Medio siglo del embargo a la Revolución Cubana

Ha pocos años, cada aniversario del embargo del gobierno estadounidense a la revolución cubana, la mayoría de los cubanos y las cubanas en el exilio pedían a gritos más radicalismo, más embargo sin tomar en cuenta los verdaderos sentimientos ni del pueblo cubano y de los mismos estadounidenses de a pies. Actualmente, cuando se cumple medio siglo de ese embargo, el Estado estadounidense no puede evitar que se discuta, se polemice y se reflexione sobre ese embargo que no ha logrado ni un ápice de lo que se propuso con su instauración o aplicación: el derrocamiento del gobierno que hasta hace poco presidió el camarada Fidel o el derrumbe de la revolución con todos sus aditamentos.

 El imperialismo cree que todo pueblo que vea reducida, por una u otra razón, sus raciones diarias de comida, derroca a su gobierno para complacer y mejor servir a las políticas de la Casa Blanca. Nunca piensan, sus autoridades que siempre se niegan a invertir tiempo en pensar porque eso no produce dólares constante y sonante al instante, que actualmente la mayoría de los cubanos y las cubanas en el exilio no están de acuerdo con que se siga aplicando el embargo a Cuba como tampoco lo está la aplastante mayoría de la humanidad. No hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor sordo que el que no quiere oír. Y el imperialismo, por razones pragmáticas y afán desmedido de expoliación a otros pueblos, ni es dado a ver ni tampoco a escuchar. Por eso siempre, al final del camino, sus luchas van y dan y se estrellan contra el muro inexpugnable de los pueblos que se deciden a ser libres. Los imperialistas, hechos los pendejos, no quieren reconocer que cuando un pueblo se rebela para conquistar su libertad es quien mejor interpreta las teorías que se desenvuelven en su tiempo y se decide por aquella que prende en su conciencia como práctica social.

 CNN hizo un programa televisivo sobre los 50 años del embargo. Los entrevistados, escogidos o seleccionados supuestamente con buen tino por CNN, no congenian con el sistema político cubano, no comparten las ideas de la revolución y, más bien, critican al gobierno antes dirigido por Fidel y ahora por Raúl. Sin embargo, de alguna manera, los entrevistados condenan en este momento el embargo y hasta hubo quien dijo y se preguntó: “Si no ha servido para nada: ¿para qué se mantiene?”. Creo, no estoy seguro pero lo creo, que CNN no hizo ningún esfuerzo por entrevistar a ningún alto funcionario del gobierno cubano o a un alto dirigente del proletariado cubano. Y si lo hizo y obtuvo un rotundo “no” como respuesta para no dar opinión sobre el tema del embargo de parte de autoridades del Estado cubano, no sé si eso es correcto o no, pero pienso que Fidel y hasta el mismo Raúl no hubieran pelado ese boche de habérselo propuesto CNN. Lo que sí podemos estar seguros es que Torricelli y Holmes deben estar, de encontrarse con vidas, sintiendo aceleradamente el palpitar de sus corazones como seres insensibles, irracionales y profundamente errados al tratar de quebrar las bases de la Revolución Cubana mediante el ridículo y pendejo embargo. Para el pueblo cubano no pueden valer más los 114 mil millones de dólares que han dejado de entrar a la economía cubana por culpa del embargo que hacer valer su inalienable derecho a decidir su propio destino o hacer respetar su derecho a su autodeterminación como pueblo. En Cuba nadie ha muerto, en 53 años de revolución, por hambre aunque no coman las exquisiteces a las cuales tienen acceso por ahora el señor Obama y la señora Clinton ni tampoco por negación del servicio de salud pública mientras que en Estados Unidos sí y muchos.

 En verdad, ese embargo ya no huele ni a fu ni a fa. El Estado imperialista estadounidense lo mantiene por no dar su brazo a torcer que, por cierto, de tanto lanzar bolas ya no soporta el peso de lo improcedente de ese embargo. Uno de los argumentos del embargo es que en Cuba no hay democracia ni se respeta la libertad de expresión. Pues, aquí les narro esta perlita: uno de los entrevistados en pocos meses ha visitado a Cuba en tres oportunidades y se da el lujo de criticar al gobierno cubano e incluso de hacer llamados al pueblo cubano para que lo derroquen aunque aclara que sea sin violencia. Sin embargo, no se le niega la visa para que continúe visitando a Cuba. ¿Entonces: cuál es la pendejada de que no existe libertad de expresión en Cuba?

 No vamos a emborronar cuartillas describiendo vicisitudes creadas a Cuba por el embargo. Digamos o reconozcamos el incuestionable mérito del pueblo cubano y su Estado en haber aplicado políticas económicas para que sin que ningún cubano o ninguna cubana se acostase con hambre o se quedase en la calle a la intemperie, sin que le fallasen los servicios de salud y de educación, con la tasa de mortalidad infantil más baja del planeta, sin dejar de ejecutar el verdadero internacionalismo revolucionario y otros importantes elementos como el de lograr valiosos desarrollos en las ciencias, no pudo el embargo quebrar la resistencia ni doblegar la conciencia del pueblo cubano. Esa es la gran arrechera de los señores imperialistas y de esa legión de cubanos y de cubanas (cada día más reducida) que pensaron que con algunos actos de terrorismo iban hacer que la revolución se derrumbara por un abismo de donde nunca más se recuperara.

 En la actualidad, cuando ya se ha cumplido medio sigo de la aplicación del embargo del Estado estadounidense contra Cuba, Fidel le sigue diciendo verdades irrefutables a los imperialistas mediante sus “reflexiones”, el pueblo cubano continúa pregonando los principios de su revolución, el Estado cubano persiste en mejor servirle a los intereses de la sociedad cubana. ¡Pal’carajo el imperialismo con su embargo!



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Freddy Yépez


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