Chávez es: un asesino

El creador de las Convivir (paramilitarismo legalizado), el hacedor de guerra y legitimador de la muerte y la tortura, el expresidente Alvaro Uribe Vélez, reaccionando por el orificio del odio personal, acusó al camarada Chávez de asesino en forma escalonada como queriendo matar dos pájaros de un solo tiro: a Chávez y a Santos. Que se lleve por delante al segundo es más una cosa de la política y contradicciones de la oligarquía de Colombia, pero decir que Chávez es un asesino, merece una analogía histórica digna de una distancia que separa al Cielo del Infierno.

 El expresidente Uribe, reconocido autor espiritual de miles de miles de asesinatos o masacres en Colombia, autor intelectual de falsos positivos, creador de impunidad para los asesinos, está herido desde que el Presidente Santos entendió que debía alejarse un poco de su negro pasado uribista. Uribe cree que nació para siempre mandar, tener súbditos que lo vean como un rey aunque no tenga cetro sobre su cabeza, como un general en jefe sin estrellas pero mandón de verdad. Uribe está gravemente enfermo en sus células cerebrales. Sueña con ser Gengis Kan o un Atila con tanque sin caballo. No entiende que el tiempo ya se le pasó.

 El mundo político mundial conoce de la ira desenfrenada, de la furia incontrolable del expresidente Uribe porque Santos no hizo, primero, su juramentación como Presidente de Colombia ante una fotografía del expresidente saliente y, luego, ante Dios como imitador de las políticas uribistas de: matar primero y después nada de averiguación.

 El mundo, igualmente, conoce de aquel espectáculo que el expresidente Uribe montó en la OEA, a través de uno de sus súbditos, donde quiso hacer ver que el camarada Chávez era quien hacía la guerra en Colombia por medio de los movimientos insurgentes: FARC y ELN. Uribe se quedó con los crespos hechos. Prácticamente casi nadie le paró bola a sus mentiras.

 En un arrebato, como hombre que lo matan los celos, el expresidente Uribe inició un ataque desorganizado, sin estudio ni del terreno de las fuerzas propias ni contrarias, sin consultar para nada a los miembros de su estado mayor, sin tomar en cuenta la correlación de fuerzas ni en el campo internacional ni en lo nacional, valiéndose de cuanta mentira su cerebro se imaginara o inventara, contra el camarada Chávez y cada una de sus composiciones la concluyó con la siguiente sentencia: “Chávez es un asesino”.

 Pero, tal vez el señor Uribe no se percató de ello, hay un detalle que contradice las sandeces del expresidente. Antes criticaba y atacaba al camarada Chávez acusándolo de garantizar la permanencia de la insurgencia en territorio venezolano, de apoyar a la guerrilla con armas y dinero. Sin embargo, ahora, lo acusa de gobernar en contra del pueblo venezolano, de violar los derechos humanos a los venezolanos y venezolanas, de perseguir a la oposición venezolana. Por ello, lo tilda de asesino.

 Estamos en presencia de una campaña internacional muy mediática, muy mentirosa, muy engañosa que pretende cautivar audiencia con el fin de de crear condiciones materiales y espirituales creyendo que eso será suficiente para que el candidato de la Oposición obtenga una victoria electoral el 7 de octubre sobre el camarada Chávez. El expresidente Uribe es el vocero de esa cúpula que sigue pensando y creyendo que todo el tiempo se puede mantener engañado a todo un pueblo. Y hasta el expresidente Uribe es osado al creer que también todo un continente puede ser engañado todo el tiempo.

 Por suerte, mucho pueblo colombiano conoce muy bien al expresidente Uribe y, especialmente, los miles de miles de familiares de quienes fueron asesinados bajo falsas acusaciones de guerrilleros. Nunca nadie, como el gobierno del señor Uribe, había comprometido tanto la soberanía colombiana ante el imperialismo estadounidense. El Presidente Santos no es un santo y aun cuando su Gobierno ha hecho todo lo posible por incrementar la guerra y negar posibilidades a la paz, el del señor Uribe se caracterizó por una violencia en creciente constante, por demasiados falsos positivos, por montar show de entrega de armas y desmovilización de insurgentes, por la producción de muchas masacres, por espionaje telefónico a altas personalidades del Estado, por defender a capa y espada a criminales otorgándoles impunidad jurídica y, ojo con esto, por haber permitido la creación de bases militares para que el gobierno imperialista estadounidense encuentre condiciones ideales para intervenir armadamente en los asuntos internos de otras naciones suramericanas. Lo que pareciera no darse cuenta el señor Uribe es que sus nombres y sus apellidos han entrado a la historia como un gendarme del imperialismo que puso todo su gobierno y sus armas al servicio de los más oscuros intereses que causan terrible daño a los sueños de un pueblo que siempre ha anhelado hacerse libre.

 En definitiva y es la verdad verdadera: asesino es Uribe y no el camarada Chávez.



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Freddy Yépez


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