En América Latina el nombre de Ignacio Ramonet era sinónimo de
pensamiento antisistémico y de lucha frontal contra la rapiña imperial
hacia los pueblos del mundo, pero algo fundamental ha cambiado en su
pensamiento y postura, ha aparecido de manera vasalla como buen
intelectual francés cooptado y alinderado con las posturas de moda en
los festines nocturnos de París.
Su posición sobre el tema Libio es grotesca, haciendo gala de la
ingenuidad de un escolar en asuntos de geopolítica mundial ha dicho
“…Se puede estar en contra de la estructura actual de Naciones Unidas,
o estimar que su funcionamiento deja mucho que desear. O que las
potencias occidentales dominan esa organización. Son críticas
aceptables. Pero, por ahora, la ONU constituye la única fuente de
derecho internacional. En ese sentido, y contrariamente a las guerras
de Kosovo o de Irak que nunca tuvieron el aval de la ONU, la
intervención actual en Libia es legal, según el derecho internacional;
legítima, según los principios de la solidaridad entre demócratas; y
deseable, para la fraternidad internacionalista que une a los pueblos
en lucha por su libertad….” (Libia, lo justo y lo injusto en
Rebelión).
Su postura defiende lo indefendible, defiende la invasión, defiende a
la ONU como fuente de derecho olvidando su papel como sanedrín de
legitimidad de las posturas unilaterales imperiales, o acaso olvida el
señor Ramonet que la ONU no es el consejo de seguridad?, Olvida que de
manera antidemocrática unos cuantos países han decidido por toda la
humanidad?, para Ramonet, la invasión es legítima e invoca para
validar su argumento la “solidaridad entre demócratas” y remata
diciendo que es deseable para la fraternidad internacionalista, llama
él fraternidad internacionalista el saldo de niños y civiles
asesinados en la ofensiva imperial?. Su salto ha sido muy largo en
verdad, de legitimador de las luchas anti sistémicas y
antiimperialistas a liberal y criminal, criminal sí, porque la
legitimación de la invasión es un acto criminal, mucho más para un
intelectual de su renombre.
En relación a estas trágicas posturas sobre Libia, propias no solo de
Ramonet sino de diversas corrientes supuestamente de izquierda, el
periodista venezolano y expresidente de la república José Vicente
Rangel ha dicho:
“…El dilema es falso. Tramposo. Me importa un carajo Kadafi. No es
santo de mi devoción. Pero eso es una cosa y otra diferente lo que
motivó la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU con
vergonzosas abstenciones que dieron luz verde a la intervención armada
de las potencias occidentales en Libia.
Plantear el tema libio en función del dilema dictadura o democracia es
puro cinismo. Creer que el mundo está poblado por idiotas. Ignorar la
tradición injerencista, violadora sistemática del derecho
internacional por las grandes potencias. Es dar vuelta a la cara
cuando se habla de libertad, al tiempo que se apuntalan dinastías
sangrientas y corruptas como las de Arabia Saudita, Marruecos,
Jordania, Bahréin. El problema: ¿es aceptable que un poder
supranacional decida sobre un país y valide, sin confirmar, las
informaciones difundidas por medios y gobiernos comprometidos? En el
caso libio se aceptó, sin investigar, que Kadafi masacraba al pueblo,
y la respuesta fue provocar otra masacre con los ataques de la
coalición.
¿Es aceptable la violación de la soberanía de una nación sólo porque
un grupo de países lo decide sin indagar lo que ocurre? Lo de Libia
acaba con la convivencia y seguridad internacionales y se cierne como
amenaza sobre las naciones pequeñas. Aquellas que tienen limitados
recursos para defenderse. Simplemente, la ley de la selva….”
La inmensidad de su error político sobrecoge, señor Ramonet, la pluma
con que escribe está manchada con la sangre de inocentes, ha olvidado
tal vez por resaca o por fariseísmo que los comités o cortes
internacionales de protección de derechos son los nuevos fariseos al
servicio de su amo imperial, la verdadera realización de los derechos
vendrá de la barricada popular o no vendrá, esta verdad histórica ya
la han demostrado Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina, hoy la
única fuente de derecho es la resistencia que escriben heroicamente
los pueblos de Irak, Palestina, Afganistán, Colombia y todos aquellos
que enfrentan la embestida demencial del imperio.
CENTRO DE ESTUDIOS POLICARPA SALAVARRIETA
BOGOTÁ-COLOMBIA
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