Es en el campo del pensamiento social donde se presentan las cosas más inverosímiles para entenderlas pero cualquier nado en el pozo, desde abajo hacia arriba, nos hace comprender con la mayor facilidad la tramoya o el quid de lo planteado, de lo que quiere descubrirse o del sol que tratan de taparlo con un solo dedo. El cerebro, incluso en estado de delirio, es capaz de imaginarse cosas que a los cuerdos les parece imposible que se piensen. La imaginación es una fuente inagotable de creación no importa cuánto de ficticio se nos anuncie como supuestos hechos reales. Pero no hay ni habrá cultura ni arte, para desarrollarse y armonizarse, que execre a la imaginación.
El pragmatismo, que resulta de mezclar el empirismo con el racionalismo, termina sustituyendo las ideas y los argumentos por chismes, rumores y calumnias. Y ninguna sociedad es tan pragmática como la estadounidense y sino fuese así, no sería el imperialismo más poderoso y peligroso para el género humano. Los republicanos son la extrema derecha de la política imperialista y los demócratas son la derecha moderada. A ésta pertenece el actual presidente Barak Obama mientras que el saliente, George Bush, a la primera. La lógica nos permite identificarlos, por igual, en la defensa de los intereses del imperialismo estadounidense, pero la dialéctica nos facilita instrumentos para comprender las diferencias entre ambos, aunque el dicho diga que no existe mejor republicano que el demócrata.
Hay locuras muy peligrosas como hay locuras maravillosas, y éstas son las que alcanzan las masas cuando existiendo condiciones objetivas se lanzan a conquistar sus anhelos sin importarles cuánto de sacrificio tengan que pagar por ello. El mundo debe prestar mucha atención, muchísima atención, a la locura republicana que se está manifestando en Estados Unidos. No es una simple reacción mental de política racional. No, es la reacción de una mentalidad nazista que no sólo se está desarrollando en Europa sino, más peligroso aun, en Estados Unidos. Y eso significa que el imperialismo está entrando en pleno conocimiento del peligro en que se encuentran, fundamentalmente, sus intereses económicos en este momento de la historia. Y eso significa también, por otro lado, que se está produciendo en el mundo un despertar de reacciones contra las políticas expoliadoras del imperialismo capitalista. Quienes crean que el imperialismo se derrumbará con la facilidad con que se viene abajo un edificio cuyas bases fueron simplemente rociadas de concreto, se equivocan. Recurrirá a los métodos más atroces y perversos para aterrorizar al mundo y de esa manera, sin importarle cuántas muertes y destrucciones cause, lograr una “paz” de vencedor que le permita garantizar el dominio de sus políticas expoliadoras.
Los republicanos se han vuelto “locos” en la acción pero muy cuerdos en lo pensado buscando su objetivo de poder político en Estados Unidos. Expertos en la mentira y el engaño han lanzado al aire la insólita ocurrencia de que el presidente Obama quiere implantar el socialismo en Estados Unidos. ¡Que monstruosidad de chisme barato! El rumor ya está corrido y tal vez, pronto si el mismo gobierno estadounidense no lo combate con firmeza, será una calumnia-verdad por una mentira millones de veces repetida.
No hubo mandatario en el mundo (incluyendo a Fidel) que no dejó de elogiar a Obama cuando ganó la presidencia de Estados Unidos. Con honestidad creyeron que algunos cambios en la política, fundamentalmente, exterior se iban a producir afectando las arrogancias y las apetencias imperialistas. Cambios de aceite pero no de motor es lo que hemos visto o apreciado en la política exterior del presidente Obama. Extraño y místico socialismo, sin duda alguna, el que quiere implantar Obama en Estados Unidos. Parodiando a Benjamín y en oposición a Santa Claus podemos decir que un pueblo puede ser tonto una parte del tiempo, una parte del pueblo puede ser tonto todo el tiempo, pero ningún pueblo ha sido ni será tonto todo el tiempo.
Si algunos saben con exactitud asombrosa que Obama tiene de socialismo lo que Bush de comunismo son los republicanos. Lo que no quieren entender es que Obama está defendiendo los intereses del imperialismo con métodos mucho más racionales que con los que los defendió George Bush. Si se estira la cuerda, ambos terminan sosteniéndola en el punto más álgido de la misma. Y ojo: no a favor del progreso social del mundo.
Decir que Obama quiere implantar el socialismo en Estados Unidos es como lanzar una caña de pescar en el mar buscando que todos los géneros de peces hagan una cofradía para asesinar al tiburón. Quizá, miles o, mejor dicho, millones y millones de personas o la aplastante mayoría de los seres humanos que saben leer en este mundo ni sepan quién es ni jamás hayan leído una sola letra de lo que escribe James Petras. Este es reconocido internacionalmente como escritor y, además, por mantener principios inclaudicables en beneficio de la causa de la redención de los pueblos. Al poco tiempo de asumir Obama la presidencia de Estados Unidos, James Petras escribió un artículo donde argumentaba y denunciaba que era el primer presidente judío que se asentaba en la Casa Blanca. Tal vez, lo único que se le olvidó agregar a su escrito James Petras es que Obama también es jodío en perjuicio de la causa de la emancipación del mundo. Por supuesto que existen judíos que creen y luchan por el socialismo pero para ello deben desgarrarse de esa piel que tiene por Dios el dinero y abrazar la teoría marxista. De lo contrario, ese socialismo es chueco, es mentiroso, es engañoso y es ficticio o, mejor dicho: es una trampa caza bobos.
Acusar a Obama de querer implantar el socialismo en Estados Unidos, de parte de los republicanos estadounidenses y por cierto en un gigantesca manifestación pública, es comenzar a decirle al mundo que es necesario salir o sacar del juego político o de la presidencia a Barak Obama; es como ir tejiendo la red para echárselo al pico. En otras palabras: están preparando la “justificación” de su asesinato. Empezó la campaña y el chisme ya pasó de rumor a calumnia y, precisamente, lo está haciendo la extrema derecha republicana que tiene un candidato potencial (Scott Brown) a la presidencia de Estados para que, con mano de fierro, adelante las políticas foráneas indispensables para garantizar el dominio unipolar del imperialismo estadounidense sobre el resto del mundo. Lo que sí es realmente un peligro inmediato para Latinoamérica, por lo corto del período presidencial que le queda a Obama, de a acusación de que quiere implantar el socialismo en Estados Unidos, es que lo están obligando a acometer una tropelía mucho más impactante y de mayor escarmiento que el golpe de Estado en Honduras. ¡Ojo pelao con eso! No olvidemos que la consigna política central de la protesta republicana contra Obama fue esta: ¡Hay que devolver el honor a Estados Unidos! Consigna, por cierto en el contexto imperialista, de corte nazista o racista.
Sería, por lo demás, muy importante y valioso conocer una reflexión de Fidel sobre la materia. Y quiera Dios, por ser América un continente muy católico o religioso, millones de personas la leyeran y reflexionen sobre ella pero, especialmente, los gobiernos, los partidos políticos y la clase obrera.