1.Un viaje sin aviso al país
De pronto, Fidel y Maduro en una gráfica desde La Habana. Nadie pudo filtrar la información sobre el viaje de Maduro. Sorprendió a medio mundo. Ahora, lo que sí es seguro que no fue a vacacionar por horas. No señor. Fue a cosas concretas. En unas cuantas horas se pueden decir muchas cosas. Se puede abultar una agenda, o vaciarla. Todo depende del tema. Fidel Castro es el personaje político más sabio que existe hoy día. La experiencia acumulada en su cerebro es de magnitudes inimaginables. A su avanzada edad, conserva su lucidez y su interés por lo que pasa en el mundo, pero en especial sobre lo qué pasa en los países amigos de Cuba, como es el caso de Venezuela. Y no de haber faltado, como tema, el Comandante Supremo y tal vez Gaza.
- El monologo, según mi imaginación
Fidel: Maduro, lo estás haciendo bien, en esta nueva etapa de la revolución. Pero para que tengas éxito en mantener vivo el legado de nuestro querido Comandante, tienes que estar “mosca”, como dicen ustedes los venezolanos. ¿Te acuerdas lo que le dije a Chávez delante de ti, aquí , en este mismo salón. ¿Te acuerdas? Es bueno que lo recuerdes. “Chávez, tu sucesor lo tienes al lado…”. Y se lo dije porque te conocí bien, durante todo el tiempo que estuviste aquí por la enfermedad de nuestro querido camarada, Chávez. Y Chávez, que no tenía un pelo de tonto, lo digo en un buen sentido, ok, asintió con la cabeza y sonrió, mientras tomaba un guayoyo, o mejor dicho, un negrito, ¿no es así como dicen ustedes?
Maduro, podría haber reaccionado así: Concentrado en las palabras del versado político, solo asentía con su cabeza. Mirando de reojo a Cilia, su esposa. (A un político de la talla de Fidel Castro, hay que dejarlo hablar y aprender en silencio).
Fidel: Presidente Maduro, usted tiene muy buenas compañías. Aproveche a Borrego. Ese es un experimentado luchador y un economista de primer mundo. No me cabe la menor duda. Fue colaborador del Ché. ¡Imagínese usted! El te va a ayudar en la planificación. Mucho mejor que aquel viejito… Ese mismo. Eso sí mantenlo en bajo perfil. ¿Tú, sabes por qué? Otra cosa, Presidente, Maduro. Este muchacho Diosdado, es batallador. Le gusta la candela. Pero pienso que debes frenarlo un poco. No es bueno que coja mucha cabulla. Reconozco que es fiel al legado de nuestro camarada Chávez, pero yo sé por qué te digo. Tienes que, muy disimuladamente, frenarlo antes de que se desboque… y ya no puedas recogerle la cabulla, como decimos nosotros aquí en Cuba. Tal vez, ustedes también dicen así…
Maduro: Silencioso, tomaba algunas notas y miraba al Comandante de la Sierra Maestra de abajo hacia arriba, y volteaba, de vez en vez, hacia donde estaba su esposa Cilia.
Fidel: Maduro, tienes que acabar de raíz a la guerra económica. Ese contrabando te está echando mucha vaina. Bajar la inflación debe ser tu norte. Y lograr un pronto abastecimiento. Paralelamente tienes que brindar mayor seguridad a los venezolanos. Estoy consciente del esfuerzo que hace tu gobierno, pero deben apurarse en dejar ver los efectos positivos. Si tú logras esos dos objetivos vas a gobernar hasta que tengas bisnietos… (Risas). Por cierto, es mejor que no dures mucho conmigo, porque va a decir que viniste a buscar instrucciones de parte mía. Tus amigos opositores, son muy creativos… Sobre este muchacho Capriles, y su compañero Julio Borges… (Más risas)… Llegó la frase y mandó a parar: “Ser internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo”. (Fidel Castro)…Chao. ¡Volveré!
Puerto Ordaz, 25 de agosto de 2014
