Con la firma de la Paz en Colombia entre las Farc-EP y el Gobierno Colombiano se cierra un capítulo de una larga lucha armada con un proceso muy doloroso para toda sociedad colombiana y los países vecinos.
Quiero llamar la atención del protagonismo y la participación política de los Afrocolombianos en los acuerdos para concretar dicha firma de paz, comenzando con Piedad Córdoba y su decisiva e irrenunciable convicción de abrir los espacios para el encuentros entre las partes y llevarlos las mesas de diálogos y negociación, con todos los riesgos y obstáculos que esta mujer afrocolombiana tuvo que enfrentar nunca perdió la fe y se convirtió en símbolo de Paz y esperanza para su pueblo.
Después vino la solicitud de los líderes de las comunidades afrocolombianas exigiendo que el acuerdo de paz tuviera perspectiva étnica, de allí que se creó una comisión con ese enfoque, luego las delegaciones de paz se reunieron con nueve voceros de comunidades afrocolombianas, raizales y palanqueras, porque en esas mesas también se estaba discutiendo el futuro de sus territorios donde históricamente han vivido, además ser los grupos sociales más vulnerables por ese conflicto armado, de allí sus participación activa.
El pasado lunes en el acto de la firma de del acuerdo de Paz en Cartagena nos sorprendió gratamente "Las Alabaoras de Bojaya" son un grupo de mujeres afrocolombianas del departamento del Choco quienes con su canto realizan protestas, pero su aparición en ese acto histórico, con sus voces y cantos de esperanzas fue la ratificación de que la mujer afro sigue siendo la portadora de valores éticos, morales y espirituales para el encuentro con los otros mas allá de las diferencias sociales, políticas y hasta armadas.
Otra de las cosas más significativa que trajeron con su canto fue esta frase en pleno proceso de la firma cantaron; "esta lucha comenzó hace 500 años" es decir se fueron mas allá los 52 años de lucha armada de las Farc-EP, haciendo notar los orígenes de las luchas de nuestros pueblos por la justicia social, la equidad y la igualdad.
Así pues que ellas, no permitieron el silenciamiento de las y los afrocolombianos en esa actividad, también con esas imágenes se reivindicaba a Manuel Zapata Ollivella con su novela "Chambacu Corral de Negros" la cual expresaba la vida de las y los afrocolombianos en los barrios de Cartagena en permanente resistencia contra ese viejo sistema colonial opresor.
Para finalizar debemos darle un reconocimiento a las y los afrocolombianos en su diversidad de organizaciones y movimientos sociales, por su madurez política con la cual asumieron la responsabilidad histórica, apartaron sus diferencias y se pusieron a la altura de semejante reto, como lo es la paz de la hermana republica de Colombia.