Veíamos con impotencia por todos los medios internacionales de las fuerzas imperiales, que la protervia se salía con la suya, por cuanto la moción que promovían para expulsar a Libia del Consejo de DDHH de la ONU, presagiaban vientos de guerra. De hecho, prosperó la moción y se aprobó su exclusión. Pero quiso la divina Providencia que un Chávez en la ONU a través del excelente embajador Jorge Valero, en su intervención y con voz firme y pausada, y con un poder de reverberación por la Paz que movió los cimientos de esa catatumba, hizo posible abortar, a priori, las pretensiones imperiales de EEU para invadir a Libia, derrocar a Gadafi y someter al heroico pueblo africano por la fuerza.
La mentira tiene patas cortas. Hoy por hoy, una mentira no tiene la fuerza o el poder de penetración que tuvo en recientes décadas. Ha perdido tanta fuerza, que su duración orwelliana no pasa de más allá de 72 horas, para que se caiga por su propio peso.
Creo, que a partir de esa humilde pero gallarda posición del soberano gobierno venezolano en la ONU, ante las poderosas fuerzas imperiales, hizo posible que le moviera el piso a las decadentes pretensiones de un imperio que por cada mal paso que da, más se hunde en el estercolero de la historia. No se dan cuenta de que cometen un error tras otro, y no se dan cuenta de que los pueblos por cada 24 horas que gira el planeta sobre su eje imaginario, estos elevan cada vez más sus niveles de conciencia.
De nada le valió al eje EEUU-Reino Unido-Israel, la gigantesca campaña mediática inventada y rebotada al mundo como cierta, haciéndole ver a la comunidad internacional que el líder africano Muamar Al Gadafi –casi depuesto por una rebelión popular promovida por la CIA— estaba bombardeando y masacrando con artillería pesada y con el ejército de tierra y aviones militares, al pueblo libio. Se decía que el ‘satanizado’ líder africano estaba diezmando a la indefensa rebelión popular, por el sólo hecho de oponerse a sus políticas progresistas.
Hoy vemos que el infalible Señor del Tiempo puso las cosas en su sitio. No hubo tales bombardeos contra la población civil como se nos hizo ver por los medios, no hubo el anunciado caos colectivo y no hubo la tan cacareada guerra civil. Pues, solo ha habido por parte de la aviación libia incursiones quirúrgicas contra arsenales militares de aquellas ciudades tomadas por los opositores. Y en cuanto a los civiles opositores y al enfrentamiento de calle contra las fuerzas militares gadafistas, sí ha habido numerosas pérdidas de vidas humanas por ambos lados, y eso es muy lamentable.
Todo aquella monstruosa satanización mediática contra Muamar Al Gadafi, y lo que en realidad sucedía en tiempo real, pero sibilinamente ocultada y callada por la CIA, Dpto. de Estado y cadenas internacionales, apuntaban como es dicho en estas últimas noches por el internacionalista Walter Martínez, hacia la previa preparación del teatro de operaciones, bajo la premisa de dos vertientes de ataque: el teatro mediático (virtual) y el teatro militar en tiempo real; preparado, como es sabido por todo el mundo, con aderezos mediáticos de falsa información y con imágenes trucadas y descontextualizadas por expertos de efectos especiales.
La propuesta de mediación y de Paz promovida por el camarada Chávez, fue aceptada por Libia y bienvenida por la Liga Árabe. Además, países como Rusia, China e Irán han manifestado no estar de acuerdo con la pretendida incursión militar humanitaria promovida por la OTAN-USA, ni con la zona de exclusión de “no vuelo”, que sería ante el derecho internacional una injerencia extranjera de un estado contra otro estado y una flagrante violación de la soberanía del suelo libio.
Chávez, en su condición de líder continental y con un peso moral a toda prueba, le rompió el espinazo a la CIA y a la OTAN. Y por cuestiones del destino, la propuesta de PAZ que esgrimió Chávez cuando ocurrió el primer encuentro con Santos en las tensas relaciones con Colombia, ahora, esa poderosísima arma de PAZ y mediación, le da un respiro al pueblo libio y frena los tambores de guerra de las huestes imperiales.
La brújula del imperio perdió el sentido de orientación y no da pie con bola, y su buen juicio está por el suelo.
Chávez, y los venezolanos revolucionarios que lo acompañamos solo queremos y abogamos por PAZ, PAZ, PAZ
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