Hace pocos días el Papa Benedicto XVI visitó Cuba procedente de México, esta visita contempló el encuentro entre los dos jefes de Estados, aunque a muchos les sorprenda El Vaticano es además del asiento de la Santa Sede un Estado, cada uno con marcadas diferencias ideológicas y políticas cuestión que quedó clara en las posiciones vertidas por Joseph Ratzinger en los días previos a su arribo a la Isla y en el discurso de Raúl Castro durante el encuentro con su homologo.
Evidentemente la razón pública de la visita de un Papa a cualquier parte del mundo tiene en parte que ver con lo religioso al ser este personaje el Jefe Máximo de la Iglesia Católica, pero no es sobre esto de lo que queremos hablar en el presente artículo, porque ciertamente al ser el Papa el Jefe de un Estado su visita siempre tendrá, de principio a fin, un especial condimento político que cobra ribetes interesantes cuando visita territorios gobernados por quienes se identifican con el socialismo como es el caso cubano.
Por ejemplo, pocos días antes de su llegada a Cuba el Papa Benedicto XVI dijo que el marxismo ya no podía continuar siendo el modelo político para la isla, cuestión que bien pudiese tomarse como una grosera intromisión en los asuntos políticos internos de un Estado soberano, provocación que fue muy bien sorteada por las autoridades cubanas, entre ellas su Canciller, quien expresó “el Papa tiene una posición política y el Estado Cubano también y ambas son muy claras” y para profundizar en esa posición política vertida por el Papa en sus declaraciones no basta con conocer el basamento ideológico y económico del Estado del Vaticano, su tradición y su papel jugado en relación a muchos gobiernos revolucionarios en la historia sino que es muy necesario, y así lo recomiendo, profundizar en el conocimiento sobre la militancia política de los años juveniles de quien hoy es el Jefe de ese pequeño Estado Europeo que cuenta apenas con 0,44 Km2 de superficie y con unas de las mayores fortunas del mundo.
Pero más allá de estas consideraciones es evidente que el modelo cubano, unión dialéctica del marxismo-leninismo con inmensos aportes humanistas y políticos como el de José Martí, ha sido mucho más consecuente con el sentimiento de solidaridad hacia el “prójimo” que el Estado del Vaticano y esto no solo lo digo por los innegables avances de Cuba en atención integral a su población que lo ubica con un Índice de Desarrollo Humano de los más altos del continente, al mismo nivel de los llamados países del “primer mundo”, actualmente el IDH de Cuba es de 0,790, además con una impresionante atención médica a la población reconocida recientemente por la Directora General de la OMS en visita a Cuba, y es que este país, asediado por un criminal bloqueo gringo, cuenta con casi 300 hospitales, 197 Hogares de Ancianos, 38 Hogares para impedidos, 289 Hogares Maternos, 27 Bancos de sangre, 6 Cardiocentros, 17 Unidades de Ciencia y Técnica, 166 Clínicas Oftalmológicas y 1 médico por cada 158 habitantes, además de haber logrado desde hace décadas la erradicación de enfermedades como la poliomielitis, paludismo, tétano neonatal, difteria, rubéola, sarampión, tos ferina, desnutrición infantil lo cual le permite a la mayor de las Antillas contar con una esperanza de vida promedio para su población de 77,9 años y una mortalidad infantil de las más bajas de América; pero por si esto fuese poco Cuba erradicó en 1.961 el analfabetismo y es en la actualidad uno de los países con mayor nivel de escolaridad del mundo.
Todo lo anterior, que es apenas un brevísimo resumen de los logros técnicos, sociales y económicos de la revolución cubana, va acompañado de una permanente campaña de solidaridad que tiene desplegados 38 mil cubanos y cubanas en el planeta entre médicos, profesores e instructores dedicados a erradicar enfermedades endémicas, eliminar el analfabetismo y formar técnicos y profesionales sin pedir nada a cambio como a buenos revolucionarios corresponde; como otro dato de solidaridad es importante conocer que Cuba aloja actualmente en su suelo, con todo los gastos cubiertos, a 14 mil estudiantes de Medicina Comunitaria de varios países.
Por otra parte, muchos cubanos han participado, y muchos otros incluso han dado la vida, en lucha por la liberación de distintos países de África; es decir, han participado militarmente en otros lugares para liberar y no para someter, cuestión que nos recuerda al Ejercito Libertador de Venezuela dirigido por el Libertador Simón Bolívar y que contrasta con las abominables intervenciones de la OTAN y del ejercito gringo contra casi todos los países del mundo.
Frente a estas magnificas pruebas de amor por el ser humano que a diario entrega el gobierno y pueblo cubano, yo me pregunto: además de administrar sus bancos y sus empresas y de contar los fondos recibidos desde algunos Estados por los llamados concordatos de financiación, ¿hace algo el Estado de El Vaticano por el ser humano?.
El modelo que no le sirve al mundo, ni a la vida en él, es el capitalismo.
“Solo el amor engendra la maravilla” (José Martí)
“La verdad es una cuestión práctica” (Carlos Marx)
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(*) Militante del PCV