Esta es la historia de dos mujeres venezolanas, Iroshy y Gaby, quienes en tiempos de Hugo Chávez, y principios de Nicolás Maduro se vestían de rojo cuando asistían para los eventos del gobierno. Ambas se resgaban las vestiduras contra el imperio en sus candentes discursos desde cualquier espacio que ellas llamaban "revolucionario", al punto que llegaron a jurar lealtad "socialista".
No obstante, pese a las descripciones iniciales, tanto Iroshy como Gaby, son en realidad unas sifrinas, es decir, de esas damas, que aunque hayan obtenido títulos universitarios, y estén "inscritas" en el llamado Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), sólo les mueve la moda, lo efímero y cual civilización del espectáculo que expone Maria Vargas Llosa (aunque reconozco que no representa mi escritor de marras), les fascina la ropa y carteras de marca, en especial de las llamadas "firmas" de Carolina Herrera, Cartier o Tommy Hilfiger. Tampoco podemos obviar que Iroshy y Gaby no resisten comer y hospedarse en restaurantes y hoteles de lujo, y por supuesto viajar, y no precisamente dentro de Venezuela, sino fuera del país, y aunque eso tenga que "romper" con los preceptos anti-imperialistas que tanto dicen pregonar, si tienen la posibilidad de ir a la cuna del capitalismo, pues sin resentimiento alguno, de seguro serán las primeras en hacer concierto a la tierra que según algunos, nos ha sometido a la más perversa crisis, sobre todo en estos últimos tres años de "guerra económica".
Casualmente, en días previos de las elecciones internas del partido republicano, Iroshy y Gaby como buenas adulantes del mundo político, lograron, gracias a "familiares" que tienen en los Estados Unidos, ser "invitadas" para el llamado "supermartes" de la política norteamericana, por parte del equipo que apoya a Donald "McRico" Trump, razón por la cual, aunque intentaron viajar juntas, fue imposible, por razones internas del país (no había boletos), así que viajaron en fechas diferentes.
La primera en viajar fue Iroshy quien por cierto se alojó en un nuevo "Spa" ubicado en Miami, aunque algunas(os) dicen que ella desde que terminó su rol como diputada del "pueblo" está viviendo en la ciudad preferida por los autollamados exiliados venezolanos. Gaby por su parte, llegó hasta Orlando, zona que al igual que la anterior, también se encuentra en el estado de Florida. En tal sentido, y como fue acordado por ambas damas, ahora pertenecientes sobre lo que pudiera llamarse el nuevo "jet-sky women socialista", apenas Gaby pisó tierra del imperio procedió a llamar vía celular a su amiga Iroshy:
Gaby: Hello, how are you? That is the Phone' Iroshy? I'm Gaby. I am in Florida. I just to arrive.
Iroshy: Hello, Gaby. How are you too? I'm waiting for you. We have a lot of things to talk. You know, this is other world.
Gaby: ¡Sure! My dear friend, but, we can speak in Spanish. Sebin aren't here. They don't exist in this country. All right?
(...) Ahora comienzan a hablar en español (...)
Iroshy: Gaby, mi amor ¿Cómo estuvo tu viaje? ¡Sabes! Desde que llegué aquí, esto es lo máximo amiga. Con decirte que cuando voy a un centro comercial, el día no me alcanza para ver esos trapos, carteras y zapatos que tanto nos gustan, en especial para nuestros eventos sociales. ¡Y no te olvides chama! Los trajes de baño para disfrutarlos en las playas y sobre todo en los paseos en yate.
Gaby: ¡Así es amiga! Con decirte, que no pude esperar, y apenas llegando a Orlando, entré a la tienda Timberland. Aquí estoy midiéndome unos zapatos casuales y unos "blue jeans" de esos que se ajustan a mi cintura. No olvides amiga, que lo primero que hacía cuando estaba en esos cargos del gobierno, era ir al "gym". Y al igual que tú; pues estar en "forma". Nada de comer porquerías. Menos esos alimentos y enlatados de mala muerte de Mercal y Pdval.
Iroshy: Lo se preciosa. Pero ya verás que pasaremos unos días "light". Bueno, al igual que tú, vine por ver al mangazo de Marco Rubio. ¡Por Dios! ¿Va a pensar Trump que unas "bellas" como nosotras, puede ver a semejante viejo? Aunque no hay que quitarle, de que tiene de los "verdes", pues de esos si tiene ¡y bastante!
Gaby: Por supuesto, Iroshy. Además ¿Cómo puede imaginarse Trump que puede compararse con "nuestro Marco". Pero, bueno amiga, ¡Total! Hay que aprovechar los "viáticos" en dólares que tenemos para comprarnos lo que podamos. A propósito amiga, ¿Cómo lo estas pasando en el "Spa"? Muero porque me invites.
Iroshy: Gaby, esto es lujo y más lujo. Por allí unos medios entrometidos están diciendo que el "Spa" me pertenece y unos "escuálidos" vinieron a protestarme con unas pancartas. ¡Yo ni pendiente! Si quieren que me acusen de "corrupta" o lo que quieran. Nunca van a encontrar pruebas contra mi.
Gaby: Amiga, a mí también me pasó algo parecido. Por allí alguien me tomó unas fotos. Seguro que las montan en Twitter y Facebook. !Envidiosos! ¿Cómo si les estuviera pidiendo de sus dólares para venir aquí? ¡Soy una mujer libre! A nadie tengo que rendir cuentas de los actos de mi "vida privada". Pero esa "chusma" se comporta de esa manera.
Iroshy: No les hagas caso amiga. Aquí lo único que tenemos que reconocer tú y yo, que el único que pudo engañarnos a ambas fue "Diosdy" ¿Te acuerdas? Con sus ojitos azules, quien lo veía, pretendía que hiciéramos lo que él sólo quería, por eso me lo sacudí, y me deje de pendejadas. ¡Fuchi! Él con su política, pretendía que yo lo acompañara a esos eventos con esa gente tierrúa y muerta de hambre.
Gaby: De acuerdo contigo, Iroshy. Lástima que no te hice caso desde que lo dijiste cuando terminaste con él. Yo también de estúpida hablando de esa gente, con eso y que del "amor por el pueblo"; como si él fuera la Madre Teresa de Calcuta; pero bueno, eso quedó en el pasado.
Iroshy: Bien dicho Gaby. Nosotras no merecemos estar con esa gentuza. ¡Por favoorrr! Esto es lo nuestro (...) ¡Amiga! Te dejo porque voy a hacerme el masaje del día. Avísame cuando vengas a Miami (...) tenemos reservada tu habitación. Byeee (...)
Gaby: ¡Claro Iroshy! Después que visite Disneyworld, ten por seguro que por allí estaré. Byeee (...)
He leído un extracto de la novela: "Las falsas revolucionarias". Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.