Loa, apología y panegírico al Sistema que más ha restringido el consumo de los trabajadores durante 500 años mal contados: Escocés Angus Deaton, Nobel de Economía por análisis del consumo
Dudamos mucho que el científico industrial Alfred Nobel haya considerado en vida premiar personas que causaren daño a la gente como lo vienen haciendo los benefactores de semejantes premios, a nombre de Academias paralelas que son genuinas representantes de intereses capitalistas, siempre reñidos con consumidoras y consumidores a quienes consideran sólo clientes y, como condición sine qua non, en caso de que estos sean solventes a corto plazo.
Según la historia del Fundador, este optó por crear la Fundación Nobel cuando, cargado de un pesado mea culpa por las muertes que causó su propio hermano conjuntamente con la de sí mismo, testó al respecto para premiar, en principio, a determinados científicos de comprobada contribución a la salvación de vidas humanas, bien de manera profiláctica o bien terapéutica, máxime cuando la Química pasó a un segundo lugar como cabeza de las ciencias "duras", luego de que la ciencia Física se ganó la punta en materia de hallazgos y descubrimientos de la íntima composición de la materia intraatómica y de los enlaces interelementales.
Es un ahecho incuestionable y corroborado por la ONU que el ex Presidente Chávez, por ejemplo, hizo más por las consumidoras y consumidores de Venezuela y de una considerable parte del resto del mundo actual, en apenas 15 años de su corto paso por estas dimensiones terrenales, que todo lo que hayan logrado todos esos respetables Nobelados de Economía juntos.