La estafa de la resolución 1973 de la ONU

En Libia y por doquier: "La vasta mayoría del mundo" ha sido traicionada

La principal diferencia, se dice, entre Irak y Libia es que aquella fue una guerra ilegal, totalmente ilegal, mientras que esta última no, porque se ha hecho a través del paraguas de una resolución de la ONU.  Asi razonan los que comprenden dolorosamente esta acción, además de los que la celebran efusivamente.
 

Cuando después de la confusión inicial se pruebe, una vez más, se evidencie una vez más, que esta otra guerra fue, también, otra vez, ilegal, entonces, como sucede ahora con Irak, se tratará de un hecho consumado. ¿Quien recuerda, o en qué repercute ahora contra los gobiernos atacantes de aquel momento que aquella haya sido una guerra ilegal?

La legalidad de esta guerra no importa más que para sostener a los dubitativos detrás de la verdad trufada que trasmiten hoy los medios.

Pero tanto los que celebran esta guerra como los que la comprenden están equivocados, porque las bases legales de esta guerra son un fraude.

Construyen febrilmente el nuevo monumento que celebra, quizás anticipadamente, el arribo y triunfo del liberalismo, en su fase neo paleolítica, al norte de África. El edificio es una síntesis conceptual que redirige y asimila provechosamente  los movimientos de rebelión  que se hicieron visibles en los últimos meses en varios países árabes.  La construcción, a medias planeada cuidadosamente, y a medias ejecutada con improvisación, semeja una ola de tsunami. Se empina vertiginosamente a medida que pasan los días, las horas, vamos, y aunque achacada por crecientes temblores, ya despunta más allá de las nubes. La gigantesca mole africana con vistas al Mediterráneo no cuenta, sin embargo, con cimientos muy sólidos y a medida que asciende y sitúa a sus febriles ocupantes, literalmente en la nubes, se estremece y amenaza con precipitarse.

Los emprendedores buitres han construido un edificio monstruoso que se desmigaja desde su base. Aunque su torre gigantesca va a derrumbarse, mientras tanto, agregan pisos cada hora, suben más alto en el cielo de la especulación geopolítica del neoliberalismo paleolítico.

El nuevo trío generó su base para la guerra, la sonada resolución 1973, a través un acuerdo mayoritario con el resto de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, y a continuación los traicionó.

El soporte irrestricto de los medios afines a los sinuosos caminos de ocultamiento que han llevado a cabo las autoridades de EEUU para esconder su protagonismo en esta guerra, difundiendo como dudas u oposiciones las maniobras de distracción, no pueden ocultar sin embargo el hecho de que EEUU ha preparado y fogoneado la resolución guerrera, ha iniciado la guerra, y se ha retirado a un segundo plano, dejando a sus aliados occidentales la mayor parte de la carga económica y física de los bombardeos.

El tipo de maniobras previas plagadas de simulacros para obtener finalmente esta aprobación provino de la certeza que tenía el brioso trío formado por Obama, Napoleón Sarkozy y cachorro Blair, de que la mayoría de los miembros del Consejo se opondría en esa instancia a desencadenar una guerra. Como efectivamente consta en las transcripciones que ahora copio, para que se recuerde el hecho en toda su significación. 

El trío guerrerista logró birlar el objetivo general de la reunión del Consejo de Seguridad gracias a una discusión apresurada, con un proyecto de resolución (que fue copropiciado además por Líbano), mal escrito, intencionalmente, como se verá en seguida, y sobre todo gracias al certero cálculo con el que pudieron anticipar la incapacidad de reacción real y objetiva del resto de los lentos firmantes de la histórica resolución, que se opusieron sin embargo, claramente, a la opción de iniciar una guerra.

Lo que siguió a continuación, después del primer texto propiciatorio es una contínua anexión fraudulenta de acciones que tergiversan aún más la nítida intención originaria contraria a entablar una guerra como lo expresó explicitamente la vasta mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad en esa votación. Lo que sigue son pruebas irrefutables de que hubo una estafa.

A continuación se reproducen dichos citas textuales de los representantes de la mayoría de los países miembros del Consejo de Seguridad, apenas concluida la votación de la resolución 1973, el pasado 17 de marzo, cuando se aprobó inadvertidamente el inicio fraudulento de esta guerra. Sumados los que votaron a favor, mientras confiaban en las reiteradas promesas incumplidas del trío promotor de ese texto, a los que se abstuvieron, con un poco más de olfato, constituyen una vasta y clara mayoría de países que dijeron "no a una nueva guerra". Aunque, como se vió inmediatamente después, el cumplimiento de los mandatos es algo que no abunda en las tierras del liberalismo capitalista (neo paleolítico). Estas son las posiciones de los distintos países:

Sr. Salam (Líbano) :

"Es muy evidente que el Líbano, que ha sufrido las atrocidades de la guerra y la violencia, nunca abogaría por el uso de la fuerza ni apoyaría la guerra en ninguna parte del mundo, mucho menos en el hermano país de Libia. Por consiguiente, el Líbano espera que la resolución aprobada hoy tenga un efecto disuasivo, garantice que las autoridades libias dejen de utilizar todo tipo de violencia contra su propio pueblo y evite el uso de la fuerza.
Como hicimos durante las distintas etapas de las negociaciones que culminaron con la aprobación de esta resolución, deseo reiterar la importancia y la necesidad del pleno respeto de la soberanía y la integridad territorial de Libia.  (…) Comprendemos plenamente que las disposiciones y las medidas estipuladas en la resolución no pueden por sí solas garantizar la estabilidad en Libia. Por consiguiente, reiteramos la importancia de que se realicen esfuerzos por lograr una solución pacífica de la situación en Libia. Respaldamos la misión del Enviado Especial del Secretario General, Sr. Abdel-Elah Al-Khatib".
Frente al gran sufrimiento de la población libia, la pérdida de vidas y los grandes peligros que aún existen, aunque esta resolución no está a la altura de nuestras expectativas, esperamos que entrañe muchas esperanzas de un futuro mejor para Libia y su valiente pueblo.
(Hay que recordar que este embajador fue uno de los copatrocinantes, junto al trío, del proyecto de resolución y en su exposición puede verse más que en ninguna otra el tamaño-del-engaño al que se lo sometió, la patética distancia entre sus intenciones declaradas y el destino práctico que acabó teniendo esta resolución, si creemos mínimamente en la honestidad de los dichos del embajador y la posición de su gobierno)

Sr. Wittig (Alemania) :

"Las decisiones sobre el uso de la fuerza militar siempre son extremadamente difíciles de adoptar. Hemos considerado detenidamente la opción de utilizar la fuerza militar, sus consecuencias y sus limitaciones. Percibimos que hay grandes riesgos. No debemos subestimar la posibilidad de que se pierda un gran número de vidas. Si las medidas propuestas resultan ineficaces, corremos el riesgo de vernos sumidos en un conflicto militar prolongado que podría afectar a la región en general. No debemos emprender un enfrentamiento militar dando por sentado, de manera optimista, que se obtendrán resultados rápidos y con pocas bajas.
Por consiguiente, Alemania decidió no apoyar la opción militar, que se prevé en particular en los párrafos 4 y 8 de la resolución. Además, Alemania no contribuirá a ese esfuerzo militar con sus fuerzas propias".

Sr. Manjeev Singh Puri (India)

"Deploramos el uso de la fuerza, que es totalmente inaceptable y al cual no hay que recurrir.
El Secretario General ha nombrado a un Enviado Especial, que acaba de visitar Libia. Apoyamos su nombramiento y su misión. No obstante, todavía no hemos podido contar con un informe suyo, ni siquiera un informe de la Secretaría sobre sus apreciaciones. El informe nos hubiera proporcionado un análisis objetivo de la situación sobre el terreno. La Unión Africana también está enviando a un grupo de alto nivel a Libia para desplegar esfuerzos serios destinados a lograr el fin pacífico de la crisis. Debemos recalcar la importancia de los esfuerzos políticos, en particular los del Enviado Especial del Secretario General, por abordar la situación.
Hoy el Consejo ha aprobado una resolución en la que se autorizan medidas de gran alcance con arreglo al Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, teniendo relativamente poca información fidedigna acerca de la situación sobre el terreno en Libia. Además, tampoco tenemos información clara sobre los pormenores de las medidas de aplicación, entre otros, quien participará y con qué recursos, y cómo se llevarán a cabo exactamente estas medidas. Por supuesto, es muy importante que se respeten plenamente la soberanía, la unidad y la integridad territorial de Libia.
Las medidas financieras que se proponen en la resolución podrían repercutir directamente o por vías indirectas sobre las actuales actividades de comercio e inversión de varios Estados Miembros, afectando negativamente los intereses económicos del pueblo libio y de otros que dependen de estos vínculos comerciales y económicos. Además, debemos velar por que las medidas mitiguen una situación ya de por sí difícil para el pueblo libio, en lugar de exacerbarla. Hubiera sido muy importante que en la resolución se explicaran con claridad los posibles efectos indirectos de estas medidas".

Sra. Viotti (Brasil):

"Condenamos el hecho de que las autoridades libias no se atengan a las obligaciones que tienen con arreglo al derecho internacional humanitario y las normas de derechos humanos. También tuvimos presente el llamamiento de la Liga de los Estados Árabes para que se adopten medidas enérgicas a fin de detener la violencia a través de una zona de prohibición de vuelos. Somos sensibles a ese llamamiento y entendemos y compartimos las inquietudes de la Liga.
Opinamos que en el texto de la resolución 1973 (2011) se contemplan medidas que van mucho más allá de ese llamamiento. No estamos convencidos de que el uso de la fuerza previsto en el párrafo 4 de la resolución lleve a lograr nuestro objetivo común: el fin inmediato de la violencia y la protección de los civiles. También nos preocupa que dichas medidas pudieran tener el efecto no buscado de agravar la tensión sobre el terreno y provocar más mal que bien precisamente a los civiles que nos comprometemos a proteger.
Muchos comentaristas juiciosos han señalado que un aspecto importante del movimiento popular en el norte de África y el Oriente Medio es su naturaleza espontánea y autóctona. Nos preocupa también la posibilidad de que el uso de la fuerza militar, según se contempla en el párrafo 4 de la resolución de hoy, pudiera cambiar ese razonamiento con posibles repercusiones graves para la situación en Libia y en otros lugares.
Para proteger a los civiles, garantizar una solución duradera y abordar las reivindicaciones legítimas del pueblo libio hacen falta diplomacia y diálogo. Apoyamos los esfuerzos que están desplegando en este sentido el Enviado Especial del Secretario General y la Unión Africana. También celebramos que en la resolución de hoy se incluyan los párrafos de la parte dispositiva en los que se exige una cesación del fuego inmediata y el fin absoluto de la violencia y de todos los ataques contra civiles y se recalca la necesidad de redoblar los esfuerzos tendientes a introducir las reformas políticas necesarias para una solución pacífica y sostenible. Esperamos que estos esfuerzos prosigan y den fruto".

Sr. Churkin (Federación de Rusia):

"...la Liga de los Estados Árabes recurrió al Consejo de Seguridad para solicitarle que adoptara medidas inmediatas para garantizar la protección de los civiles de Libia, incluido el establecimiento de una zona de exclusión de vuelos en el espacio aéreo libio. Prestamos plena atención a esa solicitud. Participamos activamente en las deliberaciones sobre el proyecto de resolución. Lamentablemente, la labor sobre ese documento no se realizó siguiendo la práctica habitual del Consejo de Seguridad. En esencia, toda una gama de preguntas que Rusia y otros miembros del Consejo formularon siguieron sin respuesta. Eran preguntas concretas y legítimas, que se referían a la manera en que se establecería la zona de prohibición de vuelos, cuáles serían las normas para entablar combate y cuáles serían los límites para el uso de la fuerza.
Además, el texto se transformó ante nuestros propios ojos, trascendiendo el concepto inicial enunciado por la Liga de los Estados Árabes. Se introdujeron en el texto disposiciones que podrían abrir las puertas a una intervención militar en gran escala.
Durante las negociaciones sobre el proyecto se escucharon declaraciones en las que se afirmaba que no había ninguna intención de esa índole. Tomamos nota de ello. Quisiera hacer hincapié una vez más en que abogamos de manera invariable y firme por la protección de la protección civil. (…)
Ahora bien, estamos convencidos de que la manera más rápida de garantizar una seguridad sólida para la población civil y la estabilización a largo plazo de la situación de Libia es una cesación del fuego inmediata. Este era, concretamente, el objetivo del proyecto de resolución que presentamos al Consejo de Seguridad el 16 de marzo, en el cual se respaldaban los esfuerzos pertinentes del Enviado Especial del Secretario General, del Consejo de Derechos Humanos y de la Unión Africana, y se subrayaba la necesidad de que se lograra una solución pacífica para la situación imperante en Libia.
La delegación de Rusia propuso en reiteradas ocasiones que se aprobara este proyecto de resolución sin demora a fin de salvar numerosas vidas humanas. Gozamos del apoyo de varios miembros del Consejo, lo cual agradecemos. No obstante, prevaleció la pasión de algunos miembros del Consejo por los métodos que incluyen el uso de la fuerza. Este es un hecho muy infortunado y lamentable.
La responsabilidad por las inevitables consecuencias humanitarias del uso excesivo de la fuerza exterior en Libia recaerá plenamente en los que adopten esa medida. Si esto llegara a suceder, entonces no solo sufriría la población civil de Libia, sino también la causa de la defensa de la paz y la seguridad en toda la región del África septentrional y del Oriente Medio. Hay que evitar que ocurran hechos tan desestabilizadores".

Sr. Moraes Cabral (Portugal):

"Hoy votamos a favor de la resolución porque consideramos que cumple esos objetivos esenciales, a saber, establecer una cesación del fuego inmediata, poner fin a la violencia, proteger a los civiles, permitir la provisión de asistencia humanitaria sin obstáculos y dar paso a un diálogo nacional entre los libios que propicie el establecimiento de un Estado democrático que garantice la soberanía, la independencia, la integridad territorial y la unidad nacional del país, como lo desea el pueblo de Libia.
En ese contexto, apoyamos plenamente la misión encomendada por el Secretario General al Sr. Al-Khatib y sus esfuerzos para hallar una solución sostenible y pacífica para esta crisis, de la misma forma que respaldamos los esfuerzos de la Liga de los Estados Árabes y de la Unión Africana en ese mismo sentido".
Sra. Ogwu (Nigeria):
"Como miembro del Consejo de Seguridad y miembro de la Unión Africana, Nigeria sostiene que la ocupación extranjera no es una opción para asegurar la paz en Libia. Reconocemos el lenguaje de la resolución 1973 (2011) que descarta concretamente esa posibilidad, limitando las acciones de los Estados que desean desempeñar un papel en la búsqueda de la paz. Además, nos guía nuestra determinación absoluta de respetar la unidad y la integridad territorial de Libia. También nos alienta que en la resolución se respalde la senda política para la solución del conflicto, destacando, como lo hace, los esfuerzos de la comisión de alto nivel de la Unión Africana, del Enviado Especial del Secretario General y de otros interlocutores".

Sr. Sangqu (Sudáfrica):

"Sudáfrica se siente profundamente preocupada por el deterioro político y humanitario en Libia, que se está convirtiendo rápidamente en una auténtica guerra civil. Tenemos la esperanza de que la situación en Libia se resuelva de manera pacífica, de acuerdo con la voluntad del pueblo libio. Es necesario encontrar una solución política general que respete la democracia, la reforma política, la justicia, los derechos humanos y las necesidades de desarrollo socioeconómico del pueblo libio, con el fin de asegurar la paz y la estabilidad a largo plazo. Esa solución también debe preservar la unidad, la soberanía y la integridad territorial de Libia.
Es en ese contexto que Sudáfrica elogia la decisión del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana de enviar a Libia una comisión especial de alto nivel con el fin de intensificar los esfuerzos para encontrar una solución política duradera para la crisis en ese país, en el mejor interés de su pueblo. Exhortamos a dicha comisión, de la cual Sudáfrica es miembro, a trabajar en estrecha cooperación con el Enviado Especial del Secretario General para Libia y la Liga de los Estados Árabes a fin de coordinar la búsqueda de una solución política al respecto.
(…) Como cuestión de principio, hemos apoyado esta resolución, con las reservas necesarias, para preservar la soberanía y la integridad territorial de Libia y rechazar cualquier ocupación extranjera o intervención militar unilateral con el pretexto de proteger a los civiles. Esperamos que esta resolución se aplique respetando plenamente su letra y su espíritu. Ello es consecuente con la decisión del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana de respetar la unidad y la integridad territorial de Libia y con su rechazo de cualquier intervención militar extranjera, independientemente de la forma que ésta tome".

Sr. Li Baodong (China):

"China siempre ha destacado que el Consejo de Seguridad, al adoptar sus medidas pertinentes, debe acatar la Carta de las Naciones Unidas y las normas que rigen el derecho internacional; debe respetar la soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial de Libia y debe resolver la crisis actual en Libia por medios pacíficos.
China siempre se ha opuesto al uso de la fuerza en las relaciones internacionales. En las consultas del Consejo de Seguridad sobre la resolución 1973 (2011), China y otros miembros del Consejo planteamos preguntas concretas. Sin embargo, lamentablemente, muchas de esas preguntas no recibieron respuesta ni fueron aclaradas. China tiene serias dificultades con algunos pasajes de la resolución.
(…) Apoyamos al Enviado Especial del Secretario General para Libia, así como los constantes esfuerzos de la Unión Africana y de la Liga de Estados Árabes para resolver la actual crisis en Libia por medios pacíficos".

Sir Mark Lyall Grant (Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte):

"Se descarta el empleo de una fuerza de ocupación extranjera de cualquier tipo en cualquier parte del territorio libio. Se impone un conjunto de medidas adicionales, incluidas medidas importantes encaminadas a hacer cumplir estrictamente el embargo de armas y denegar al régimen el acceso a los fondos".
(Notar que como miembro del trío el embajador inglés, advertido quizás del desarrollo inmediatamente posterior, o sea los bombardeos, no se refiere en ningún momento a la misión la misión del Enviado Especial del Secretario General de la ONU, Sr. Abdel-Elah Al-Khatib).


Descartamos las transcriptions de las intervenciones de Alain Juppe (Francia), Sra. Rice (Estados Unidos de América), Sr. Barbalić (Bosnia y Herzegovina) y el Sr. Osorio (Colombia). Las mismas no contienen ningún llamamiento a la paz y todos, sugestivamente, pasan por alto la existencia de una misión especial del Enviado Especial del Secretario General, Sr. Abdel-Elah Al-Khatib.

Tampoco figura la intervención de Gabón, si la hubo, porque no aparece en esta transcripción hecha por LaRed Voltarire.

Habrá nuevamente que esperar a las futuras filtraciones para saber toda la gama de "juego sucio" que se movió acá, siguiendo no solo el lenguaje de la Clinton, sino sus acciones tras bambalinas.

Como se ve claramente en las transcripciones de los países miembros del CS de ese día, no solo los que se abstuvieron sino la casi totalidad de los que votaron afirmativamente, luego de estampar sus firmas pidieron expresamente descartar acciones militares generalizadas y pidieron masivamente seguir con la misión especial del Sr. Abdel-Elah Al-Khatib, que buscaba la posibilidad de una alto del fuego y una salida pacífica y que fue abortada por la cortina de bombas que siguió a la firma de la bendita resolución. Como se reveló a continuación, casi de inmediato, el apoyo a regañadientes o las abstenciones a la letra trampeada y su consiguiente sobre-interpretación o lectura fraudulenta, dieron pie a la nueva aventura de expansión del modelo liberal neo paleolítico. Esta vez, en el norte de África.

Menos de un mes después, ya embarrados hasta el cuello en una guerra civil fogoneada por la injerencia extranjera, el canciller inglés, Hague, urgiendo a sus reticentes socios de Europa y de las tiranías árabes arropadas por occidente, para que entreguen más recursos para esta nueva guerra estacada, dijo en Doha, el 13 de abril pasado, que "la vasta mayoría del mundo acuerda en que Gaddafi se debe ir".

Por lo pronto lo que se evidencia en las intervenciones citadas, siguiendo al cínico Mr Hague, "la vasta mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad", fue traicionada ese día 17 de marzo, como se deduce de las transcripciones copiadas más arriba.

Una amplísima mayoría votó la resolución, temblando, y solo gracias a las explícitas promesas de parte de sus promotores de que la misma no engendraría una acción armada abierta como la que tenían premeditada. Como puede verse en diez de las intervenciones, en vez de apoyar la guerra que el trío tenía debajo de la manga los países representados, fuera de los previsibles votos colonizados de Bosnia y Colombia, y de los propios miembros del trío, apoyaron  "plenamente la misión encomendada por el Secretario General al Sr. Al-Khatib y sus esfuerzos para hallar una solución sostenible y pacífica para esta crisis, de la misma forma que respaldamos los esfuerzos de la Liga de los Estados Árabes y de la Unión Africana en ese mismo sentido", como dijo el representante de Portugal.

¿Qué fue lo que sucedió con esa misión de exploración de un acuerdo de paz? Para explicarlo hay que agregar las continuas referencias a innumerables irregularidades que se registraron durante ese debate entre ellas, como subrayó el embajador de la India, en ese momento, y no es un dato menor, que "El Secretario General ha nombrado a un Enviado Especial, que acaba de visitar Libia. Apoyamos su nombramiento y su misión. No obstante, todavía no hemos podido contar con un informe suyo, ni siquiera un informe de la Secretaría sobre sus apreciaciones. El informe nos hubiera proporcionado un análisis objetivo de la situación sobre el terreno." Aún esperamos una respuesta a este ocultamiento.

La violación de los procedimientos habituales quedó estampada en este párrafo que el embajador de Rusia, dijo al acabar la votación y que ahora repito: "lamentablemente, la labor sobre ese documento no se realizó siguiendo la práctica habitual del Consejo de Seguridad. En esencia, toda una gama de preguntas que Rusia y otros miembros del Consejo formularon siguieron sin respuesta. Eran preguntas concretas y legítimas, que se referían a la manera en que se establecería la zona de prohibición de vuelos, cuáles serían las normas para entablar combate y cuáles serían los límites para el uso de la fuerza.
Además, el texto se transformó ante nuestros propios ojos, trascendiendo el concepto inicial enunciado por la Liga de los Estados Árabes. Se introdujeron en el texto disposiciones que podrían abrir las puertas a una intervención militar en gran escala".

La vasta mayoría del mundo ha sido engañada una vez más, y nos encontramos ante un panorama repetido: de humanitarias, las acciones de la OTAN pasan rápidamente a ser guerras con cientos o miles de bajas civiles, enquistan además guerras civiles en países a donde no existían previamente, y sus procedimientos de "libertad duradera" se eternizan en los territorios conquistados o en proceso de conquista.

MONSTRUOSA CONSTRUCCIÓN DEL NEOLIBERALISMO PALEOLÍTICO

En el inmenso rascacielos que se inclina temblequeando como una torre de Pisa monstruosa, desde la distancia pueden distinguirse con claridad muchos de los pisos que se le han ido adosando después a la ya casi ilegible letra original de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU.  Recurriendo a interpretaciones fraudulentas que "son más de estilo que de sustancia" según han expresado descaradamente, van corriendo  paso a paso las vallas que marcan la frontera, ya de por si muy discutible, de la encerrona que llevó a la resolución 1973. El ritmo constructivo de la tambaleante edificación viene acompasado por los bombardeos de la OTAN. La enumeración de los nuevos pisos, desde la distancia, sin querer ser taxativa muestra de abajo hacia arriba:

Para empezar apenas unas horas después de ser aprobados los endebles pilares "legales", un bombardeo a mansalva, no autorizado por la resolución. (alrededor de 4.000 misiones humanitarias de los bombarderos de la OTAN hasta hoy) En la polvareda resultante desde el nuevo piso no se ven los rastros de la misión de paz encomendada por el mudo señor Ban Kin Moon (está en la luna) a su enviado especial el Sr. Al-Khatib, al que sería muy bueno localizar incluso ahora, para que explique claramente por qué fue a Libia y volvió para callarse, sin mencionar la oferta que traía.

Un poco más arriba, pegado casi, al inicio de los bombardeos el reconocimiento por parte de algunos estados extranjeros (Francia, Italia y Qtar) de uno de los bandos beligerantes como representantes legales del estado libio, con las consecuencias legales que esto podría acarrear a otros Estados con conflictos con bandos beligerantes. ¿Habrá pensado en esto el presidente de Colombia que apoya un bombardeo de apoyo a una facción rebelde?)

Pero lo que es más importante, o lo que es lo mismo, fuera del anecdótico descaro institucional de estos tres países es el trato a nivel de jefes de estado que dispensan el resto de las democracias europeas y las tiranías monárquicas afines, a las figuras públicas del bando rebelde, reconocidas por sostener en público los postulados de la modernización neo liberal paleolítica.

La "modernización" contra el retorno social de las regalías del petróleo, que está documentado que existía en forma considerable en Libia, supondrá los subsiguientes recortes a los trabajadores y sectores sociales destinatarios, y agreguemos privatizaciones, siguiendo los modelos "democratizadores" liberados por los fondos buitres tal como se llevan adelante y se profundizarán en Europa y EEUU.  

Siguiendo el ascenso de la construcción del muelle al cielo arábigo, a continuación, casi instantáneamente, la autorización pública desde el bando de Los Aliados al financiamiento a la insurgencia, o golpe de estado, o como quiera que se llame a los contendientes de Gaddafi, según a qué parte de sus miembros se enfoque el interés humanitario para caracterizar, o definir, o personalizar a este grupo exótico, heterogéneo y, por lo menos en parte, sombrío. Desde este piso ya se pueden distinguir procesiones de niños, mujeres, ancianos y hombres en general, ansiosos e insomnes, aunque no vivan en Benghasi, aunque los medios no vayan a publicar nunca sus crónicas de agonía.

Un poco más arriba en los vestigios del mamotreto que crece y crece puede distinguirse el robo a la luz del día, amparado por la OTAN y la ONU de petróleo libio, comprado a los rebeldes por sus históricos financistas (activos ya antes de la asonada) de la vecina monarquía de Qtar. Desde este piso se distingue al carguero que se lleva el botín destinado a pagar, en medio de la contienda, envíos adicionales de misiles fabricados en Francia (en medio "del embargo de armas para toda la extensión del territorio de Libia" decretado por la resolución 1973)

En medio del aire enrarecido que se encuentra un poco más arriba puede verse desde un diáfano piso la columna de camiones que atraviesa el desierto llevando a la facción rebelde sofisticados equipos adicionales de comunicación. Los mismos, tanto la facción como los equipos, deben estar ya sirviendo para marcar los objetivos a sus bombarderos a la OTAN, con lo que la denominación de rebeldes se apega más certeramente a su uso frente al gobierno de Libia y no a la subordinación al bando de Los Aliados que se verifica.

Ascendiendo todavía más, los diversos  planes mafiosos para utilizar los fondos congelados a Gaddafi para financiar la inversión en armas que hacen los estados occidentales. Sobre los diversos planes y divergencias para lograr el uso de los fondos que parecen ser de Libia, no de Gadaffi, ver la pasada reunión de Doha, del 13 de abril.  Y ahora a esperar el nuevo cónclave que Los Aliados celebrarán la semana que viene en Roma. Sultanes y truhanes, todos unidos en la misma foto. Desde esta altura se ve la extensión de cadáveres dejados por los bombardeos, no solo en las cercanías de las ciudades rebeldes sino en Tripoli y en un rosario de pequeñas ciudades, los hospitales en llamas, las gritos de socorro que los medios jamás publicarán.

Se agrega en esta construcción, en todos lados aunque no figura en los planos que la guerra tiene como objetivo derrocar a Gaddafi. Se entiende, todos los espectadores lo asumimos así, es un código sobreentendido, sabemos que excede lo que autoriza esta resolución y lo que cualquier otra ley internacional evoque. El fraude consiste en que este es uno de los pisos más vistosos y nombrados del emprendimiento, y aunque puede ser mostrado en público en todas las entrevistas, no puede ser vendido ni afirmado en público en ninguna resolución o declaración oficial de los atacantes. No existe ningún párrafo de la resolución 1973 que les permita interpretar esta canción, pero todos la cantan. Es una fija, sataniza y ataca al antiguo amigo excéntrico.

Más arriba aún y ya cerca de las nubes, se destacan visiblemente los planes y chantajes públicos para eludir el párrafo que "excluye expresamente la participación de fuerzas militares extranjeras" en Libia, presionando entre otras acciones a la jefa de ayuda humanitaria de la ONU para que "pida" el apoyo de un contingente de tropas militares extranjeras que "acompañen" el corredor humanitario, acordado con Libia. Si es posible, agregan, hasta Tripoli, hasta el palacio de Gaddafi, eso si, sin violar lo que expresamente excluye la resolución. A esto se ha resistido heroicamente por lo menos hasta ahora, Valerie Amos, la jefa de esa oficina de la ONU. Desde los pisos ubicados a esta altura, en el esperpento que se agiganta, se pueden ver a la distancia, las enormes moles de escombros humeantes que pertenecían a las infraestructuras de servicios de un país en desarrollo que, crecientemente, calladamente, van entrando  en la mira de los bombardeadores de la OTAN, en la frontera de la permisividad del ciudadano europeo de izquierdas.

Adicionalmente, escalón a escalón, el envío de instructores militares por parte de EEUU, Francia e Inglaterra para  ¿para qué irán unos instructores o asesores militares "no letales" sino a apuntalar la continuidad guerrera en medio del embargo de armas decretado por la resolución de la ONU?

Y ahora si ya estamos en las nubes de la impunidad inducida a través de la intoxicación masiva que se administra día a día a la opinión pública: la fulminante entrada en acción de los predetors yanquis.  

Ayer jueves santo, por unos minutos, el periódico El Pais, volvió a utilizar el formato monstruo a toda página (que había utilizado previamente para saludar la armoniosa y tranquilizadora conclusión de la revuelta egipcia con la toma del poder por parte del ….. ¡ejército egipcio!) La fugaz primera página señalaba con la monstruosidad de la tipografía y el tamaño de las imágenes la monstruosa entrada en escena de estos monstruosos insectos asesinos a control remoto.

El titular a toda página evidenciaba el salto de escala a que accede esta nueva guerra y el corte en la continuidad permitía a los aletargados espectadores introducir nuevas asociaciones. Porque quien dice Afganistán dice ahora Libia, y mañana no se sabe a dónde aparecerá el ejército de robots manipulados desde la distancia.

Pero solo unos minutos después, esta saludable interrupción de la letargia que propiciaba el tamaño del titular fue nuevamente reecausada, restringida en su dimensión y asimilada a la habitual corriente de información soporífera, poniendo la noticia en una simple lista donde se reiteraba, como una letanía, como hace semanas, Gadaffi bombardea Misrata.

Los bombardeos a Misrata han sido reiteradamente negados por el gobierno de Libia y uno se pregunta cómo los medios desde el principio de la contienda, no suministran todavía pruebas creíbles de que esto ocurre o haya ocurrido. Se han visto restos de bombas de racimo, pero en este contexto de falsificaciones reiteradas ¿cuándo, dónde se utilizaron esas bombas, en qué guerra, y quienes y con qué objetivo sacaron esas fotos?

LA VASTA MAYORÍA DEL MUNDO

Como se dijo más arriba, el ministro de relaciones exteriores inglés, coincidiendo palabra a palabra con Obama, dijo hace diez días en Doha, que "la vasta mayoría del mundo coincide en que Gaddafi se debe ir".

En realidad la posibilidad de su salida ha sido ofrecida por miembros del gobierno libio como una posibilidad de negociación, junto a elecciones, un proceso de normalización, etc, con la sola condición de que paren los bombardeos.

Aunque la vasta mayoría del mundo quiere que paren los bombardeos a Libia, esta clase de sometimiento a lo que desean las mayorías no es algo a lo que acostumbran EEUU, la UE y su brazo armado la OTAN.

La vasta mayoría del mundo ha condenado el embargo a Cuba, sin que ninguno de Los Aliados (de EEUU), haya movido un dedo para presionar a EEUU a que esas resoluciones de la ONU se hicieron efectivas.

La vasta mayoría del mundo aprobó reiteradas resoluciones que obligan a Israel a volver a las fronteras previas a la guerra de 1967, sin que el señor Hague y su gobierno, y todos y cada uno de los gobiernos que ahora ejercen el bombardeamiento humanitario en Libia, hayan movido un dedo para presionar a EEUU a que esas repetidas resoluciones de la ONU se hicieron efectivas.

La vasta mayoría del mundo condena a los fondos especulativos y los grandes bancos como cómplices y beneficiarios dolosos de la crisis financiera que desencadenó, posteriormente, la actual crisis, la Libertad Duradera del capitalismo en Europa y EEUU, sin que el señor Hague y su gobierno, y todos y cada uno de los gobiernos que ahora ejercen el bombardeamiento humanitario en Libia hayan movido un dedo para presionar a EEUU y/o a los fondos buitres empresariales multinacionales a hacerse cargo de los daños y a pagar con sus beneficios crecientes, al menos una parte sustancial del futuro gasto social que se han consumido, y del que pretenden todavía consumirse en el futuro cercano. 

marcosavila1984@gmail.com

http://marcosavilaenblog.blogspot.com/



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