Perspectivas de cooperación geopolítica entre Rusia y China

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

El Primer Ministro ruso Vladimir Putin realizó una breve visita de dos días a China el pasado 11-12 de octubre. El evento no recibió mucha cobertura de parte de los medios globales, aunque en realidad había algo especial en ella. La visita se efectuó al tiempo que el Sr. Putin fue oficialmente aprobado como el candidato principal para las elecciones presidenciales del 2012. Cuando un líder parecido viaja a China antes de visitar Estados Unidos, los expertos generalmente lo ven como un gesto significativo hacia donde se enfocará la política exterior del futuro presidente. Por otra parte, Rusia y China vetaron la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria, provocando muchas críticas de parte del gobierno norteamericano. Se trata entonces de un precedente único.

El Vicepresidente norteamericano Joe Biden se dirigió a la comunidad democrática rusa diciendo que no se debía permitir a Putin postularse a la presidencia en el 2012. Pero Moscú no parece seguir su consejo. Tampoco tuvo éxito Washington tratando de persuadir a Rusia que el escudo anti-misilístico norteamericano no apunta hacia Rusia sino a otros. Las diferencias sobre otras cuestiones están también aumentando. De manera que resulta obvio que el “replanteo” fracasó en materializarse. Por lo tanto tratemos de utilizar el método de análisis geopolítico para arrojar algo de luz sobre lo que en realidad está pasando.

Durante el mes de septiembre pasado, el Sr. León Panetta, Secretario de Defensa norteamericano, señaló que China, la India y Rusia constituyen una amenaza para Estados Unidos y para el mundo. Como todos recordaremos, hace un tiempo Estados Unidos había informado al mundo que ellos habían iniciado la guerra contra el terrorismo internacional, luego atacaron a Irak a Afganistán y luego a Libia y recientemente han estado tratando de invadir Siria, Irán y otros países. En mayo del 2010 develando la nueva estrategia nacional del país, la Secretaria de Estado, Hillary Clinton admitió que Estados Unidos no era capaz de enfrentar solo los desafíos actuales y que en consecuencia deseaba cooperar con China, Rusia y la India.

¿Cómo es posible? Se podría decir que a pesar de todo esto, los norteamericanos no están tan locos como para lanzar una guerra de verdad, al menos por ahora. Pero resulta que en el siglo XXI las guerras ya no son lo que eran antes. Actualmente la guerra tiene que ver más con la geopolítica que con las tácticas militares y he aquí la diferencia.

Dentro de la geopolítica, lo militar no es una prioridad, el foco se radica en la información, modelar la opinión pública, como también la política exterior, la economía, los mercenarios de corporaciones militares privadas, etc. En ocasiones ni siquiera se utiliza el ejército o solamente cuando la operación entra en su etapa final.

De manera notable, las actuales operaciones geopolíticas parecieran centrarse más en ocultar las verdaderas metas que declararlas. De este modo, simulando estar preocupado por la protección de la población de Albania en los Balcanes, Estados Unidos le presentó a Europa el problema de Kosovo, lo cual retrasó a la región en términos de su integración en la Eurozona.

La situación geopolítica en el Medio Oriente es aun peor. Observemos la denominada Primavera Árabe y veremos el extraño papel que juega Estados Unidos apoyando allí a los movimientos islamistas radicales.

Al hacerlo, Washington derroca a los que siempre se han considerado como regímenes pronorteamericanos comprometidos con mantener la estabilidad en la región. Por otra parte, Turquía –no sin la aprobación norteamericana—intercambia invectivas con Israel. Estados Unidos estimula la confrontación de Arabia Saudita e Irán, creando una especie de coalición que rodea a este último, preparándose para atacarlo. La razón sigue siendo prácticamente la misma que después de la tragedia del 11 de septiembre, solo que ahora ellos dicen que quieren impedir un ataque contra Arabia Saudita, no Estados Unidos. ¿Y para qué? Yo lo veo como un intento de vincular el sumamente inestable Oriente Medio con Afganistán destrozado por la guerra y Paquistán. Pretenden agregar a Turquía y al Cáucaso en esta “línea” de manera tal que esto podría resultar en una gran conflagración.. Una vez más ¿con qué propósito? Continuar siendo el primer país del mundo.

Estados Unidos está perdiendo su posición en la economía y la política global, el debilitamiento del dólar cede espacio a otras divisas (rublo, yuan, euro, rupia y divisas latinoamericanas). Además de esto, una brecha también se está ensanchando dentro de Estados Unidos con los pueblos de origen anglo-sajón, afro-norteamericano y latinoamericano cada uno viviendo por su cuenta mientras que toda la riqueza es controlada por la oligarquía. Esta brecha se ha hecho notoria recientemente con la oleada de protestas de Ocupar Wall Street a través de todo el país, también en Australia, Nueva Zelandia, Europa y algunos países asiáticos. En uno de sus últimos libros, el prominente político P. Bjukenen, pronostica la declinación norteamericana para el año 2025. Pero nadie en ese país está preparado para aceptar este punto de vista.

En vista de todo esto, la guerra pareciera ser la única salida para un país con ambiciones hegemónicas –aunque no en casa. La I y II Guerras Mundiales le indicaron a Estados Unidos la vía para salir de una crisis económica y ubicarse entre los países más poderosos del mundo y esto podría significar una guerra con China, el más importante contendor para encabezar el mundo y Europa y la India como sus principales rivales. Imaginémonos a Irán en guerra con Arabia Saudita, Estados Unidos y otros aliados del Golfo Pérsico ayudando a los sauditas; Israel es arrastrado al conflicto con sus vecinos árabes, mientras Turquía intercambia disparos con Israel. Los palestinos y Hezbollah atacan ciudades israelíes, los iraquíes vuelan los oleoductos y edificios gubernamentales, los kurdos avanzan tanto en Turquía como en Irán. El Golfo Pérsico y su zona colindante es minada. Se urge a Tel Aviv que utilice sus bombas nucleares. Aunque las cosas podrían desarrollarse de manera un tanto diferente, por lo general será lo mismo, el suministro de petróleo para China, la India y Europa será suspendido en tanto que Estados Unidos comenzará a utilizar sus depósitos alternativos y el petróleo que se produce en todo el continente. Europa y China enfrentarán un estancamiento económico que será un desafío similar para ambos pero particularmente para Beiyín. En esta situación China buscará el apoyo energético de Rusia provocando así la ira de Europa. Las tropas de la OTAN serán despachadas hacia Rusia en estricto cumplimiento con el Acuerdo del Estatuto de las Fuerzas firmado el año 2007. Y tenemos aquí otra guerra que se inicia. Una vez que esta finalice, Estados Unidos será el ganador –otra vez. Así mismo, la división del mundo de posguerra servirá principalmente a los intereses de Washington.

Es posible que cuando Rusia y China impusieron el veto a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria, estaban probablemente guiándose por la percepción de esta potencial catástrofe. Pero esto no es suficiente, Moscú y Beiyín deberán desarrollar un acuerdo pleno de largo plazo de mutua cooperación económica y energética. Los dos países (Rusia y EU) se miran a los ojos respecto de muchos problemas, incluyendo los planes norteamericanos de instalar su Tercer Sitio anti-misilístico en Europa y también el futuro desarrollo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Es de esperar que todo esto haya estado en la agenda de la visita del Sr. Putin a China.

En su último libro, el destacado político y diplomático ruso, Yevgeny Primakov sostiene lo siguiente: “Podríamos decir que Rusia y China están empleando su poder de disuasión para oponerse a aquellos que están dispuestos a utilizar la fuerza sin preocuparse por las consecuencias.” Moscú lo demostró durante la visita del Sr. Putin a China cuando la crisis de Siria estaba en agenda entre otros problemas.

La visita del Primer Ministro ruso a China y la firma de varios acuerdos de asociación económica y energética pueden caracterizarse como medidas para impedir una nueva oleada de crisis. China y Rusia deberán estar atentas para tomar decisiones bien pensadas, tanto en las esferas económicas como militares y demostrar así su disposición para defender sus intereses. Declarar a Estados Unidos y a la OTAN como la gran amenaza contra la Humanidad sería el primer paso a tomar en esa dirección.

Leonid Ivashov es presidente de la Academia de Asuntos Geopolíticos y es Coronel-General.

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