¡Qué bolas tiene el imperio!

Perdonen estimado lectores la procacidad del epígrafe de este artículo pero, sinceramente, no encontré otro rótulo para expresar mi estupor ante la aplicación de sanciones a ciertos funcionarios venezolanos por parte del gobierno de los EEUU. ¿Con qué moral el premio Nobel de la paz, la esperanza blanca de los arios, el señor Obama, va adjudicar penalidades a otras naciones por la violación de los derechos humanos? Pero si la historia de los yanquis, mucho antes del siglo XX, es la historia de la violación de los derechos humanos, tanto de sus connacionales como a los ciudadanos de otros países. Estos últimos han sentido la oprobiosa bota militar gringa en las innumerables guerras e invasiones en la cual participaron los marines. Absurdo olvidar el despojo de más de la mitad del territorio mexicano y la pretensión de anexarse Cuba, una vez que esta isla caribeña declaró su independencia.

Cuenta historia la celebración en el Vaticano del llamado Sínodo Cadavérico. Este concilio se ofició para juzgar el cadáver del papa Formoso (916-896), el cual fue exhumado por su colega Esteban VI para que el finado santo padre, arrellanado su esqueleto en el palio papal, rindiera cuenta ante un sacro tribunal. Si esta macabra corte hoy tuviera vigencia, de seguro, que la mayoría de los despojos de los presidentes difuntos de los EEUU deberían estar sentado en el taburete de los imputados por todo tipo crímenes de lesa humanidad. No me sorprendería si nuevamente el lúgubre tribunal les dictaría a esos malvados la pena capital por los millones de muertos que pesan sobre sus fenecidas conciencias.

Es conocido que EEUU es responsable del 41 % del gasto militar con respecto al presupuesto mundial en este renglón, algo así con mil millones de dólares (1 seguido de nueve ceros). Este dinero podría utilizarse para tener el mejor modelo de salud y educación gratuita en USA y más aún, sobraría dinero para resolver el problema del hambre en África. Ciertamente, todo ese capital se destina para financiar la industria de fabricación de armas. Así mismo, si existen esto artilugios de la muerte habrá que usarlos, es decir, habrá que inventar guerras en todo el planeta.

Son conocidas las estadísticas que nos revelan que después de la Segunda Guerra Mundial se produjeron 248 conflictos bélicos, de los cuales el gobierno de USA ha estado presente en 211, con el agravante, de que en tales conflagraciones el 90 por ciento de las víctimas eran y son civiles. Debo agregar a lo anterior los pueblos y ciudades destruidas, los patrimonios culturales robados, los mutilados, los huérfanos, las viudas y las graves secuelas emocionales que originan estos eventos infelices.

Cuando tengo una incertidumbre siempre acudo a mi tía Wiqui, dado que mi docta pariente siempre tiene respuesta y aclara mis dudas. Una vez que mi tía me aclaró las interrogantes me puse a pensar sobre la moralidad del actual presidente de USA para sancionar a gobiernos de otras naciones democráticas. Imaginé a los presidentes de EEUU, los difuntos y los vivos, sentados frente a un tribunal internacional donde los juzguen las violaciones de los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad cometidos durante sus administraciones. Veamos:

Harry Truman, responsable de más de doscientas mil muertes (civiles) en Hiroshima y Nagasaki. Hasta ahora, es el único presidente que lanzó dos bombas atómicas sobre dos poblaciones. No podemos dejar de lado la guerra de Corea.

Eisenhower, responsable de la invasión a Guatemala y a caída del régimen democrático de J. Árbenz. Planificó la operación PLUTO organizada por la CIA para que un grupo de contrarrevolucionarios, entrenados en EEUU, arribaran en playa Girón para derrocar a Fidel.

Kennedy ejecutó la operación PLUTO planificada Eisenhower, es decir, la invasión de Playa Girón para derrocar el régimen de Castro, además intervino en la guerra de Vietnam, entre otras conflagraciones.

Johnson, continúa con la guerra de Vietnam, además, causante de la invasión a Santo Domingo, entre otras.

Nixon prorroga la guerra de Vietnam, así mismo, comprometido con el derrocamiento y muerte de Salvador Allende.

Jimmy Carter inició el programa encubierto para el entrenamiento de muyahidines en Pakistán y Afganistán.

Reagan se entremetió directamente en los conflictos de Nicaragua y Salvador, invadió a Grenada, se involucró en contrabando de armas y con el narcotráfico para financiar a los "contras" para derrocar el gobierno sandinista. Solicitó al senado un presupuesto elevado para financiar la llamada "guerra de las galaxias".

Bush (padre e hijo) fueron responsables de las guerras del golfo, los bombardeos contra Irak y Afganistán.

Clinton es culpable de los llamados "bombardeos humanitarios" contra Kosovo donde se lanzaron 2.300 misiles contra 990 objetivos; 14.000 bombas, alguna de racimo con uranio empobrecido: 200 muertos (88 niños); 300 escuelas destrozadas; 20 hospitales; 40.000 hogares destruidos; 200.000 serbios-kosovares desplazados, en apenas 11 semanas. Se desmembró Yugoslavia.

Obama, el premio Nobel dela paz, la esperanza blanca de los pueblos arios, continuó con los bombardeos sobre Irak, Afganistán y reanudó los "bombardeos humanitarios", esta vez contra Libia, además en complicidad con la OTAN bombardeó a Siria, en su afán de apoderarse del petróleo ajeno. Despenalizó las muertes de ciudadanos de color y de las torturas aplicadas en las cárceles de Guantánamo, Abu Ghraib y en las diversas prisiones ilegales ubicadas en diversas naciones europeas.

Faltarían páginas para escribir las innumerables violaciones de los derechos humanos y los crimines de lesa humanidad de los diversos gobiernos de EEUU. Tampoco debo olvidar la complicidad de los presidentes de EEUU de cohonestar golpes de estados y derrocamientos de gobiernos democráticos, asesinatos de gobernantes y líderes que discreparon y difieren de la política del gobierno de USA, intervención en juicios internacionales para favorecer a los intereses de empresas norteamericanas, justificación de aplicación de torturas, implantación de la Ley Patriota cuya aplicación viola los más elementales derechos humanos de ciudadanos norteamericanos y de otros países, apropiación indebida de los depósitos monetarios de otros estados, embargos de los bienes de otras naciones por motivos políticos y además, de los inhumanos bloqueos económicos, entre tantas de las violaciones del derecho internacional. Imposible olvidar los millones de muertos que, si resucitaran, le reclamarían, a un tribunal internacional, justicia por los crimines de lesa humanidad que pesan sobre la conciencia, tanto de los presidentes de USA vivos como la de los difuntos. Debo incluir entre los responsables a los altos funcionarios (Kissinger, Hilary, Condolezza, Rumsfeld, Colin Powel…) que hicieron que una parte del mundo viviera y viva un verdadero infierno.

El señor Obama, quien pide la libertad de Leopoldo López, el monstruo de Ramo Verde, un transgresor de los derechos humanos que violó los más elementes derechos humanos de millones de venezolanos como es el derecho a la vida el de la alimentación, la circulación, el de la salud y el de la educación, paradójicamente viola los derechos humanos a diestra y siniestra. Si los políticos europeos aspiran que se cumplan los mandatos de la ONU sobre la libertad de Leo, por qué razón no obligan a que se acaten los mandatos de este organismo internacional sobre el fin del bloqueo a Cuba y la restauración inmediata del estado palestino.

Perdone el abuso señor Hussein, premio Nobel de la paz y esperanza blanca de los pueblos arios, no sea hipócrita. Así mismo, aunque a la gente de color no se le note el rubor, muestre un poco de vergüenza ante una comunidad que conoce los desmanes de los yanquis, fuera y dentro de sus latitudes. Presidente Barak verdaderamente ¡tú si tienes bolas!



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Enoc Sánchez


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