¿Por qué en la ONU el Capitalismo se burla del Socialismo?

Por Toby Valderrama y Antonio Aponte


La pregunta es de vida o muerte para la Humanidad, ya sabemos que el camino capitalista nos lleva a la extinción de la vida y que sólo un mundo socialista será viable.

Todos los años se reúnen en la ONU los Presidentes de los países del mundo, también los verdaderos gobernantes del planeta. Allí, en una especie de desahogo, o de golpes de pecho, se habla de lo mal que va el mundo y se hacen votos de enmienda, pero todo queda en la retórica. El representante de Venezuela hace una hermosa denuncia de la situación, pero la sociedad venezolana es incapaz de controlar el despilfarro de combustible, uno de los principales contaminantes, no puede siquiera subirle el precio. Estamos sumergidos en "la lógica del capital" que lleva al mundo a la extinción y que tanto se condena sólo de boca.

Se sentencia al capitalismo, se le imputa la culpa por la amenaza ecológica que pende sobre la vida, sin embargo, la situación sigue empeorando: los países siguen el camino hacia el abismo, evaluando sus logros por el nivel de consumo, el sistema que mina las condiciones necesarias para la vida sigue campante y en aumento. El descomunal consumo mundial de petróleo nos señala la carrera suicida.

La pregunta surge dramática: ¿Por qué el Socialismo está arrinconado, por qué el capitalismo suicida cubre al planeta?

Responder no es fácil, las explicaciones son muchas, todas importantes. Sería menester un libro, todavía quedaría un buen lote por fuera. Intentemos una primera aproximación.

El capitalismo, que es el compendio de milenios de egoísmo, se incrusta de tal manera en el humano que dar el salto purificador, el salto hacia el amor que significa el Socialismo, tropieza con la formidable muralla del egoísmo instalado en el consciente y el inconsciente de la humanidad.

Es así, la batalla que ha perdido el Socialismo es la batalla en el alma del humano. Siempre el hacer de los socialistas ha derivado hacia el egoísmo, se incrusta en la masa y se clava en el segmento dirigente que la guía. Y, de esta manera, por diferentes vías, con diferentes excusas, el Socialismo ha cavado su propia sepultura.

Este dilema de los movimientos liberadores del humano no es nuevo, viene desde Cristo: el "amaos los unos a los otros" plantea, más que una solución, una meta. En ese camino se ha avanzado, se detectó que una causa primigenia era la propiedad privada de los medios de producción, que puede asimilarse a la propiedad -enmascarada- de los hombres por otros hombres. Entonces se pensó que era suficiente con la propiedad social de los medios de producción administrados por el Estado. Sin embargo, algo faltó.

La Revolución Cubana, que es, sin dudas, el salto más importante de la humanidad hacia su liberación, nos trae en manos del Che y de Fidel un componente nuevo para avanzar en este camino: no es suficiente la propiedad social, el salto hacia la nueva sociedad es consciente, debe trabajarse, no es espontáneo. De allí surge el Sistema Presupuestario de Financiamiento, una economía verdaderamente social, no unidades egoístas de propiedad social pero conciencia fragmentada, y junto a esa propiedad social verdadera una guerra de ideas, una trinchera de ideas capaz de fundar en esa propiedad la conciencia del deber social, de pertenencia a la sociedad, el Socialismo.

Y nos dice la Revolución Cubana que esa tarea es propia de líderes especiales, capaces con su discurso y su ejemplo de guiar a esa sociedad. Aquella gesta asombrosa de los barbudos en la Sierra Maestra, aquellos humanos especiales que aún irradian honestidad, entrega, seguros provienen del futuro que anuncian; aquellos humanos pudieron guiar a ese pueblo a niveles nunca antes sentidos por la humanidad, a crear Hombres capaces de resistirlo todo, como Los cinco héroes de la humanidad, ir a las entrañas del monstruo a defender a la nueva sociedad.

Ya tenemos un elemento de respuesta para derrotar al capitalismo, al egoísmo que lo sustenta: debemos vencerlo en el corazón de la dirigencia y de la sociedad. Debe haber muchas maneras de hacerlo, pero siempre la victoria, la nueva relación social, se verá reflejada en la dirigencia, en su conducta, en su discurso, su coherencia. La sociedad nueva será, en buena medida, lo que sea su dirigencia. Ese será un paso fundamental en el camino de superar al capitalismo que nos habita.

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Toby Valderrama


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