Después de la II guerra mundial, el imperialismo se impuso en Nuestramérica, cuando se salían de “su línea”, a punta de cuartelazos o golpes de estado puros y simples; los cuartelazos, a pesar que hoy nos parecen primitivos, en los 40-50-60 fueron una novedad ya que anteriormente eran las invasiones directas, la Nicaragua de Sandino de los 20-30, para solo poner un ejemplo de docenas y acortar líneas.
Los cuartelazos eran consecuencia de la política de “seguridad nacional” yanqui, se pretextaban como asunto de soberanía, era un problema interno del país y allí nadie se podía meter (Cuando eran revoluciones o subversiones de izquierda, el tratamiento era contrario y distinto); luego; pero producto de las luchas de los pueblos, que ya le habían perdido el miedo a las dictaduras gorilas y se preparaban para darle la pelea en el terreno militar; Washington “decreta” que se acabaron las dictaduras militares, ahora sus gobiernos afines deben ser “democráticos”, por supuesto una democracia a la gringa (Representativa, bipartidista, anti-comunista); en aquel momento los pitiyanquis le daban un carácter casi mágico a las elecciones; decían, como un axioma, que los comunistas no ganaban elecciones.
Pero cuando las izquierdas radicales empezaron a ganar elecciones, que eso empezó con la Venezuela de finales del siglo pasado, entonces, empiezan a decir, que las elecciones no son suficientes para catalogarse de democráticos, que un gobierno electo en elecciones no implica que sea demócrata.
Es en esta última etapa cuando se empiezan a hablar de “golpes suaves”, que son revueltas cívicas, en donde los militares, aunque no están en primeras planas pero para nada están ausentes, están al acecho, o adoptan una “neutralidad benévola” que favorece al supuesto golpe suave y al estado de ingobernabilidad o actúan como consecuencia del golpe suave, a titulo de tutelaje para “evitar derramamiento de sangre” y luego le entregan el poder a un “civil”, por supuesto de derecha, esta trama se desarrolló en Caracas-abril-2002 y se pensaba desarrollar en la Bolivia del 2006 y Ecuador del 2010, pero gracias a la dirección muy firme y consecuente de la UNASUR, en aquel momento, frustraron esas revueltas de las derechas criollas, aupadas por USA.
Pero el nuevo tipo de golpe de estado, el cual es con barniz de legalidad, nació en Honduras del 2009, con Zelaya, y ahora adquiere carta de identidad en Paraguay; el Departamento de Estado yanqui, en Las Américas ha creado un nuevo tipo de golpe de estado “Los Golpes de Estado Institucionales” o “Constitucionales” o “Técnicos”, más que el nombre de esta “novedosa” figura, su descripción es que se usa o la constitución o las leyes de la republica, para justificar el golpe de estado o efectuar la ruptura, o como dijo Fernando Lugo, hoy lunes 25 de junio, “quiebre del orden constitucional”.
Ya los golpistas Hondureños, se sienten seducidos por el juico político a Lugo, en Paraguay y dicen que van a adoptar la figura jurídica del “Impeachment” en su ordenamiento jurídico.
De no pararse esta maniobra de “golpes institucionales”, Washington alteraría la voluntad popular en Latino América y El Caribe y volveríamos a la era de las dictaduras (¿“Constitucionales”?), y regresaríamos al coloniaje.
Estos golpes institucionales o técnicos, los pueden hacer las derechas lacayas de USA, porque ellos solo pierden el gobierno, por intermedio de unas elecciones, producto de un pueblo que está cansado de su desempeño; pero las derechas sin el gobierno político, aparte que conservan una buena parte del, tienen intacto el poder económico y sobretodo un poder que es importantísimo porque es quien genera opinión, cual es el poder mediático, sin tomar en cuenta que muchos altos funcionarios civiles y militares continúan teniendo hasta lazos familiares y de amistad con ellos, aparte de su larga experiencia en los asuntos administrativos producto de 40-50-60 y hasta 70 años de ejercicio directo y hegemónico del poder.
Lo anterior, le hace muy fácil a las oligarquías de derecha pro-yanqui, obstruir, obstaculizar, sabotear y hasta paralizar al nuevo gobierno progresista o a grupos populares emergentes que han insurgido en Nuestramérica muchos de ellos sin partidos y sin representación parlamentaria, quienes llegan bisoños al ejercicio del cargo; y por supuesto, los imperialistas, tienen la capacidad y maniobrabilidad suficiente para imponer un “golpe institucional”.
EL UNICO QUE PUEDE EVALUAR EL DESEMPEÑO DE UN JEFE DE ESTADO ES EL PUEBLO
En los juicios políticos presidenciales, aunque existen distintos motivos, en todos coinciden tres cosas; por el “mal” desempeño o cuando comete delitos producto del ejercicio del cargo o cuando cometen delitos comunes.
Considero que los juicios a presidentes solo procedan por la comisión de delitos, ya sea producto del ejercicio del cargo o por delitos comunes; pero por el desempeño del cargo sean eliminados y en su defecto sean implantados los referéndum populares revocatorios como una fórmula válida para destituir a Presidentes o Jefes de Estado, ya que el único que puede dictaminar su mal o buen desempeño es el pueblo.
UNASUR, como medida preventiva para erradicar, esta nueva modalidad de dictadura disfrazada y de escamoteo y burla a la voluntad popular, los golpes institucionales, debe incluir una clausula obligatoria en su carta fundamental como la de establecer, con carácter obligante para sus miembros, los referéndums populares revocatorios, como única forma de destituir a jefes de estado, antes que se le cumpla el tiempo del mandato constitucional presidencial.