El imperialismo ha cometido tantas atrocidades, tantas tropelías, tantas injusticias y crímenes de lesa humanidad, que sobre el sudor, la sangre y las lágrimas de millones y millones de cadáveres y de sobrevivientes que muchos ni siquiera pudieron darle cristiana sepultura a sus muertos, han levantado un odio tan prolongado y extenso que, sin xenofobia, mucha gente llega a desear que los equipos de las naciones imperialistas no tengan vida en campeonatos mundiales de cualquier deporte. Odio que algún día debería ser superado para siempre cuando las fronteras nacionales no identifiquen los uniformes de los conjuntos deportivos.
Sin duda, Alemania es una potencia en el fútbol y tiene excelente jugadores, pero España también lo es. Sin embargo, ni la una ni la otra es de mi preferencia en un campeonato mundial de fútbol. Siempre he ido a Brasil, pero como éste no sabe perder he tenido la tentación de inclinarme por un país africano, sea cual sea tomando en consideración que la Vinotinto no ha podido hacer presencia en un Mundial. En fin, para el momento de escribir este artículo: me resultaba igual que ganase España o ganase Holanda la final como me resultaba igual si el Pulpo se equivocaba en su vaticinio para señalar quién sería el campeón de la Copa Mundial de Fútbol 2010. Pero nadie debe dejar de reconocer que el pulpo se ganó la atención de periodistas y fanáticos menos de los astrólogos, porque les hizo una competencia dando pronósticos que al día siguiente eran materializados en los hechos.
Paúl o Pool, que es como se llama el pulpo, previó el triunfo de España sobre Alemania pero nada nos dijo que Puyol, puyaría el ojo alemán con un cabezazo que de pegárselo a cualquier ser humano en el pecho, le paralizaría el corazón para siempre. Lo peor que existe en el fútbol es subestimar a un defensa creyendo que no está en condición de hacer o meter un gol.
Pero concentrémonos en el glorioso, pitoniso, astrólogo y “humano” Pulpo que concentró más periodistas que los propios juegos del Mundial de Fútbol. Todas las teorías que creyeron que la astrología era obra exclusiva de seres humanos, se vinieron abajo como aquel muro de Berlín se derrumbó bajo el impulso de millones de personas que no lo deseaban. El pulpo es un molusco cefalópodo con ocho brazos provistos de ventosas, que vive en las oquedades de las rocas, cerca de las costas, y se alimenta de crustáceos y moluscos. Lo que ningún científico sabía era que en un Mundial de Fútbol se iba a descubrir la extraordinaria capacidad astrológica del pulpo para pronósticos futbolísticos, aunque, así lo dicen,.en la Eurocopa de 2008 se había equivocado en la final.
Los ojos del mundo veían en directo el momento en que el pulpo de origen inglés y nacionalizado alemán iba vaticinando los triunfos de la selección de Alemania. Detrás del telón, donde el hombre utiliza su inteligencia, nada se veía. Lo cierto es que el pulpo fue creando estados psicológicos alarmantes como cuando pronosticó la derrota de Argentina. En la tierra austral, donde aún existen los que creen que el hombre americano es oriundo de Argentina, buscaron rápidamente otros animales para contrarrestar la influencia del pulpo imperialista. Creo, que recurrieron hasta un armadillo pero hubo un perico que pronosticó la victoria argentina y eso calmó por pocas horas la tensión. Alemania eliminó a Argentina y es de suponer que muchos fanáticos frustrados, quisieron despescuezar tanto al pulpo como al perico. El Mundial de Fútbol es capaz de despertar la competencia en el reino animal por los pronósticos deportivos que se creía era obra exclusiva de los humanos.
El pulpo Paúl o Pool vaticinó el triunfo de España sobre Alemania. Eso trajo consigo una enorme preocupación en un pueblo que es excesivamente conservador. Y si alguien esto no lo cree, habría que consultárselo a los sicoanalistas alemanes. Sin embargo, éstos confiaban en que le había llegado la hora a Paúl de equivocarse, porque no se podía repetir la historia de la Eurocopa de 2008. La historia se repitió como tragedia para Alemania y de alegría para España. Paúl había alertado horas antes al pueblo alemán de la futura desgracia.
El pulpo vaticinó la victoria de España sobre Holanda. Los holandeses creyeron que la aroma de flores tenía el poder de contrarrestar la impertinencia de un pulpo de meter su nariz donde no le incumbe. España ganó a Holanda por un gol a cero en tiempo extra. El pulpo, se las comió todas.
Lo cierto es que ese pulpo ha creado discusiones, polémicas y hasta reflexiones en sectores de izquierda o, mejor dicho, en el campo de los marxistas. Todos, de alguna manera, queremos saber qué hay detrás del telón escondido que el pulpo, prácticamente, no se pela en sus pronósticos. La ciencia tiene o está obligada a desgajar las margaritas y aclararnos los misterios o secretos del pulpo o de quienes están detrás de él explotando o enriqueciéndose con los pronósticos del molusco cefalópodo de ocho brazos provistos de ventosas. Ahora existen personas que han jurado no volver a consumir carne de pulpo mientras que otras creen que ingiriéndola eso les favorecería el incremento de aptitudes para la inteligencia y la capacidad pronosticadora.
¡Cuidado con el pulpo, no Paúl sino el imperialismo!
La historia del pulpo Paúl o Pool no se quedará limitada al acuario alemán donde hace su vida cotidiana comiendo y viviendo como un rey. Traspasará fronteras en busca de expansionismo geográfico para saciar sus apetencias económicas como lo hace cualquier nación caracterizada por ser potencia imperialista.
Haciendo una broma o algo de humor entre unos camaradas se comentó lo siguiente: no nos extrañe que un día de estos, muy cercano por cierto, coloquen en un acuario el nombre de todos los países que conforman el planeta y suelten ese pulpo para que nos de la respuesta de qué nación lo gobernará por unos cinco milenios continuados. Y a ninguno de los camaradas le quedó duda alguna de que el bendito, prodigioso, sabio, astrólogo y mejor pronosticador del mundo, el pulpo Paúl o Pool, meterá su cuerpo entre las siguientes palabras: Estados Unidos.
Si la mayoría de la humanidad creyese ciega y fervientemente en el pronóstico del pulpo, estaría ante la más grande catástrofe del género humano: resignarse por cinco milenios a los perversos designios del imperialismo estadounidense, porque eso está pronosticado por el pulpo Paúl. La posibilidad de la revolución socialista se esfumará como cualquier ventosidad del mismo pulpo en las aguas del acuario o del mar. Seremos, entonces, más fieles y más sumisos esclavos del capitalismo. Bueno, por lo menos, nos quedaría el consuelo que los argentinos jamás llegarían a sentir simpatía por el pulpo que los excluyó o eliminó del Mundial de Fútbol de Sudáfrica 2010.
Por encima del pulpo Paúl o Pool hubo una nota inverosímil pero excepcional en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. ¿Cuál fue? El entrenador del equipo de Corea del Norte, para justificar el fracaso de esa selección, lanzó al aire, al mar y a la tierra una idea que pareció caer del Infierno y no del Cielo. Sólo a Satanás se le ocurre mentirle a los vivientes tratando, con su demagogia y valiéndose de las Sagradas Escrituras, de convencerlos que con su poder los convierte en ricos para que disfruten sus bienes en la Tierra pero que, luego de la muerte, el alma vaya a sus predios donde les cobra las letras de cambio metiéndolos en pailas donde el azufre hierve a temperaturas no imaginadas por los físicos o los químicos que lo usan para la experimentación científica.
Un periodista le preguntó al entrenador de Corea del Norte sobre sus tácticas y la estrategia de ataque para enfrentar a los equipos adversarios en la primera ronda del Mundial. El técnico, creyendo que los medios de comunicación se guardarían el secreto de su respuesta, respondió de la siguiente manera: “eso lo decide el comandante en jefe de Corea del Norte”; es decir, Kim Jong II, hijo del extinto y considerado Padre de la patria: Kim II Sung. Eso equivale a decir que existe una doctrina militar de fútbol norcoreana, cuyo mentor no es otro que Kim Jong II. Bueno, el técnico de la selección de fútbol de Corea del Norte aseguró, con lo que dijo, no recibir crítica alguna por el desastre “militar” de sus dirigidos en los campos de fútbol, porque sólo Kim Jong II estaría facultado para explicar tal fracaso. ¿Quién se atreve en Corea del Norte pedir explicación al comandante en jefe y quien, además, desde su sillón presidencial dirige a la selección de fútbol norcoreana? El fútbol también se presta para inventar lo que la mente de un pulpo no puede inventar. Ojalá, en el próximo mundial de fútbol, no se le ocurra a un entrenador sostener que el fútbol es la única ciencia, mitad experimental y mitad social, capaz de ser asimilada por el género humano y por el género animal.
Nota de último momento: en España millones de personas se desviven por una visita del pulpo Paúl para expresarle, personalmente, las gracias por su vaticinio inequívoco que anunció con antelación el triunfo de la selección española sobre la holandesa. ¿No tendremos en Venezuela un araguato o un chigüire capaz de superar los pronósticos del pulpo?