Recientemente, está sobre el tapete el caso de Bradley Manning, por la sentencia que tendrá que afrontar, debido a la información que entregó a medios de comunicación; esto ha desatado múltiples criticas contra el sistema estadounidense, sin embargo hay que poner las cosas en su justo lugar.
Sin duda alguna que las actuaciones del soldado Bradley Manning se constituyen en un delito dentro del estatus quo norteamericano, es decir, se tratad de un funcionario que tenía el deber de guardar la confidencialidad de los documentos que pasaran por sus manos, o si estos documentos estaban denominados como secretos o Top Secret como en las películas de James Bond, por supuesto que no podía divulgarlos; tal cual como Martin Luther King no podía circular por las aceras destinadas a los blancos en el sur de Estados Unidos, o Nelson Mandela no podía utilizar los asientos de los blancos en Surafrica o el Mahatma Ghandi no podía quemar los pases de trabajo para hindúes impuestos por la Corona Inglesa en la India. Todas eran conductas que de acuerdo al estado de derecho de cada país eran penalizadas y tuvieron que soportar el respectivo juicio y condena.
Decir que Manning era o es un espía o un traidor a la patria es absurdo, el absurdo de los politiqueros gringos que hacen del caso una historia hollywoodense; Manning reveló hechos que ya habían ocurrido, atrocidades de lesa humanidad, crímenes de guerra, que se guardaron como secretos, confidenciales o clasificados, y eso constituye un delito para el Estado al que pertenece, y es ese su delito revelación de información clasificada, no para otro país o potencia extranjera, no de información estratégica que pusiera en riesgo su patria de ser invadida, sino de delitos que cometieron rufianes durante conflictos bélicos del país que ya habían sido terminados, mal podría Sadam Huseim, Kadaffi o Bin Laden invadir a Estados Unidos en estos momentos.
Ahora bien, si esta conducta se constituye en un delito, no es menos cierto que es producto de un problema moral, problema por el cual fueron juzgados los nazis, la obediencia o desobediencia de órdenes manifiestamente contrarias a los derechos humanos, el ocultamiento de esta información y la subsiguiente complicidad por omisión.
Que hubiese ocurrido si en vez de enviar esta información a medios de comunicación Manning hubiese ido a la Corte Penal Internacional de la Haya a hacer esta denuncia, (por cierto que no hay aparentemente ninguna acción de este tipo ante este Tribunal), ¿sería también un traidor a la patria o un espía?.
El problema de Manning era notoriamente moral al igual que el de Snowden y deberán asumir las consecuencias de decir no ante un sistema que los aplastará sin contemplación por ponerlo en evidencia como uno de los sistemas de guerra más depredadores de la historia.
Allans Clavijo
Abogado
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