Típico ‘gatopardismo’duopólico: modificar el Binominal para “mejorarlo”

Esta burda reforma es una nueva estafa, acordada por la derecha y la centroderecha con el único propósito de sepultar la presión popular por una Asamblea Constituyente


SI ALGUIEN no creía que las “dos derechas” de la política chilena estaban con síntomas de histeria luego de los comicios electorales llamados ‘primarias’, este repentino y apurado mini acuerdo entre RN y el PDC para “modificar el sistema binominal” debería hacerlo cambiar de opinión. Pero, si pese a ello continúa parado en sus hilachas, insistiendo que en el duopolio sólo hay tranquilidad y satisfacción, significa entonces que esa persona pertenece al “voto analfabeto” (llamado también “voto desinformado”) el cual, muy en serio lo digo, es mayoritario en Chile, y que para colmo de males resulta punto menos que imposible poder convencerle de las tropelías cometidas por los truhanes que dirigen –desde hace más de 20 años- la Alianza y la Concertación.
Iniciemos estas líneas asegurando un hecho que parece, y es, irredargüible, pues así lo confirmó nada menos que el senador del inefable partido Democristiano, Patricio Walker, en una entrevista realizada en el programa de Radio Agricultura, “La gran mañana interactiva”, cuando expresó sin titubeos ni ahogos: “esta reforma permite bajar o anular la presión que ejerce hoy la calle por una anticonstitucional y caótica Asamblea Constituyente”.
Era esperable que una iniciativa como esta, surgiría más temprano que tarde desde el vientre del duopolio. Luego del mega sismo político de más larga duración habido en estas dos últimas décadas, cuyo inicio se produjo en los comicios municipales el año 2012 y las réplicas (siempre in crescendo) llegaron a nivel de catástrofe en las recientes “primarias”, pues si en octubre del 2012 la Alianza derechista obtuvo sólo un 32,9% de los votos en la elección de concejales, tal resultado (que era bajo, sin dudas) se vino al suelo en las ‘primarias’ del 30 de junio pasado, ya que en ellas UDI y RN no superaron el 27%. A ello hay que agregar la debacle experimentada por el partido Democristiano con su candidato Claudio Orrego en el mismo evento de ‘primarias’, pues allí, en un universo de tres millones de votos, los chicuelos de la falange obtuvieron la exigua cifra de 6,3% del total de los sufragios válidamente emitidos.
En ambos casos, Alianza (Derecha) y PDC (centroderecha) sufrieron una verdadera paliza electoral, la que pronosticaba tiempos peores para ellos, ya que en alguna importante medida el abstencionismo cercano al 75% señalaba que “la voz de la calle” y la impetración de las movilizaciones sociales apuntaban directamente a la ejecución de cambios profundos en el actual sistema político y económico.
La respuesta –burda y precipitada- que Alianza y Concertación dan a esas exigencias manifestadas por la mayoría de los chilenos, es esta demagógica oferta de reforma para, según los aterrados dueños de la iniciativa, “realizar una profunda modificación al sistema binominal”, el que –seamos claros- fue ideado por la UDI en plena dictadura con el pasivo visto bueno concertacionista desde el olvidado y entreguista Plebiscito Constitucional del 30 de julio de 1989, que incluso amplió el poder de veto de la UDI-RN (cesión de la aprobación parlamentaria de leyes simples con la mitad de una cámara y de un tercio de la otra, vigente en la constitución UDI-pinochetista original).
Pero, la insistente presencia del pueblo organizado, manifestándose en calles y plazas de las principales ciudades del país, exigiendo asamblea constituyente para redactar una nueva Constitución Política, poner fin al sistema binominal, renacionalizar el cobre, estructurar un nuevo sistema previsional y retomar la histórica calidad y gratuidad en la educación pública, hicieron estragos en la que hasta entonces era una coraza de insensibilidad y prepotencia política habitando en las tiendas partidistas que conforman el duopolio.
El lenguaraz presidente del Partido Socialista, diputado Osvaldo Andrade, se sumó vertiginosamente a los DC y RN, declarando ante la televisión que “quienes se oponen a esta iniciativa, es porque no saben nada de política”. Seguramente, Eugenio Tuma (PPD) y FulvioRossi (PS), dos de los parlamentarios más derechistas dentro del ya centroderechista eje PPD-PS, le encenderán cirios y velas para agradecer su audaz reflexión.
Y reitero términos como “audaz reflexión” y “gatopardista iniciativa”, porque el proyecto aparenta reformar profundamente el Binominal, pero sólo lo modifica sustantivamente para la Cámara de Diputados, proponiendo un sistema relativamente proporcional de 28 distritos que elegirían 3 a 8 diputados, con un total de 150 diputados, cuyos detalles aún no se conocen, pues se dejan para ser concordados en la futura Ley Orgánica Constitucional de Votaciones y Escrutinios que reemplazaría a la actual.
¿Por qué se asegura que esta iniciativa es una simple maniobra demagógica por parte del consorcio de corruptos llamado Duopolio? La respuesta es simple: porque este desea solidificar el actual sistema mediante maquillajes que dejen “tranquila” a gran parte de la ciudadanía (específicamente a aquellos sectores menos informados que son, extrañamente, mayoritarios en Chile).
El investigador político Juan Pablo Moreno, en un rápido pero asertivo primer análisis, expuso lo siguiente:
“”Esta es simplemente una “Reforma” a la Estafa binominal, porque no se la elimina para elegir al Senado, es el "cebo" reformista destinado a dejar en manos del Senado la protección de los quorumsque mantienen el actual modelo institucional, heredado de la dictadura. En el "cebo" para diputados habría que estar atento a si los distritos que se van a proponer eligen mayoritariamente 3, 4, 6 y 8 diputados o 3, 5, 7 y 8, porque en el primer caso se estaría instalando una derivación del binominal, que con la elección de 4, 6 y 8 diputados permitiría a la minoría empatar en bancas con la mayoría, como sucede brutalmente desde 1989 con la estafa binominal en la que una minoría del 30% empata a un cargo con una mayoría del 60%.””
Y lo que a continuación agrega el mismo Juan Pablo Moreno, revela la totalidad de la infame trampa y engaño que el duopolio espera cometer –una vez más- contra la ciudadanía y contra la sociedad civil en su conjunto.
“”Aunque en la Cámara de Diputados, se reformen los distritos -para que las mayorías se expresen- para que se elijan números impares de diputados (3, 5 y 7) o un número alto (8), la "trampa" está radicada en la mini reforma del SENADO que mantiene la estafa binominal UDI-dictadura para la elección de 40 de sus 48 senadores. Si atendemos a los quorums constitucionales, de 2/3 y 3/5, y al de 4/7 para las Leyes Orgánico-Constitucionales (LOC), con 48 senadores, estos pasarían a ser de: 32, 29 y 28 senadores. Por lo tanto a la derecha UDI-RN le bastaría tener 17, 20 y 21 senadores para bloquear las reformas. Y si se eligen 40 senadores por el binominal, a la UDI-RN les bastaría tener el 33,34% de los votos para obtener 20 senadores, con lo cual sin sacar un sólo senador de los 8 "senadores nacionales" tendrían los dos quorums constitucionales controlados. Pero, como con el 33,34% se obtienen 3 senadores nacionales de los 8, la derecha UDI-RN con un tercio de los votos tendría asegurados 23 senadores de los 48, y por tanto también controlaría el quorum de las LOC de los 4/7 (21 senadores para bloquearlo).””
Obviamente, el escurridizo e irrespetuoso Osvaldo Andrade, que con el desparpajo típico de los soberbios tildó de ‘ignorantes’ a quienes se oponen a este cazabobos, así como también los clasistas y medievales parlamentarios de la derecha que aun confían en aprovechar la desinformación general, guardarán silencio y morderán sus puños cuando comiencen a opinar los referentes políticos extraparlamentarios, y se haga uso de los mismos datos (y muchos otros más, por cierto) que hemos entregado en estas apretadas líneas.
Al finalizar, un recado para los diputados Andrade y Rossi. La hipotética mayoría –si se concretara la trampa reformista- sólo controlaría, ajustadamente, el quorum de las Leyes de Quorum Calificado de 50% + 1 que requeriría de 25 senadores, los que obedecen a leyes de menor trascendencia, ya que ellas no sólo no cambian el andamiaje del sistema, sino, además, ni siquiera le rayan la pintura.
En resumen, y esto es lo principal, esta burda reforma es una estafa acordada por la derecha y la centroderecha (Alianza y Concertación, respectivamente) con el único propósito de minimizar –y ojalá sepultar- la presión popular por una Asamblea Constituyente, organismo que sin duda alguna saca de quicio y aterra a muchos chupasangre y corruptos vendepatrias que conocemos con el pomposo e inmerecido nombre de “legisladores”.



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Arturo Alejandro Muñoz


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