América Latina en la búsqueda de una nueva modernidad

      En entregas anteriores, hemos hecho referencia a la necesidad que tiene América Latina de avanzar en la búsqueda de una nueva modernidad. De su propia modernidad. Muy distantes estamos de aquellos que piensan que la búsqueda del presente, es la negación de nuestros orígenes. Y es que, para decirlo con Octavio Paz: “La búsqueda del presente no es la búsqueda del Edén terrestre ni de la eternidad sin fechas: es la búsqueda de la realidad real”.

      De esa realidad que ha sido negada por quienes han pretendido hacernos aparecer como pueblos sin historia, barbaros, sin cultura. Por aquellos que al imponernos su modernidad han despreciado nuestro ethos cultural, nuestra realidad como pueblo.

      Nuestro rechazo a la occidentalización del hemisferio lo es, por su razón cultural; porque, a través de la instrumentación e implementación de su racionalidad capitalista, nos construyeron e impusieron una modernidad que no nos era propia.

      Por lo que, la construcción de una nueva visión de futuro demanda comprender que no es posible partir de verdades construidas con una ciencia omnipotente, inspirada en la decimonónica fe del progreso infinito. En tal sentido, pensar el futuro significa entender que frente al estado de incertidumbre en que nos encontramos, nuestra imagen del futuro debe ser radicalmente distinta a los modelos que se han diseñado e instrumentado para la formación social latinoamericana.

      Pensar el futuro de América Latina constituye uno de los más grandes retos para nuestra  ciencia social. Esfuerzo intelectual que debe conducirnos a diseñar una nueva estrategia de desarrollo. Proceso en el cual debemos tener presente la capacidad de percibir nuestra heterogeneidad sociocultural. Heterogeneidad que no puede ser asimilada como dispersión, disgregación o atomización, sino más bien, como unidad en la diversidad.

      José  Manuel Briceño Guerrero, nos ha dicho que: “... esa heterogeneidad donde más se hace evidente es en la sorda y velada actitud de rechazo y cuestionamiento a todo plan o proyecto que pretenda dar orden, coherencia, uniformidad y sistematicidad a la vida colectiva en cualquiera de las naciones latinoamericanas, donde tantos modelos políticos, educativos, económicos, culturales, religiosos e ideológicos se han ensayado para terminar fracasando u olvidándose”. Fracaso que encuentra su explicación en la carencia de relacionamiento entre sus postulados teóricos y la realidad real del continente latinoamericano.

      Hace unos años, Octavio Paz afirmó que: “El pensamiento de la era que comienza, si es que realmente comienza una era, tendrá que encontrar el punto de convergencia entre libertad y fraternidad. Debemos repensar nuestra tradición, renovarla y buscar la reconciliación de las dos grandes tradiciones políticas de nuestro tiempo, el liberalismo y el socialismo”.

      Debe tenerse cuidado en no confundir liberalismo político con neoliberalismo. Como es conocido, Rousseau en su Contrato Social, analizó los principios que debían guiar las relaciones de la sociedad. Estableciendo la libertad, la igualdad y la fraternidad, como los principios caracterizadores de la “unidad e identidad nacional”. Colocando todo totalitarismo como enemigo de ellos.

      Como es conocido, igualmente, el neoliberalismo al colocar al mercado como el eje a partir del cual debe funcionar la sociedad, no hace más que darle un carácter totalizador al mismo. Por lo que, el neoliberalismo no es más que la dictadura del mercado. Con lo cual se niega los principios de justicia social, de equidad, y por ende de libertad, igualdad y fraternidad; los cuales trascienden a los valores de tolerancia y respeto, que deben estar presentes para el buen funcionamiento de la sociedad.

      Razones, que nos llevan a afirmar la urgencia que tenemos, los latinoamericanos, en diseñar una nueva formación social, una nueva modernidad, en donde el imperio de la libertad, la felicidad, la igualdad y la fraternidad constituyan sus principios constitutivos.  

 Profesor ULA
 
  npinedaprada@gmail.com



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Nelson Pineda Prada*

*Profesor Titular de la Universidad de Los Andes. Historiador. Dr. en Estudios del Desarrollo. Ex-Embajador en Paraguay, la OEA y Costa Rica.

 npinedaprada@gmail.com

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