¡Ha muerto Osama Bin Laden! La información inmediata “en vivo y en directo” desde el teatro de los acontecimientos se extendió como reguero de pólvora y se celebró en los alrededores de La Casa Blanca y Times Square, con frenesí de cualquier serie mundial. Súbitamente las acciones de bolsa se incrementaron sin más. CÑM y casi todas las agencias internacionales de noticias, cumpliendo el rol para lo cual están concebidas, se encadenaron inmediatamente a respaldar la noticia más relevante de esta última década, después de los repudiables acontecimientos del 11S de 2001, auto-atentado donde no dudamos está metida la mano peluda del águila norteamericana y sus artilugios de poder, ahora ajustando el guión de tales acontecimientos, para sacar al Muyahidin (personaje creado en 1979 contra el comunismo soviético en Afganistán) de circulación, ya que -en lenguaje de culebrones televisivo – el rating decae; luego de utilizarlo, lo mismo que a Noriega y muchos más, había que despacharlo, virtual o realmente, para así mantener las expectativas de sus próximas acciones a seguir, como es lavar imagen de la política internacional demócrata y la reelección de Obama en 2002…
Su cruzada contra el terror, con todas sus técnicas goebelianas, no logra el share esperado y todo va de mal en peor. En su afán expansionista de controlar recursos naturales y energéticos fracasados en el golpe de estado y paro petrolero de Venezuela en 2002-2003, así como en las invasiones a Afganistán e Irak. Con el Tsunami del capitalismo arrasando económicamente sus mercados más emblemáticos, junto a aliados europeos y sionistas, el imperio norteamericano, cual fiera acorralada, hoy está más agresivo que nunca, e invoca en su ritornello una versión reciclada en su lucha contra el terror para reactivar el complejo industrial militar y sus consecuentes plusvalías…
Las luchas populares y rebeliones en el Magreb y Medio Oriente han barajado y descontrolado sus argumentos maniqueos entre Islam y Occidente del gobierno norteamericano y sus aliados, por eso tratan, con la complicidad de la ONU, de insertar mercenarios y paramilitares en Libia, en su desmedido afán de controlar geoestratégicamente los recursos naturales de África, y dar al traste con las políticas apuntaladas por Gadafi en su integración y soberanía económica.
Sorprende el cinismo con que las cadenas de medios internacionales han tratado la muerte espantosa del hijo menor y los nietos del líder Libio, así como sucesivas y frustradas tentativas de asesinarle también a él, todo esto tratando de opacarlo con la muerte de Bin Laden, un verdadero personaje hollywoodense a la altura de Sylvester Stallone.
No quede duda, ese comodín del terror que representaba Osama, como en juego de cajas chinas, será ahora representado por Obama. Este personaje con ínfulas del Black Power y blasones islámicos a la vez, no es sino un gallo tapao, un condón utilizado por la hegemonía WASP , y premonitoriamente, un clon del angelito negro-alcalde de Atlanta -sin influencia de Andrés Eloy Blanco- pintado por Tom Wolf en su novela “Todo Un Hombre”, en insuperable juego dialéctico de realidad y ficción; y si esta no se agota fácilmente tampoco la realidad, preparémonos para la segunda parte de la saga de Al-Qaida, por cierto nada prometedora para la paz del mundo; y aunque George Bush Jr. y sus halcones de Washington no se hayan salido con la suya en el golpe de abril de 2002 (nuestro apetecido país: mayor reserva de petróleo mundial), fiel remedo del Tío Tom, para que les haga la plana, tiene a este negrito Cachumbambé.
Así que no está de más contextualizar aquellas sabias palabras del llanero de Portuguesa, Luis Herrera Campins, cuando le pidieron su opinión ante el triunfo de Chávez en las pasadas elecciones de 1998:
¡Compremos alpargatas porque lo que viene es joropo en el 2012!
fredy.araque@gmail.com
