Una vez, quizás por tanta arrechera acumulada, creí que el juez Garzón se creía el “iluminado universal de la justicia”. Pero, además, que igualmente se creía la reencarnación más perfecta de las cuatro “revelaciones progresivas”: Abraham, Moisés, Jesús y Mahoma. Y eso más arrechera me daba. Por eso llegué a creer otro día que se consideraba un Baltasar Garzón de los Palotes y de los Cogones.
La objetividad de la vida cambia y también la subjetividad. Comencé a dejar de tenerle arrechera a Garzón cuando se mostró partidario de investigar los crímenes del franquismo o falangismo, lo cual implicaba juzgar a varios responsables de asesinatos y torturas que actualmente viven en España como si nunca hubiesen roto un plato. Eso le costó a Garzón que lo sacaran de la Audiencia Nacional de España, lo cual –para mí- ha sido lo mejor que le haya podido pasar para que esté haciendo lo que ahora hace defendiendo a quienes sí merecen ser defendidos como, por ejemplo, Assange.
No hay duda alguna que el exjuez Garzón tiene dominio y un elevado conocimiento en materia jurídica, y quien gozando de ese privilegio y lo ponga al servicio de la verdadera justicia jurídica merece no sólo que no se le tenga arrechera sino que se le admire. Por eso ya no le tengo arrechera al exjuez Baltasar Garzón y ahora admiro lo que está haciendo.
En materia de derecho internacional, Garzón es un experto o como se diría en criollo: un machete. En relación con el caso de Assange y el asilo que le otorgó el gobierno de Ecuador, Garzón ha dicho cosas que son irrefutables aunque los gobiernos de Inglaterra, Estados Unidos, Suecia, Australia y otros no lo acepten o descalifiquen –por mezquinos y mal intencionados intereses- las verdades para tratar de imponer sus mentiras.
¿Qué ha dicho el exjuez Garzón?
Entre otras cosas, lo siguiente: "Lo que tiene que hacer Reino Unido es aplicar las obligaciones diplomáticas de la Convención del Refugiado y dejarle marchar dándole un salvoconducto. De lo contrario, acudiremos a la Corte Internacional de Justicia". Más claro no puede cantar un gallo. Pero por muy claro que cante el gallo, los gobiernos imperialistas, por su prepotencia y su poderío de creerse los amos del mundo, se hacen los oídos sordos para no pararle ni un milímetro a las sentencias o veredictos que no se ajustan a sus designios.
El exjuez Garzón entendió, primero que muchos políticos, lo
que estaba detrás de bastidores en las posiciones irreflexivas y negativas de
los gobiernos, especialmente, inglés, estadounidense y sueco. Por eso dijo:
"Entendemos
que todo ello obedece a una intención más oculta, más perversa si se quiere,
que es someter al señor Assange a un procedimiento penal en Estados Unidos que
se está adelantando en este momento, que es secreto". ¿Quién puede
probar que no es así?
Igualmente, y basándose en lo dicho anteriormente, el exjuez Garzón y ahora defensor de una causa justa (como lo es el derecho de asilo otorgado por el gobierno ecuatoriano a Assange), dijo lo siguiente: "Como tenemos dudas, pretendemos demostrar que hay algo detrás y sobre todo que no está habiendo derecho a una defensa justa, presunción de inocencia y por supuesto a un proceso con todas las garantías". Y agregó: "La situación no es la mejor y no lo es porque hay una clara intencionalidad política detrás de todo el asunto que le tiene en la situación actual". ¿Qué algún jurista o político en el mundo demuestre lo contrario? Bueno, las reacciones de los gobiernos de Inglaterra, Estados Unidos y Suecia, demuestran fehacientemente que el exjuez Garzón tenía y tiene razón en lo que decía y dice.
El exjuez Garzón, a mi juicio, ha cambiado y, por supuesto, confieso que he cambiado el parecer que antes tenía de él. Ahora, lo admiro y me solidarizo con sus declaraciones y con la defensa que hace a favor de Assange. ¡Bravo por Baltasar Garzón!