No es extraño que estemos en presencia de “un regreso a la semilla”, para decirlo como Alejo Carpentier. Pues en Europa nacieron Quijote, Jean Valjean y hasta Gregorio Samsa.
Este resurgir de personajes “novelescos”, que se mueven sutiles, indefinidamente, entre realidad y fantasía, no tiene nada que ver con presencia en España de Mario Vargas Llosa, el “Marito” de “La Tía Julia y el Escribidor”. Son, para decirlo como éste, en esa novela de juventud, “personajes arrancados de la vida misma” o, desgarradoramente, paridos por ella sin fórceps ni cesáreas.
Historias, personajes de Carpentier, “Marito” y “Gabo”, quien por cierto mantiene de tiempo atrás, cuando el mundo se le complicó, como a un elefante una cristalería, un mutismo “anunciado”, parecen encontrar parangón y competencia en las que la vida viene generando en Europa.
Veamos cómo se asoman a la vida. José Manuel Campos, vocero del gobierno español, a jóvenes iracundos, desempleados, limpios y sin futuro, apretujados en la Puerta del Sol, cual Dionisio, intenta embriagarles pidiéndoles paciencia y espera por resultados de los ajustes, pues no duda que, “la situación mejorará en 20 ó 30 años”. Un personaje caribeño, diría con gracia, “buena esperanza para quien siembra cocos.”
En Grecia, lo insólito, un combativo perro proletario alienta las protestas y ladra a policías y FMI.
Veamos ahora lo que acontece en Italia. Como pululan personajes de feria, que deberían estar en libros que con avidez se lean y, como dijese Aquiles Nazoa, suenen en rockolas.
El cura italiano Ricardo Seppi, fue detenido bajo la acusación de atraer con droga a niños para abusarlos sexualmente. Pero lo desconcertante, hace de los personajes figuras que van y vienen entre realidad y fantasía, es que el Presidente de la Conferencia Episcopal, un obispo, declarase: “Esto es improviso e inesperado. Nada hacía presagiar ante nuestros ojos”.
En mi pueblo, aún dicen, “hay prostitutas porque sobran cabrones.”
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