La fan como fanaticada farandulera y deportiva de futbol del mundo están en ascuas y el ambiente arde de emoción que hará feliz a España como un notición de primera plana que redundará de esperanzas con algo de especulación que afianzará un futuro a la vista.
Nacerá un nuevo futbolista o, quizás un nuevo cantante, sobre lo uno o lo otro, tiene a Europa y parte de Latinoamérica en una terrible confusión o, quizás en una inquieta distracción, porque tan mal están por allá que el consuelo que les quieren meter, parece un autogol pateado de publicidad que no le deja ganancia de ninguna clase a los oprimidos de esas regiones.
Lo cierto es que este martes ensartado como penúltimo día en el mes de enero de fecha par: tiene alborotado a una gran afición que acalambra espíritus que navegan en el entorno de la pareja que más se acerca a su entender y pericia sobre la teoría que todavía no deslumbra lo práctico como será patear un balón de futbol o agarrar un micrófono que comunique la alegría con la sabiduría de amasar fortuna.
Posiblemente la listas de espera se hagan realidad a partir del nacimiento del niño que a lo mejor viene de cabeza o, quizás lo más seguro de pie listo para su primer empujón de salir a la vida a respirar la ambición de ser famoso sin haber ganado la pretensión de ser español en vez de colombiano que no será la gota fría regional que lo aparte de las dos nacionalidades cuando se está en el vaivén de querer ser de aquí y de allá.
Posiblemente, desde este martes, se agoten las entradas mundiales que le den el pase a ser jugador de por sí del Barcelona que enlace al padre con el hijo con la consigna esperada de ejecutar una buena intención de imitar los primeros pasos de confrontar con valentía al Real Madrid como el primer rival a vencer, ya que la vinotinto no asusta.
O mejor seguir los pasos de la madre e irse de una vez a estirar también en cualquier estadio del mundo un waka waka que lo afame y, que lo ponga en el mercado como un cantautor del género pop rock en todos los idiomas conocidos que, le abrirá abrumadores aplausos en los espacios del campo que atraen el disfrutar el gol de la vida que todos buscan.
Las tribunas de la emoción, cualquiera sea la distracción en que se cabeceé con la divisa de la confraternidad, aplacarán las angustias que se subirán hasta el último peldaño en que trepe un alma que aspire a ser la excepción y, en ello: un bebé abrirá horizontes y se llevará por delante las fronteras que esconden la paz y, la disfrazan con guerras fratricidas que cuando brote el grito de un ser que fue engendrado sin conocer las terribles locuras de los hombres que dirigen el mundo y, que se jactan de demócratas libres y, más bien pervierten pueblos que no encajan en su realidad social, política ni económica.
Puja Shakira dirá el médico partero que el gol de tu satisfacción lo vas a meter en el arco que te recibirá como una nueva madre sin rabia ninguna y, aunque "rabiosa" te haya hecho famosa más famosa serás por soltar tu mejor canción de la vida y, un nuevo amor tierno, podría ser tu nueva composición que te lleve a la locura de afianzar multitudes.
¡Parió Shakira!
Tiembla España, llora un niño que viene a la vida cobijado de sueños y, un toro en el ruedo pierde la vida y, un español grita: huelga y, un balón de conformidad sale a recorrer el mundo envuelto en una tertulia de amistad que une y despierta una ilusión: España ha tenido un varón que no es príncipe, ni rey, pero tiene vida que rueda hacia todos los continentes con fuerza de unión.
Y, un niño llorará al nacer como lloran y han llorado todos los niños a escala universal. Aunque muchos morirán por falta de calor humano que abriga miserias.
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