¡La vida es una tómbola!, decía una canción de mis años juveniles. Va y viene. Uno no sabe que deparará el día siguiente, pese los avances tecnológicos y las truculencias de los practicantes del tarot y la quiromancia. Cuando "creímos quizás" que Alicia Machado, ex Miss Universo, nacida en Venezuela, de partida irrecusable, pero adicta a las vivencias gringas, ¡a mucha honra!, había sucumbido, publicitariamente hablamos, para siempre, ya nadie se acordaba de ella, su belleza exuberante comienza a extinguirse, aparece en medio del debate que más apasiona hoy al mundo entero. Mister Trump, quien llama a la señora Clinton "The croooked", dijo que esta usa a la Machado, a quien también descalifica moralmente, para atacarle en la carrera por llegar primero a la puerta de la "White House".
Salió en el debate en el curso de la campaña electoral, en el televisado "tete a tete" entre ambos candidatos y posteriormente en mensajes o tuits, colocados por Trump o quienes le ayudan y asesoran en la campaña electoral.
La señora Machado, quien pudiera seguir siendo muy bella, lo fue casi en exceso, pero en plena decadencia en la carrera que le hizo famosa, no importa nada en la vida de los votantes norteamericanos como tampoco en la de sus connacionales, los venezolanos.
Pero pese eso, está en medio del debate, aunque sea como gallina en cancha de bolas criollas y Trump y Clinton se pelean por ella; como que ésta en sí misma, fuese aportarle a alguno de los dos los votos necesarios para lograr la meta que ansían. Porque la Machado, quien fue como bien sabemos una Miss Universo latina o "sudaca", como dicen los españoles "amargados", quien al parecer ha llevado una vida, digámoslo con delicadeza, licenciosa, pareció a Trump la persona adecuada para agredir a los latinos todos, como antes lo hizo con los mejicanos en particular. Y la escogió a ella para ese fin; ganarse el voto de los propios latinos que tan gringos son, porque no hay peor cuña que la del mismo palo. Es para Trump como estandarte; los latinos – que no votan - están llenos de defectos, razón por la cual, estando para más señas ilegales en aquél país, hay que sacarlos a la fuerza. Ya dijo lo mismo respecto a los asiáticos.
Trump lo dice y eso tiene como un mérito. La Clinton y Obama no lo dicen, pero igual se comportan y como aquél, la aspirante a suceder a éste, quiere sacar de su país a los que pueda y los más expeditos son los ilegales, de los cuales hay como sorgo. Los venezolanos que quieren irse a USA están preocupados, porque aquél cuento de "perseguidos políticos", los gringos no es que ya no se lo creen, nunca lo han creído, sino que ya les resulta por demás incómodo. Por eso, el gobierno de Obama, de quien la Clinton es compañera de partido, y fuese jefa del Departamento de Estado y cómplice en barbaridades como la invasión de Irak y el asesinato de Husseín, ahora no le da buen recibimiento a los venezolanos aunque lleven visa nuevecita. Recordemos como los cubanos acabaron con aquella "ceba", para decirlo a lo oriental, de los gringos en lo de alentar la fuga de ciudadanos de la isla, dándole libertad que se fuesen quienes ganas tuviesen y ocurrió aquella invasión o desbandada pacífica que se llamó "los marielitos". De allí la "Casa Blanca" aprendió que eso tiene un límite y con respecto a Venezuela, creen ya lo sobrepasaron. Por eso, Trump y Clinton están en lo mismo. Sólo que el primero, en su discurso racista, pero que excluye a latinos legales, que de paso votan, ni que fuera pendejo o bruto y no lo es, dice aquello pensando que hasta estos, estarían de acuerdo con él, pues eso les daría como más legalidad y restaría competencia. Ya no hace falta nadie más, pudieran pensar los latinos votantes. Pero la Clinton, finge estar en defensa de los latinos porque evalúa al contrario de Trump o quiere capitalizar a su favor lo que pudiera ser una falla discursiva del republicano. En verdad, uno y otro son el mismo personaje con distinto cachimbo. Obama y la Clinton hicieron tanto daño en el mundo y planearon tantas maldades contra los derechos de América Latina, que a Trump le costaría superarlos.
Alicia Machado, claro, vive su momento de gloria. Fue rescatada de la oscuridad, lo digo en el mejor sentido de la palabra, del olvido, nada más y nada menos que apareciendo en medio del debate electoral entre los dos principales candidatos, que casi empatados están, por la presidencia de EEUU. ¡Cuánto desearía algún personaje estar en esa situación! Es como estar en la gloria y, para un personaje como ella, le viene como anillo al dedo.
Lo lamentable es que Trump, usa a la Machado para reflejar la mala opinión que de los latinos tiene y la Clinton, para engañar a quienes de ese origen tienen el derecho a votar. Aquél la usa para justificar sus futuras agresiones contra los ilegales y si le es posible, en aquel mundo todo lo es, también contra los legales. Esta, como cebo o mosca, para pescar incautos.
Imagino que la señora Machado todo eso se lo goza y algún provecho habrá de sacarle; es su cuarto de hora, ojalá de algo le sirva.