Después del rutilante éxito de los ciclistas colombianos que participaron
en el recién finalizado Giro d’Italia, Colombia, el país todo, se prepara
para disputar una nueva etapa, tal vez más difícil, incluso, que todas las
etapas que conformaron esa exigente competencia deportiva realizada en
tierras italianas. Se trata, en este caso, de la carrera que debe llevar
a Colombia a conquistar la tan ansiada paz, algo que depende del buen
resultado que tengan las conversaciones que en estos momentos se
adelantan en La Habana (Cuba), entre representantes del gobierno que
preside Juan Manuel Santos y miembros de las FARC-EP. Ya Nairo Quintana,
Rigoberto Urán, Julian Arredondo, Fabio Duarte, entre otros formidables
ciclistas, pusieron muy en alto el pabellón tricolor colombiano. Falta
ahora que el pedaleo continúe su ritmo hasta alcanzar la paz.
Sin embargo, el pedaleo hacia la paz tiene ante sí dos escollos muy
importantes: en primer lugar, las elecciones presidenciales de segunda
vuelta que se realizarán el próximo domingo 15 de junio, en las cuales los
colombianos escogerán entre Juan Manuel Santos (partidario del diálogo y
de la paz) y Oscar Iván Zuluaga (quien sostiene la tesis del no-diálogo y
de buscar la derrota militar de las FARC-EP). En segundo lugar, las
difíciles condiciones socioeconómicas por las que atraviesa Colombia, que
lo hacen ser uno de los países del mundo con mayor desigualdad en el
acceso a las tierras; con una Población Económicamente Activa que ronda
los 22 millones de habitantes, de los cuales 14 millones se desempeñan
en la economía informal y 8 millones perciben menos del salario mínimo;
con el 43 % de la población total en condiciones de pobreza extrema, y con
más de 5 millones de desplazados. Una situación socioeconómica
sencillamente explosiva. Así que, el pedaleo tiene que ser muy fino, a lo
Nairo, a lo Urán.