¿Cuántos políticos y no políticos quisieran tener la suerte de Berlusconi? Se le podrá juzgar y condenar por ser político de derecha, por haber hecho riqueza explotando trabajo ajeno, por haber ejercido el poder político en beneficio de su propio peculio, por haber sido represivo pero –peroooo- en cuestiones de mujeres habría que quitarse el sombrero delante de él aunque condenemos –de forma hipócrita o sincera- la poligamia. Si el alma de Berlusconi fuese al Infierno por sus tropelías de mujeriego en la Tierra, el Diablo –seguro- lo ubicaría en la celda o en la paila más alejada de las almas femeninas castigadas por haber ejercido la vieja profesión que vende sexo por dinero.
Berlusconi no tiene físico de galán pero dinero mata a galán y Berlusconi tiene en demasía. Eso atrae más que un imán a las agujas. Y Berlusconi es hombre que no mira a mujeres feas físicamente sino a bellezas que no tengan ni siquiera el comienzo de una celulitis mal ubicada ni un labio cuarteado por besos callejeros
Berlusconi es el rey y zar de la “Bunga Bunga”. Son fiestas con algunas características de lo que en América Latina o, especialmente, en Brasil se conoce como Carnaval. En las fiestas de carnaval lo más común es disfrazarse pero en las fiestas de “Bunga Bunga” se agregan el erotismo y el desnudo. Ese Berlusconi se las sabe todas.
Pero la fiesta “Bunga Bunga” no termina ni en el erotismo ni en el desnudo ni en el disfraz. No, hay algo más que sólo compete determinar a la autoridad del rey o zar Berlusconi. Es quien, al final de la fiesta y sin intervención de ningún otro juez, decide cuál chica o cuáles chicas son elegidas para pasar y gozar la noche con el rey o zar, es decir, con Berlusconi. Del dinero, se ocupan los hombres de confianza del gran polígamo. Esos pagan pero el dinero es de las arcas de Berlusconi.
Berlusconi es un verdugo en cosas de sexo. He llegado a pensar que si su alma en verdad va al Infierno se echa en los cachos al Diablo y Dante podría escribir “La Divina Bunga Bunga”. . Gracias a Dios no nació en Venezuela, porque la Ley Habilitante sería exclusivamente para proteger al pueblo venezolano de las tropelías sexuales de Berlusconi que en criollo, seguramente, sería Tony. Los altos precios o la especulación en la venta de mercancías sería una cosa muy insignificante ante las fiestas “Bunga Bunga” de Berlusconi o Tony.
Berlusconi es tan arrecho y creativo que le quitó hábitos prestados a la religión para acometer sus orgías “Bunga Bunga”. Lograba que las muchachas se vistieran de monjas para que hicieran striptease y de esa forma el rey o zar masturbarse o calentarse para la estocada final. A ningún allegado a Berlusconi le gustaba hacer el papel de banderillero porque podía quedar atascado en el medio ante esa fiera que era capaz de llevarse por delante con su espada todos los obstáculos físicos que se le interpusieran en su carrera sexual. No jodá: Berlusconi no es de este mundo. Es fuera de serie. A Clinton lo quisieron joder simplemente por sólo contagiar o ensuciar de semen el vestido de Mónica Lewinsky.
Pero, si juzgamos por los disfraces, a Berlusconi no sólo le gustaba rasparse chicas sino que, sin materializarlos, se inspiraba en algunos disfraces de personajes masculinos de reconocida calidad deportiva. Por eso una vez hizo que una chica se cubriera el rostro con una máscara y camiseta de Ronaldinho. Bueno, se salvó Berlusconi que Ronaldinho no le clavase los dientes o lo pateara como a un balón para que viera al Diablo en persona.
Si yo fuese Papa, prohibiría la entrada de Berlusconi al Vaticano simplemente poniendo el siguiente letrero: “¡No a la Bunga Bunga y menos con burundanga! Sería, por lo demás. Muy interesante saber lo que diría San Lucas de Berlusconi.