo me han presionado para ser candidato, ¿a qué?, no importa, sino candidato. Pero mi fobia a las candidaturas, por participar siempre en ellas como asesor político y comunicacional me llevó a tomar distancia del escenario político público. Hoy es diferente, pasó mucho tiempo para que en Venezuela surgiese un partido que decida sus candidatos en primarias, incluso sus delegados y autoridades. No es casual la existencia del PSUV, ni un capricho del presidente Chávez, como lo quieren hacer ver esa minoría sin lucidez en la oposición. Se trata de una ingeniería político partidista, que por sus ideales se irá engranando con el resto de los países de Latinoamérica, para consolidar un proyecto económico soberano y diferente al capitalismo. Es un proceso difícil, cuyo peor enemigo es la indiferencia de los que pueden aportar algo.
De nada importaron las elecciones en Honduras, hoy una bota militar dirigida desde Estados Unidos pateó la cara de los hondureños. De nada importan las elecciones y las encuestas en Colombia, hoy nuevamente los narcopolíticos volvieron al poder para continuar un conflicto armado que las ofrece enormes ganancias financieras. Solo la palabra Narcoestado puede definir la tragedia colombiana, incluso la mexicana y la norteamericana. Sin embargo, en Venezuela se pretende silenciar que se abrieron más puntos electorales, los numerosos operativos para que los nuevos votantes se inscriban en el registro electoral. Y lo más importante, se silencia el hecho de que el partido de gobierno, que en su momento impulsó la figura del referendo revocatorio para todo gobernante electo, hoy se aplica nuevamente la figura de la consulta a las bases para definir sus candidatos. Este hecho ignorado por los medios colombianos, españoles y gringos, hace polvo sus acusaciones contra el gobierno venezolano de dictadura, autoritarismo y negación de la disidencia política. Ningún presidente autoritario y que viole el derecho a disentir, permitiría la consulta a las bases en repetidas ocasiones, para definir sus candidatos a gobernadores, alcaldes, diputados y autoridades de partido. Por el contrario, es la oposición la que sigue imponiendo sus dinosaurios como jefes de sus partidos y candidatos. La disidencia dentro de la oposición está prohibida y la consulta también.
Asumo con optimismo esta postulación, porque creo en la gente cuando se le da poder de decisión. Presentaré a los medios nuestras ideas, porque represento un sector del PSUV que aunque trabaja en lo mediático, se niega a salir públicamente. Por eso funcionamos como una célula guerrillera que se siente y no se ve. Agradezco públicamente a mi amigo Francisco Rangel Gómez, con quien he batallado en decenas de elecciones para favorecer a otros candidatos y de manera respetuosa entendió nuestra decisión política. Esta no es una elección más, es una guerra de ideas que deben llegar a la Asamblea Nacional para profundizar el poder popular. Corren riesgos los Consejos Comunales, corren riesgos las misiones, corre riesgo la educación y la salud gratuita. Y no lo vamos a permitir. Patria socialista o muerte.
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