Reactores nucleares o molinos de viento

Confieso que no tengo el más mínimo conocimiento de ciencias naturales ni tampoco de tecnología, pero sí sé que con ciencia y tecnología son muchos los logros que se pueden alcanzar en beneficio de la humanidad. Los maestros del marxismo han sostenido que el socialismo sólo es posible construirlo, como fin en sí mismo, sobre la base del más elevado legado técnico del capitalismo. De allí era que Marx partía para decir que el socialismo es, desde su comienzo, un régimen superior al capitalismo. Bueno, pero no es de socialismo el tema a tratar, aunque de vez en cuando haya necesidad de recurrir a ese término...

Existe una Agencia Internacional de Energía Atómica que se encuentra dirigida, especialmente, por los representantes de las naciones de capitalismo más desarrollado. Sabemos que se oponen a que en países subdesarrollados se construyan plantas de energía nuclear, porque eso debe ser potestad exclusivamente, fundamentalmente, de naciones imperialistas. Allí está el caso de Irán, amenazado con ser bombardeado si construye sus plantas nucleares. Sabemos, por lo menos muchos en este mundo, que hubo un desastre que costó muchísimas vidas humanas y animales como consecuencia del deterioro y explosión de reactores de la central nuclear en Chernóbil (ciudad ucraniana) en el mes de abril de 1986. Su contaminación radioactiva creó un verdadero caos. Era en ese tiempo la época en que Estados Unidos y la Unión Soviética competían hasta por el mínimo espacio mucho más allá de las fronteras de la Tierra. Se creía erróneamente, por muchos, que el socialismo estaba construido totalmente en muchas naciones del Este y en la madre Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas donde, incluso, se llegó a decir que ya todo estaba listo para entrar a la fase comunista propiamente dicha. Se creía equivocadamente, por muchos, que el capitalismo estaba en pico de zamuro, al borde de la muerte. Tres o cuatro años después de Chernóbil se derrumbó ese sueño creído pero no real. Sin embargo, sería necio negar el desarrollo nuclear y hasta tecnológico que logró la Unión Soviética antes de desaparecer del mapa.

Japón en un país de capitalismo altamente desarrollado que tiene las manos atadas, en lo militar, por haberse atrevido o por su autosuficiencia de haberse creído un emporio indestructible por el hecho de tener un Emperador como símbolo de su monarquía. El haber atacado a Pearl Harbor sin declaración de guerra el 7 de diciembre de 1941, hizo que el imperialismo estadounidense participara en la Segunda Guerra Mundial obteniendo grandes ventajas sin haber sacrificado lo que naciones de Europa tuvieron que pagar en su lucha contra el nazismo alemán. Sin embargo, Japón ha desarrollado una alta tecnología admirada y respetada en el mundo entero. Construyeron sus reactores nucleares sin oposición de las naciones imperialistas. Es de imaginarse que hubo extrema confianza en la tecnología japonesa y en otras que seguramente participaron en la construcción de sus reactores nucleares. Lo que ninguna ciencia y ninguna tecnología han podido permitir construir, hasta este tiempo, es una fórmula que evite la producción de hechos naturales que cobran a los seres humanos sus actos de depredación, contaminación y deterioro del medio ambiente. Así como la naturaleza ha golpeado con mucha dureza a países subdesarrollados y de pobreza económica como Haití, también lo ha hecho contra naciones de elevada tecnología y mucha riqueza económica como Estados Unidos y Japón. Eso ha demostrado que los reactores nucleares, sin saber nada de la materia, ponen en riesgo a la humanidad mientras sea el capitalismo quien continúe predominando en el mundo tratando de obtener riquezas económicas para los pocos sobre la base del incremento de la pobreza para los muchos. Y eso se debe a que las ciencias y la tecnología no están al servicio de la ley del desarrollo combinado sino de la ley del desarrollo desigual, lo que afecta y perjudica a la mayoría de naciones favoreciendo sólo a unas pocas, que son las de carácter imperialista. Las protestas –fundamentalmente- en Francia donde existen muchos reactores nucleares, las medidas desesperadas que están tomando gobiernos de naciones capitalistas desarrolladas para revisar el funcionamiento de sus reactores nucleares sin que antes eso les importara, prueban que el mundo corre inminente riesgo de contaminación radioactiva por culpa de las políticas de rapiña y explotación irracional de unos pocos países altamente desarrollados sobre muchas naciones subdesarrolladas. Pero, al parecer, el tiro ha comenzado amenazarles con salir por la culata.

En pleno comienzo del siglo XXI y predominando aún un capitalismo altamente desarrollado en el mundo, con un elevado desarrollo de fuerzas productivas en pocas naciones, con un avance incuestionable de las ciencias, suceden hechos como el que mantiene en vilo al planeta producto de los vulnerados y golpeados fatalmente reactores nucleares en Japón. Es necesario pasear los ojos por realidades que no deberían pasar, conscientemente, en alto a los gobiernos de las grandes potencias del capitalismo desarrollado. La ONU alberga, creo, alrededor de doscientas representaciones de naciones donde sólo 5 gobiernos o Estados (Estados Unidos, Rusia, Inglaterra, Francia y China) tienen la potestad de hacer y deshacer con el mundo como venga en gana al choque de sus intereses, esencialmente, económicos. Analicemos, ya lo hizo el camarada Fidel Castro con los más sabios e irrebatibles argumentos científicos, esto y abramos bien los ojos: sólo en 29 países existen reactores nucleares con la notable diferencia de que en Estados Unidos hay (lean esto: la macoca) de 104, en Francia 58 y en Japón 54, lo que suma en tres países de carácter imperialista un total de 216 reactores nucleares de los 442 que existen en el planeta. Es una desigualdad terrible por el ventajismo de unos pocos Estados imperialistas sobre el resto del mundo. No estamos tomando en consideración los que se están construyendo y que ahora, sólo por ahora, hemos escuchados intervenciones de gobernantes, cargados de preocupación por su propio daño que por el que le hacen a los demás, que han decidido detener la construcción de los reactores hasta nuevo aviso.

Claro, como uno no sabe ni un ápice de cosas nucleares salvo el daño que causan al planeta y a la humanidad por la utilización bélica en manos de naciones imperialistas, lo que uno diga no sólo no posee ningún valor sino que no estimula a nadie a averiguar las pendejadas que uno escribe, tal vez, sin ningún fundamento científico. Incluso, estamos en un mundo de tanta apatía sobre lo que está aconteciendo en él y lo pone en peligro de apresurar su destrucción, que las “Reflexiones” del camarada Fidel Castro y que enseñan de verdad verdad y enriquecen el conocimiento, son pocas leídas por lo menos fuera de Cuba.

Bueno, digo eso para decir o para invitar a reflexionar sobre lo siguiente: estamos viviendo un tiempo de crisis caóticas –en los diversos órdenes dela vida humana y natural- que afectan principalmente a la aplastante mayoría de la población y ponen en jaque mate –incluso- algunas regiones específicas del planeta. Actualmente la pugna esencial entre las naciones imperialistas es por apoderarse de las aguas y, especialmente, las dulces. Sabemos algo de lo que ha costado a la naturaleza las depredaciones hechas por la mano del ser humano, en lo individual y en lo colectivo; conocemos algo del recalentamiento global, porque incluso algunos (Al Gore, por ejemplo) personajes muy importantes de la política de naciones imperialistas lo han denunciado y recalcando los grandes peligros inmediatos si no se establecen políticas de renovación ambiental y de respeto a fundamentales leyes dela madre naturaleza; sabemos algo de los cuantiosos daños que ha causa a la humanidad y a la naturaleza la utilización y práctica de armamento nuclear para imponer políticas imperialistas en el mundo; sabemos algo también sobre el deterioro al medio ambiente que causan millones y millones de seres humanos que viven en la miseria crítica o agónica buscando alimentos para sobrevivir; conocemos algo sobre la necesidad que tienen las grandes potencias imperialistas de apoderarse del mundo para garantizar la materia prima para sus políticas económicas de dominación del planeta… Bueno, sabemos un poco de poquitas cosas que –incluso- nos llevan directamente a una correcta conclusión sobre la situación mundial actual: es imprescindible luchar y derrocar al capitalismo para poder construir un nuevo mundo donde nada de lo negativo que ha hecho el viejo modo de producción capitalista se haga en el nuevo modo de producción comunista.

Ahora, reflexiones sobre lo que a continuación se escribe: como no poseo conocimientos científicos y menos en cosas de reactores nucleares, me llama la atención de que éstos no pueden funcionar sin agua, porque entonces se recalientan, explotan y contaminan con peligrosa radiación todo lo que esté a su alrededor y muchos kilómetros más allá, dañando la vida donde quiera que se encuentre. Si los científicos que laboran para los beneficios de los imperialistas conocen de ello, habría que preguntarse ¿el por qué construyen los reactores nucleares dependientes del agua? ¿Por qué utilizan el uranio y otros elementos químicos si saben que el planeta corre el riesgo de inminentes fenómenos naturales que causan devastaciones terribles tanto en lo social como en lo natural? ¿Por qué se permitió que en Japón se construyeran 54 reactores nucleares cuando es un país conformado por islas sometidas constantemente a los rigores de una naturaleza encrespada? ¿Por qué, conociendo los peligros de reactores nucleares cuando explotan, se construyen tan cerca de poblaciones numerosas? ¿Por qué, si la tecnología y las ciencias están tan avanzadas o desarrolladas como se dice o así como construyen un virus para matar gentes o destruir cosechas y ya tienen elaborado el antivirus para aplicarlo luego de que logran su objetivo político, no tiene las fórmula científica para contrarrestar inmediatamente y dejar en cero funcionamiento a un reactor nuclear cuando se daña de manera que no perjudique a ningún ser viviente a su alrededor?

Ya no tengo nada más que preguntar. Ahora, sencillamente, lanzo una perla antigua al aire aunque absolutamente nadie la tome en consideración. Mientras más avancen la tecnología y la ciencia en el capitalismo, lamentablemente, habrá un incremento constante de la globalización de la pobreza y el sufrimiento para la mayoría de la humanidad y una desglobalización .extrema de la riqueza en las manos de una cada vez más pequeña minoría oligárquica. Mientras perdure el capitalismo corremos el riesgo no sólo que exploten reactores nucleares y contaminen el medio ambiente causando terribles daños a la humanidad y a la propia naturaleza sino, peor aún, crecerán a diario los niveles de la injusticia y la desigualdad sociales. Mejor dicho y en términos realmente de pueblo: aumentarán los entuertos por enderezar, las sinrazones por emendar, os agravios por deshacer, los abusos por corregir los cautivos por liberar, los villanos por combatir, las viudas por socorrer, y las deudas por satisfacer.

Y eso, genera en este mundo la necesidad de traducir, por lo menos así lo creo, la doctrina marxista al lenguaje de Cervantes, para que éste, sin deformar nada esencial, lo ponga en boca del camarada Don Quijote que ya no será de la Mancha sino el internacionalista loco y caballero no de caballería sino de rebeldía proletaria mundial teniendo una legión de hombres y mujeres que le siguen su pensamiento y su lucha, destacándose los Sanchos (más de a pies que de a burros), las Dulcineas (más reales que ficticias) y las Teresas (no importa si físicamente bellas o feas), levantando las banderas del socialismo contra el capitalismo.

No es cualquier reto o peligro ni las vainas o sustos que se van a llevar los muchos Sanchos, las muchas Dulcineas y Teresas, con adargas en las manos, siguiendo fielmente a un loco y testarudo de seco cerebro como Don Quijote cuando al mirar esos reactores nucleares diga: “Allí están los gigantes imperialistas bien armados con sus manos radiactivas larguísimas contaminando no sólo La Mancha sino el mundo entero. Mis Sanchos, mis Dulcineas y mis Teresas, a la carga, es necesario vencer si entuertos queremos enderezar, sinrazones emendar, agravios deshacer, abusos corregir, cautivos liberar, villanos combatir, viudas socorrer y deudas satisfacer”.

-Mi comandante en jefe: esos son reactores nucleares y no soldados imperialistas –le gritaría un Sancho antes del ataque.

-Que comandante en jefe ni que ocho cuarto. Me sigues o te quedas. Al enemigo ni agua ni paz, aunque tengamos que tomar sus cuarteles pasando más hambre que ratón en ferretería. Avancen mis camaradas sin fronteras. ¡Muera el capitalismo! ¡Viva el socialismo! Y pa’lante, que pa’tras espanta –seguro respondería Don Quijote.

¿Cuál sería la interpretación correcta sobre la lucha de Don Quijote, los Sanchos, las Dulcineas y las Teresas en este tiempo sin la doctrina de Cervantes pero armados de marxismo?

Parece mentira, pero en algunos aspectos se pudiera decir que el pasado fue mejor que el presente. Si en el mundo hubiesen, con todo el avance de la tecnología y de las ciencias, en vez de 442 reactores nucleares instalados en sólo 29 países aportando energía a menos población de la existente en esas mismas naciones: ¿Qué pasaría si hubiesen millones de millones de molinos de viento instalados en forma equitativa llevando energía a los más de 6.300 millones de personas que habitan el planeta? Por señalar una sola razón de boca de Don Quijote, el loco incomprendido por los pocos malos cuerdos que gobiernan el mundo: “Nadie correría riesgo de contaminarse con uranio, yodo u otros químicos con que construye el capitalismo sus reactores nucleares para joderse en la vida de la mayoría de la humanidad y de la propia naturaleza y no para el desarrollo de todos los pueblos inspirados en la solidaridad internacionalista”. Eso es un entuerto arrecho que deben resolver no Don Quijote y sus Sanchos, Dulcineas y Teresas, sino los proletarios, los revolucionarios, los pueblos que tienen necesidad de construir un mundo nuevo que sí es posible haciendo real la destrucción del capitalismo y sobre sus escombros y legado cultural y artístico construir el socialismo.

En verdad, ya no tengo más nada que decir, porque, repito, carezco de conocimientos para adentrarme en cosas de materia nuclear. Lo mejor es estar pendiente de las reflexiones del camarada Fidel Castro y leerlas para obtener conclusiones irrefutables sobre la materia. Lo que sí aclaro es que nadie debe entender la vuelta al molino de viento como una negación al avance de la tecnología y de la ciencia. Sin embargo, bueno es cilantro, pero no tanto. El propio capitalismo desarrollado se encuentra petrificado del daño que le está causando al mundo, pero eso en vez de hacerlo reflexionarlo que hará es impulsar más su desaforado apetito de dominio sobre el resto de las naciones y pueblos que no disfrutan de la tecnología y la ciencia a nivel imperialista.

¿Qué le diría Don Quijote a Sancho y qué respondería ésta a las palabras de su amo y señor, el mejor de todos los caballeros hidalgos andantes de la época feudal en la España colonialista?

-Sancho, mi querido Sancho, mi fiel escudero sin tener que pagarle nada de dinero: estamos viviendo de chiripa, porque esos gigantes de manos largas que tú, bruto de la brutalidad, llamas erróneamente reactores nucleares no son más que las jarmas con que los imperialistas nos darán pelaza para dominarnos, apoderarse no sólo de nuestra Mancha sino de todas las manchas de petróleo que jallan en este mundo. No entiendo el por qué el tarado dese de Cervantes no me aclaró que yo tenía, con adarga a la mano, enderezar entuertos dese tamaño que en vez de viento sopla radioactividad contaminando el ambiente y matando gente.

-Mi amo y señor: vusted no es más bruto que el chavo, que Kiko y que la Chilindrina, porque el profesor Girafales está enamorado de doña Florinda, la bruja del 71 de don Ramón, y éste trampea al señor Barriga para no pagar el arriendo de la habitación. Sin embargo, más porello no deja vusted de ser el más bruto de todos. ¿Cómo cree vusted que Cervantes, faltándole una mano para pensar, podía imaginarse un reactor nuclear en la época del feudalismo si vusted mismo atacaba, para destruirlos, a los molinos de viento negándole energía a la gente dela Mancha?-

-Sancho: vos tenéis razón, menos en lo de bruto. Mejor busquemos las “Reflexiones” de nuestro camarada Fidel, para guiarnos y no meterla pata en las conferencias de física, química, termomecánica que debo dictar en las universidades de Estados Unidos.

-Mi amo y señor: déjese de hablar tantas güevonadas y mejor acomódese de lado en la fosa donde lo enterraron, porque usted está más muerto que Matusalén. Actualmente la única voz, por ahora, que tiene peso en este mundo es la de un tal Obama. ¿Sabe vusted quién es ese señor? Amén.

-Sancho: negro que no conozco no le jurungo la lengua.

A la hora de escribir esta opinión titulada “Reactores nucleares o molinos de viento”, ya los daños que están causando los deteriorados reactores nucleares en Japón alcanzan más de cien kilómetros a la redonda y se calcula que serán por más de un siglo. ¿De qué le vale a Japón y a las naciones que tienen reactores nucleares todos sus intentos de avance tecnológico si no son capaces de haber creado las fórmulas inmediatas para evitar daños en caso de deteriorarse los reactores? ¿Por qué mejor no consultaron a los imperialistas estadounidense cómo se crea un virus y, al mismo tiempo, el antivirus antes de lanzarlo en perjuicio de otros?



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Freddy Yépez


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