Colombia la vasalla de Uribe

Se impuso el no de Uribe en el referendo por la paz de los colombianos
y, el jefe de los paramilitares más contento no puede estar que a bien
está recibiendo felicitaciones de sus conmilitones y, otros tras de él
y, entre ellos el presidente Santos que como buen alumno de éste busca
su acercamiento que marque el rumbo de lo que podrá venir en lo
adelante y, como un ratoncito de indias se prestó a perder más de dos
horas de su tiempo en concertar y pedir, lo que el otro no puede dar
cuando los colombianos comienzan a despertar de un mal sueño que los
dejó desnudos delante el mundo como una caterva de traidores que ni
perdonan ni se hacen perdonar.

Uribe ensayó hasta más no poder el desplome del sí que como imitando
un César de la Roma pasada, los descuartizaba a su antojo con un
punzón de destreza, al levantarse cada mañana con una placidez de capo
sin poder ni prestigio que sembró la cizaña del descontento en su país
e hizo que la balanza de la paz se transformara en odios, odios bien
reciclados que ahora los tiene empantanados de rabia, buscando
auxilios en marchas del silencio y antorchas que agiten de vergüenza a
quienes lograron la hazaña de hacer todo lo contrario de lo que se
esperaba y, como no es Santos ni la Farc los grandes perdedores, sino
Colombia en sí y el diálogo que acá se esfumó por allá jumea y en La
Habana sigue el concierto de tristeza que va a dejar huellas que se
dilatan más con el tiempo que se encoge.

El objetivo de ellos los colombianos por ahora es la paz y el dueño de
la paz como líder del no y, posible candidato a próximo presidente es
Uribe y, con el afán del acercamiento y de buscar lo que han perdido
tan fácilmente como miserables fascinerosos que prefieren arriesgar y
jugar con las vidas del pueblo que buscar las soluciones adecuadas y,
como si de una cumbia se tratara, bailan al separado, cada quien por
su lado que la guerra no se hizo para los cobardes y, Uribe no es
cobarde ni el paranarcopolítico tampoco que los humilla con su
victoria y vaya victoria y, entre más barajan ideas se conforman con
decir como un tate quieto de esperanza que el plan de paz estuvo mal
concebido de tal forma que en vez de alegrar asustó y como susto quedó
ímpune.

Y, ahora que les queda desenterrar lo inmaginable y coger de nuevo el
fúsil e irse al monte a seguir con las escaramuzas de pueblo contra
pueblo y, Uribe como El Pato Donald gozando de sus travesuras de la
miseria humana y de las malas causas que como colombiano al fin la
hizo a la salida, porque desde el comienzo siempre se opuso a paz
alguna y, todavía tiene el cinismo de la arrogancia que ahora es que
hay Uribe para rato y, como un vicioso de las causas injustas es el
pilar que sostiene a la Colombia del enfrentamiento y como un patán
celebra la ira que recorre el mundo y, hasta se proyecta como un gran
miserable entre los miserables que logró su apoyo, vaya realismo
mágico dentro de lo real maravilloso de los acontecimientos que, quien
podria escribirlo dejó de existir fuera de Colombia y, por allí debe
andar de luto trágico como su tragedia de escritor.

Colombianos y colombianas a llorar al Valle que en Santa Marta murió
el Libertador que, también fue traicionado en su tiempo y, aún así no
dejó de luchar como héroe por la Colombia amada y hoy más que nunca
enredada en el mayor ensopado de su vida democrática y, Uribe como el
gran director de la quinta sinfonía de Beethoven arrecia su batuta que
sople guerra, guerra que se los coman en vida sin exponer su pellejo,
guerra que es lo primordial.



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Esteban Rojas


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