El presidente Chávez volvió a Santa Marta. Bajó del avión con tres rosas en las manos y el pecho emocionado. Las flores las dio a la dulce y novel Cancillera. El pecho se lo abrió a Colombia.
Nuestro Presidente acepta pasar la página, porque lo estratégico es re-construir unas relaciones aceptables y duraderas. Lo estratégico es la paz.
Claro que quedan en el tintero asuntos que deberán ser aclarados oportunamente.
El primero de esos asuntos es, lógicamente, la paz. Me pareció hasta inelegante que el primer numeral del documento conjunto fuese el pago de una deuda. Queda la sensación de que hubiese sido la razón de la reunión para una de las partes, que, por supuesto, al lograr plasmarla allí, ganó la partida.
Nuestro país no se caracteriza por maula, al contrario, por confiados, generosos y buenas pagas nos han robado más de una vez. Cuidado y no siga ocurriendo.
Hablar de paz y no tocar las siete bases gringas es absurdo. Que cesen los ataques calumniosos de altos voceros gubernamentales contra nuestro Jefe de Estado. Cuál es la posición del actual gobierno sobre la denuncia en la OEA y la acusación en la Corte Penal Internacional.
Otro tema fundamental es la excesiva permisividad con que se han movido en Colombia, los narcotraficantes que invaden nuestro territorio con su negocio y en lo cual la nación ha hecho un esfuerzo titánico a un alto costo para perseguirlos.
En orden prioritario también debería considerarse el drama humano de los cientos de miles de desplazados colombianos que entran a Venezuela huyendo del conflicto interno del hermano país, que en los últimos ocho años provocó la llegada de 270 personas por día, de las cuales 20 solicitan formalmente la condición de refugiados y sólo en 2004 fueron regularizados 400.000.
Alguna responsabilidad para con sus connacionales debería asumir el nuevo gobierno, toda vez que en Venezuela son más de cuatro millones que ni en la estadística oficial de colombianos en el exterior los toman en cuenta. Por suerte, aquí han encontrado a un pueblo hermano de verdad y un gobierno bolivariano solidario e incluyente.
No basta mencionar una atención social de las zonas fronterizas que ojalá se dé, hay una frontera de pobreza que, lamentablemente, mientras aquí luchamos por bajarla como en efecto lo hemos hecho compartiendo nuestra arepa con esos cuatro millones de colombianos humildes que conviven con nosotros, en Colombia ha crecido en forma alarmante.
El presidente Santos regresó a Bogotá con una presea que ofrecer a los empresarios a quienes les prometió en campaña que el mercado venezolano sería suyo. Logró en tiempo récord una declaración que suena a miles de millones de dólares para los exportadores neogranadinos y sus socios transnacionales.
Chávez sigue dando lecciones de grandeza. Confiamos que no descuide el músculo de la astucia. Nos trajo de regreso el vuelo de blancas palomas. Para nosotros es suficiente, por ahora.
(*)Presidente de la Comisión Nacional de Refugiados
"... los Estados Unidos que parecen destinados por la providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad..."
Simón Bolívar, El Libertador. Guayaquil 5 de agosto de 1829.
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