“Hay una primavera árabe, pero la primavera de Palestina está aquí, en marcha hacia la creación de un Estado independiente”. Eso dijo Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), ante una multitud, al volver de la reunión de las Naciones Unidas donde pidió el reconocimiento de su país.
Abbas pertenece a Al Fatah, pilar de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), más conciliadora con Israel. En 2006 ganó las elecciones Hamas, corriente islamista y radicalizada. Pero funcional al imperialismo, Al Fatah no reconoció el triunfo, disolvió el parlamento y prorrogó ilegítimamente el mandato de la ANP.
Según el Cuarteto de Mediadores1 , ambas partes deben reanudar las negociaciones en octubre y comprometerse a alcanzar la paz para fines de 2012.
La mayoría de los países del mundo apoya el reclamo palestino, que primero debe autorizar el Consejo de Seguridad. Por supuesto, Israel lo rechazó. Estados Unidos, una de las cinco potencias con poder de veto, anticipó que lo ejercerá si el Consejo vota a favor de reconocer a Palestina2 .
Ascenso árabe, Israel aislado
El pedido de Abbas a la ONU no cae del cielo. El ascenso revolucionario que vive todo el Mediterráneo y en especial las masas árabes abarca también a los palestinos, de larga tradición combativa.
Ya meses atrás, miles de jóvenes se manifestaron en Gaza y Cisjordania exigiendo democracia y la unidad de Hamas y Fatah contra Israel. Hubo marchas de apoyo a las rebeliones de Túnez y Egipto. En mayo, aniversario de la Nakba3 , hubo movilizaciones en Siria, Líbano y Jordania, donde vive gran parte de la diáspora palestina.
La revolución golpea a los viejos regímenes aliados de Israel, aislando y debilitando a ese Estado y a todo el dispositivo imperialista de control de la región. Cayeron las dictaduras de Túnez, de Egipto y -con sus contradicciones- de Libia. En Siria, la lucha popular jaquea al gobierno de Al Assad. En Egipto fue tomada la embajada israelí, el embajador huyó y se tuvo que abrir la frontera con Gaza. Otro viejo aliado, Turquía, tuvo que romper relaciones con Israel4 .
A esta inestabilidad se suma otro elemento clave: en el propio Israel hay un amplio movimiento de indignados contra el gobierno de Netanyahu, que exigen vivienda, servicios públicos y mejores salarios.
Con “dos Estados” no hay solución
Abbas pide un Estado palestino “en base a las fronteras del 4 de junio de 1967”. Pero esa no sería una verdadera solución al conflicto, ya que implica reconocer a Israel. Y el problema estructural es que, desde su origen en 1948, Israel aplicó un terrorismo de Estado contra los palestinos y árabes, con métodos de limpieza étnica como los nazis.
Con la excusa de ser “la patria de los judíos”, o sea de una religión, Israel fue en realidad un enclave militarizado, aliado del imperialismo yanqui, para sojuzgar a los pueblos árabes. En 1993 se firmó el Pacto de Oslo, pero Israel incumplió todas las resoluciones de la ONU y no hubo ningún avance hacia un Estado palestino soberano.
Si la ONU reconoce al Estado palestino sería un avance parcial de ese heroico pueblo, fruto de la actual revolución árabe, pero al tremendo costo de que la ANP acepte que Israel siga usurpando la mayor parte de la Palestina histórica.
Por eso la salida de fondo es la destrucción del Estado genocida, teocrático y colonial de Israel y su reemplazo por una Palestina laica, democrática y no racista en todo su territorio histórico, al cual puedan retornar los palestinos exiliados y donde vuelvan a convivir en paz árabes y judíos, musulmanes, cristianos, ateos o lo que fuera. Esa sí sería la verdadera y definitiva primavera palestina.
Información básica
Palestina hoy tiene 5.820 km2, apenas algo más que la cuarta parte de Tucumán. Está dividida en dos zonas separadas. En Cisjordania, atravesada por colonias, puestos militares y muros israelíes, habitan 3.5 millones de palestinos. En la Franja de Gaza, en ocho campos de refugiados, se hacina otro millón y medio de palestinos que viven de la ayuda humanitaria internacional.
Palestina no tiene puerto, aeropuerto ni ejército propio. Israel controla militarmente todas las fronteras por tierra, mar y aire de Gaza y Cisjordania, y ocupa el 60% del territorio de esta última. También controla la circulación de personas y vehículos, las comunicaciones, las exportaciones e importaciones y la provisión de agua, medicamentos, energía y combustible.
Antes de 1948, árabes y judíos convivían en paz en Palestina. En 1948 el sionismo funda el Estado de Israel y divide Palestina, arrasa sus aldeas, usurpa sus tierras y expulsa a su población nativa. Desde entonces, guerras mediante, Israel anexó Jerusalén Este, los Altos del Golán y otras zonas de Siria, Líbano y Egipto, instala colonias en Cisjordania y mantiene presos a miles de palestinos.