“Fire in the belly”: la política de lo ardiente

No sé, pero observo que el mundo está raro, que está como alocado, si es que no estuviere loco del todo ya. Lo noto incluso muy freudiano, como muy inclinado a tomar lo sexual como la fuerza que mueve al mundo, en mucho más de lo que la lucha de clases mueve la historia. Siento que cada día que pasa tiendo como a desvelar un mundo de inesperados embarazos. Valga el ejemplo del ejecutado, tan limpiamente, por el vagabundón y fortachón de Schwarzenegger.  No sé – insisto - pero veo la cosa como sistematizadamente soliviantada en el campo de lo insospechado, de lo impensado, y eso en verdad me ha venido preocupando desde hace cierto tiempo, porque mis especulaciones tienen innegable base científica. Y que no se crea que lo científico resulta difícil o enmarañado en su origen.

Para nada. Galileo, que para algunos es el fundador de la ciencia moderna, se atrevió a decir que, entre un par de hipótesis, había que optar por la más simple, por la que alcanzara agregar menos a lo que se ha tenido en la mira, a lo que se ha observado. En dos platos, pues, a lo que el instinto sugiere (lo que otro u otros, creyéndose más maliciosos, rizaron significando que Galileo se refería a la más simple “lógicamente”). Y ello por la escueta razón de que el hombre entiende la naturaleza, porque tiene para ello una inclinación natural acorde con la de la naturaleza misma, porque el hombre tiene, en algún nivel, una facultad adivinatoria primaria o bien derivada de una buena abeja, o de un saleroso pico e` plata. Pero paremos esta aparente divagación aquí.

Todo viene a cuento por unas destempladas declaraciones recientes de la buenamoza Sarah Palin, mujer de concursos de belleza, pero también de ideas feas, quien dijo, en tono yo aprecio que subliminal, que tiene “fuego en el vientre” por la presidencia de Estados Unidos en momentos en que el malogrado ex director del Fondo Monetario Internacional se encontraba cerca, aunque enchironado. Decir que se tiene “fire in the Belly” traduce al castellano “ganas de meterse en la pelea”. Sí, ¿pero en qué tipo pelea? Porque hay muchos ejemplos de peleas, ¿no? Pues unas declaraciones así, cerca de un socialista tan erótico como Dominique Strauss-Kahn, no sólo exponen a la emisora a ser víctima de un manguzón en alguna zona íntima, sino que, un hecho de tal gradación provocadora, pudiera llevar a Estados Unidos a invadir a Francia y poner a sus tropas sadiconas a hostigar las zonas íntimas de todas las francesas que vayan encontrando en su avance arrollador, incluyendo a la primera dama que, con toda seguridad, no debe escapar al “fire in the belly” de las tropas mercenarias gringas. Ello incluso hasta pudiera desatar una guerra nuclear entre EEUU y Francia, final feliz que sólo pudiera evitarlo el “fire in the belly” que Sarkozy (que no me explicó por qué camina como si tuviera niguas) siente a su vez por Estados Unidos. ¡Qué suerte tiene el mundo, por ahora! Porque no hay que apartarle la vista al hecho de que los gringos, con su bestial ejército, están buscando una guerra a como dé lugar. ¿Y qué mayor casus belli que el hecho de que un francés, para colmo socialista, se vaya en picada hacia la más convencional zona íntima de una gringa, también políticamente buenamoza para ellos?

Hasta allí pudiera degenerar la geopolítica mundial, al extremo de qué saliera ella del ámbito analítico de políticos y politólogos, para entrar en el ámbito presentido de los sexólogos. Y ya entonces, los episodios de la política mundial, no se analizarían en Dossier, sino en Consexo… (Al menos en VTV). ¡Qué locura, mano!

canano141@yahoo.com.ar



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Raúl Betancourt López


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