Una reciente noticia de gran importancia social y política para América
Latina y el Caribe, tiene que ver con la contratación de 4 mil médicos
cubanos por parte del gobierno de Brasil, para que vayan a prestar
servicio en diferentes regiones del gigante del sur. Ya una primera
avanzada de 400 médicos desembarcó la semana pasada en el aeropuerto de
Recife, y se espera que a finales de este año esté el resto del
contingente médico desplegado en toda la geografía brasileña.
Estos médicos cubanos van a contribuir, en gran medida, a mejorar la
calidad de la salud de la población brasileña, en momentos en que en
Brasil aún persiste un clima de inestabilidad social, luego de las
masivas manifestaciones de protesta que se presentaron en meses pasados,
durante la realización de la Copa de Confederaciones y la visita del Papa
Francisco. Como se recordará, estas manifestaciones mostraron al mundo el
reclamo de una población indignada que exige mejores servicios públicos en
materia de salud, educación, transporte y alimentación.
El gobierno brasileño que preside Dilma Rousseff está claro en que, si no
logra mejorar la calidad de los servicios públicos que tanto exige la
sociedad indignada, se corre el riesgo de que tanto la realización del
Campeonato Mundial de Fútbol (2014), como de las Olimpiadas (2016), se
vean afectados. También está consciente el gobierno de Rousseff que, a
pesar de que Brasil representa la sexta economía del mundo, con un
Producto Interno de Bruto de aproximadamente 2.300 billones de dólares,
el 25% de la población total aún se mantiene en condiciones de existencia
por debajo de la línea de pobreza, y que en materia de salud el déficit de
médicos es de unos 55 mil. Así que, la búsqueda acelerada de estabilidad
social y política debe estar entre los urgentes objetivos del gobierno de
Brasil, para que pueda haber verdadero “Ordem e Progresso”.
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