En la actualidad existe una campaña internacional, especialmente, por medios de televisión contra la revolución cubana y, fundamentalmente, contra Fidel y Raúl. Por CNN se divulga una entrevista con un personaje que dice haber sido durante diecisiete años miembro del equipo de seguridad personal del comandante en jefe, Fidel Castro. Y esa misma entrevista se retransmite por varios canales de televisión de otros países. Nada nos hace negar que dicho personaje haya sido lo que dice ser. En verdad, dice algunas cosas que para hacerlo debió haber estado muy cerca de Fidel. Comenzando, el periodista de CNN, para hacer sus preguntas, lanzó la bola al aire de que Fidel quería ser un Robin Hood. La diferencia entre éste y un monopolio económico imperialista (incluso televisivo) estriba en que el primero robaba a los ricos para ayudar a los pobres en la distribución del botín mientras que el segundo le roba la fuerza de trabajo a los pobres para más enriquecer su propio bolsillo. Y el mundo está dividido, entre otras cosas, por una aplastante mayoría de pobres y una reducida fracción de pocos ricos. Según los postulados de Jesucristo, primero entra Fidel por el ojo de una aguja que el amo del monopolio económico imperialista al reino de los cielos. A nadie en Estados Unidos, por ejemplo, se le ha ocurrido decir que George Bush quiso ser un Robin Hood.
No pretendo discutir o polemizar con el personaje que fue durante diecisiete años guardaespaldas de Fidel. No pretendo tampoco en desmentir todas sus acusaciones contra Fidel. No, de eso no me ocuparé por el simple respeto a la verdad de que personalmente no conozco a Fidel, aunque en una oportunidad lo tuve a un metro del alcance de mi vista y quedé tan impresionado que no pude mover ni siquiera un dedo de una mano para tratar de obtener un saludo suyo. Sin embargo, llama mucho la atención algunas cosas que dice ese personaje de Fidel, porque un guardaespaldas puede saber mucho de la persona que cuida pero es impresionante la cantidad de cosas que tienen relación de conocimientos mucho más con altos personajes de un Estado que con los miembros de un equipo de seguridad personal. Este, según la Biblia, va derechito al infierno.
Se dice, por ejemplo, que un barbero o un chofer de carro libre saben mucho más de los secretos y misterios de un Estado que los mismos miembros de un alto gobierno. Eso se debe a que existe la creencia que en la barbería y en un carro libre los que utilizan esos servicios cuentan todo lo que saben. Lo que sí se sabe es que ningún barbero ni ningún chofer de carro libre haya narrado o escrito una obra donde un Presidente de un país o un Ministro le haya contado la biografía sobre sus crímenes. No se conoce tampoco que ningún Papa u obispo de la Edad Media haya dejado escrita una obra narrando la historia de los crímenes de la Inquisición. Con eso pretendo decir, que un guardaespaldas de Fidel puede saber mucho de éste pero no más que los ministros que tienen que ver con la seguridad de la nación o que los miembros del Buró Político del partido comunista cubano, por lo menos, mientras Fidel estuvo ocupando la presidencia del Consejo de Ministros y del Consejo de Estado. Pero es que el personaje entrevistado por CNN lo único que le ha faltado decir es cómo Fidel hace sus necesidades sobre un retrete o excusado o cómo hace el amor dentro de un escaparate.
El capitalismo, en el uso que hace de su política de desinformación y mentira para desprestigiar o crear matriz de opinión adversa hacia líderes revolucionarios o fenómenos revolucionarios, ha sido tan mediático y perverso en sus acusaciones que hay que ser, frente a él por lo menos para el dudoso, como santo Tomás: ver para creer.
Repito, que no conozco personalmente a Fidel pero en este mundo quien no conozca algo sobre el pensamiento y obra de Fidel es o porque no ha querido o porque vive en un pedazo de geografía tan aislado de la civilización que ni siquiera tiene un radiecito para escuchar noticias o telenovelas. No existe en el mundo, a partir de la década de los años cincuenta del siglo XX, un personaje más relevante y nombrado, en bien o en mal, que Fidel. Cuatro.
Existen cuatro cosas, entre tantas dichas por el personaje que fue guardaespaldas de Fidel, que llaman poderosamente la atención y que vale la pena comentarlas.
Extraña, por ejemplo, que ese personaje estuviera siempre al lado de Fidel, incluso, cuando éste se encontraba en ocupaciones donde no tiene participación ningún guardaespaldas de ningún mandatario en el mundo. Dentro de la oficina, desde donde Fidel despachaba todas sus decisiones, allí estaba el personaje; dentro de la casa cuando Fidel estaba en conversación con su familia más allegada, allí estaba el personaje; cuando Fidel y Raúl hablaban sobre algún tema en particular, allí estaba el personaje; cuando Fidel se reunía con el Buró Político del PCC para discutir cosas transcendentales, allí estaba el personaje; cuando Fidel estaba dictando ordenes a generales que se encontraban en Africa en actividades de solidaridad, allí estaba el personaje; cuando Fidel se reunía en privado con gobernantes de otros países para analizar relaciones diplomáticas, allí estaba el personaje; cuando Fidel se ocupaba de leer y firmar documentos de vital importancia para la revolución, allí estaba el personaje; y cuando Fidel escribió, lo que según el guardaespaldas es un testamento, allí estaba el personaje. Si Fidel era un Robin Hood, el personaje (guardaespaldas) era como una especie de Dios que sin su presencia Fidel no podía cumplir ninguna actividad de su vida. Y lo más impresionante, es que el personaje tenía la potestad de fotografiar y grabar todo, absolutamente todo y guardar esas fotografías y grabaciones desde las más comprometedoras a las menos comprometedoras de la vida de Fidel, de Raúl, de la familia de Fidel y de la revolución. Y lo más bravo, es que el personaje estuvo dos años preso por sospecha de estarse pasando al lado adverso a la revolución y los organismos de seguridad del Estado cubano no hicieron absolutamente nada por averiguar sobre el paradero de miles de fotografías o grabaciones, en poder del personaje, que comprometían la vida de Fidel, de su familia, de Raúl y de la revolución.
Extraña, por ejemplo, que el personaje diga que Fidel no siente amor por nada y ni siquiera por su familia o, mejor dicho, por sus hijos. Quienes han vivido, en el pasado –muchos ya fallecidos- y en el presente junto o cerca de Fidel, jamás han cuestionado la calidad humana del gran líder de la revolución cubana. Calidad humana demostrada, primero, en las dificultades y, luego, en circunstancias provenientes del poder político. Si algo ha caracterizado el pensamiento y la obra de Fidel es su humanismo con los niños y niñas de Cuba, con los ancianos y ancianas de Cuba, con la juventud cubana, con los trabajadores y trabajadoras de Cuba. Pero, además, el sentimiento o la concepción que tiene Fidel sobre la solidaridad internacional, puesta en práctica en muchas regiones del mundo, es una prueba fehaciente e irrefutable de su humanismo. Decir, entonces, que Fidel no haya querido o derrochado amor para sus hijos es, como se le quiera ver, una falsificación grotesca de la verdad, una manera comprada o vulgarmente interesada de opinar para tratar de desprestigiar lo que no es desprestigiable. Si Fidel no quisiese a nadie ¿cómo se justificaría que una persona, como el exguardaespaldas que ahora lo denuncia, haya permanecido a su lado durante diecisiete años aferrado a la correa o cinturón del líder? ¿Acaso no dice que siempre estuvo al lado o pegadito de Fidel en todos los lugares cuando le tocó viajar juntos o desde donde despachaba sus asuntos de Estado?
Extraña, por ejemplo, que el personaje diga que Fidel es propietario de una riqueza de minerales donde destacan el oro y el diamante; que Fidel hizo negocios cobrando en especie. Basta con echar una miradita para darse cuenta que no tiene ningún sentido acusar a Fidel de haberse echo rico económicamente en lo personal. Si alguien jamás pensó en abandonar Cuba para irse a vivir a otro país y lograr acumular bienes para hacerse rico, ha sido Fidel. Pero supongamos que ciertamente Fidel tiene cajas de diamantes y de oro. Habría que preguntarse: ¿por qué no los ha vendido o negociado cuando esos son minerales muy cotizados y caros en los mercados? Sólo lo justificaría, por decir algo, que Fidel pensase en abandonar Cuba y eso no cabe en la mente ni siquiera de sus adversarios más enconados y desinformadotes de la verdad. Tal vez, me imagino, al personaje que actualmente denuncia de rico a Fidel no se le ha ocurrido pensar que a lo mejor, de ser cierta su acusación, Fidel sí tiene un conocimiento científico de la importancia de esos minerales para el futuro. Por ejemplo, el oro, cuando deje de dormir en los depósitos de los bancos y no sea un arma económica en los corredores de las bolsas del capitalismo, cumplirá, nada menos y nada más, que el papel de una rica materia prima para el uso en diversas ciencias e industrias y, especialmente, en la electrotecnia y radiotecnia o, mejor dicho, donde se le requiera como metal de alta electroconductibilidad y de características permanente de resistencia contra cualquier reactivos de la química. Y en relación con el diamante, algún día, tendrá que dejar de ser considerado como mineral precioso para el lujo de los ricos y se convertirá en un elemento exclusivo de las ciencias y de la técnica, porque tiene la propiedad de ser el más duro de todos los minerales con una densidad de 3,5, cristaliza en el sistema cúbico. Es famoso el bisturí de diamante creado por un venezolano y su utilización en el campo de la medicina y otras ciencias. Se sabe, por ejemplo, que el diamante carbonado se usa para perforar rocas duras.
Y extraña, por ejemplo, algo que jamás debió el personaje decir de manera pública aun cuando fuera cierto. Podemos respetar las tres extrañezas anteriores e incluso llenarnos de duda y hasta creíble por algunos que no requieren de ningún síntoma de averiguación de las cosas para darlas por hechos. Es imperdonable, desde todo punto de vista humano, que el exguardaespaldas de Fidel se haya ensañado tanto y tan miserablemente contra Dalia (la esposa de Fidel) acusándola de polígama, de montadora de cachos, de prostituta, de que se acostaba con muchos hombres y me imagino, de acuerdo a las sandeces del guardaespaldas, Fidel lo sabía o se hacía el que no lo sabía. Si Dalia no podía moverse o desplazarse sin guardaespaldas: ¿cómo hacia para tener relación sexual con sus amantes sin que nada, absolutamente nada, motivara a que se tomaran medidas para evitarlo debido al daño que le estaba haciendo a Fidel? Pero existe otro detalle digno de tomar en cuenta que debe ser deducido de una interrogante: si Fidel ha sido un represivo, un antihumano, que no quiere a nadie, que es un dictador autocrático, torturador y asesino: ¿quién se atrevería en Cuba a correr el riesgo de que lo torturen y lo maten por acostarse con la mujer de Fidel? Y si esos amantes ya fueron descubiertos, nada ha dicho el exguardaespaldas del destino de los mismos. Pero por encima de todas las cosas, nunca jamás, aun siendo cierto, debió el exguardaespaldas ocuparse de eso porque, entre otras cosas, lo convierten en un vulgar chismoso de esquina y lo hace, además, perder toda credibilidad sobre las otras acusaciones que hace contra Fidel. Puedo decir que todos los que conozco que han visto y escuchado al exguardaespaldas de Fidel manifiestan una contundente repulsión por lo que dijo contra la mujer de Fidel y hasta dicen que eso produce asco. Es mil veces más respetable que haya decidido, luego de diecisiete años de haber sido guardaespaldas de Fidel, pasarse con toda su maleta y sus zapatos a la CIA a que se pusiera a decir las cosas que ha dicho de Dalia.
Por lo menos, muchas pero muchísimas personas en el mundo tienen el derecho de preguntarse: ¿cuánto le ha pagado la CIA a ese exguardaespaldas para que haga el papel de vulgar y cínico acusador no sólo contra Fidel sino, peor aun, contra Dalia, la esposa del líder? Ahora, los que hemos visto y escuchado a ese personaje por televisión, aun cuando muchos no tenemos ni el menor conocimiento de la psicología, nos hemos dado cuenta de cuánto vacila el tipo, de cuánto se enreda en sus palabras, de cuánto titubea, para lanzar su saco de sandeces a la opinión pública. Uno se pregunta: ¿Por qué ese personaje no denuncia que los presos cubanos que están en Estados Unidos de lo que se ocupaban era ciertamente de descubrir y denunciar verdaderos planes de terroristas?
Que Fidel haya sido un dictador, por ejemplo, eso no sólo es creíble sino que lo creo, pero también lo son Obama, Zapatero, Sarkozy, Putin, Cameron o, mejor dicho, todos los mandatarios del mundo porque todo gobierno es expresión de una dictadura de clase sobre, por lo menos, otra clase y no puede ser de otra manera. Sin embargo, todas las personas tienen el derecho o el deber de preguntarse: ¿dictador a favor de quien: de los explotados y oprimidos o de los explotadores y opresores? Fidel, ha sido a favor de los primeros, pero Obama, por ejemplo, lo es a favor de los segundos. Esto es ciencia política y no una mera especulación de filantropía que se desplaza en medio de las contradicciones de clases lanzando una mano hacia un lado y la otra hacia otro lado o como aquel que limita toda su vida a eso de: deja vivir el mundo como está para que te dejen vivir y disfrutar de tu miseria.
Y paras finalizar: de seguro el exguardaespaldas de Fidel jamás escuchó o vio la entrevista que un medio de comunicación del capitalismo imperialista le hizo a una ex-yerna de Fidel, quien, entre otras cosas, jamás permitió que los periodistas la obligaran a hablar sandeces del líder y más bien lo mencionó con respeto y hasta dijo que Fidel vive con modestia, sin lujos de ninguna naturaleza, que era muy humanitario, muy amoroso con su familia y muy respetuoso, muy laborioso, aunque no manifestó lo mismo por Dalia, pero nunca recurrió a levantarle calumnias como de las que se ha valido el exguardaespaldas en su complacencia con la línea editorial de respuestas elaborada por la CIA.
Y conste que Fidel no es un ser humano perfecto, que nunca se equivoca, porque creer eso sería idealizarlo como un Dios. Y no nos olvidemos que éste demostró, aunque no lo crean los millones y millones de creyentes en su existencia, su imperfección cuando quiso que el hombre y la mujer fuesen inmortales desafiando, sin éxito, la más elemental e irrefutable ley de todas las leyes de la madre naturaleza: todo lo que nace es digno de morir, como lo dijo Goethe.
¡Viva Fidel! ¡Viva Dalia! ¡Viva Cuba! ¡Viva el pueblo cubano! ¡Viva la revolución cubana!