Parece que esta fue la pregunta que estuvo presente en Colombia. La incomprensión, la guerra mediática y el tardío arrepentimiento y condena de los secuestros por las FARC, llevó a que triunfara la abstención. La campaña uribista se fundó en la venganza y en la necesidad de renegociar los acuerdos. (Esto es lo que dijo Humberto de la Calle, el negociador representante del gobierno: Si uno convoca un plebiscito una opción es el no. Lo que me preocupa es la idea de "voten no para que renegociemos y tengamos un buen acuerdo". Esa invitación es suicida. Si gana el ‘no’ tendremos enormes dificultades para retomar las conversaciones. Alfonso Cano, que era el jefe de la delegación de las FARC en las conversaciones de Tlaxcala, en 1991, cuando se rompió la negociación, dijo a la delegación del Gobierno: "Nos vemos dentro de 5.000 muertos".El País. España. Sábado, 1° de octubre de 2016).) Cobrarle a las FARC los secuestros y otros hechos de violencia, olvidando, como dice Humberto de la Calle, el negociador gubernamental, "que también hay otros victimarios".
Se refiere a los asesinatos en masa realizados por el ejército colombiano aliado con paramilitares, alentados por el uribismo en alianza con mafias de narcotraficantes. La justicia transicional se ha planteado el castigo de los que se consideren delitos de las FARC (secuestros, ajusticiamientos…) y de la fuerza pública (falsos positivos, fosas comunes, descuartizamientos con la sierra eléctrica, desplazamiento masivo de campesinos para quitarles las tierras...) Creo que aún no hay acuerdos. (Me parece adecuado citar textualmente la afirmación de Humberto de la Calle. Veamos: Yo entiendo la furia contra las FARC. Lo que no entiendo es que sea selectiva, si no somos capaces de entender que también hay otros victimarios no vamos a lograr una paz real en Colombia. Me preocupa que haya personas que, aunque no lo confiesen, en el fondo de su cerebro mantienen la idea de que su violencia es buena. No hay violencia buena y mientras alguien siga pensando que sí, la paz seguirá siendo frágil. El País. España. Sábado, 1° de octubre de 2016).
Renegociar los acuerdos de paz, como plantea Uribe, es la venganza. El respaldo del Si por la ONU, Celac, Unasur, el Papa y otros líderes mundiales, no fue suficiente para derrotar el escepticismo y la guerra mediática.
El No debe ser analizado con más profundidad. Fue una derrota para Santos con vistas a las futuras elecciones presidenciales y su candidato Humberto La Calle. Fue también una derrota para las FARC pues, por muchas razones, en particular la campaña mediática, el juicio contrario a las FARC tuvo mucho que ver con los resultados. Desde el año 2007, cuando el Presidente Chávez organizó la operación "Emmanuel", escribí varios ensayos solicitando una rectificación de las FARC en ciertos aspectos, siendo uno de ellos la política de secuestros. Incluso, algunos aspectos vinculados problemas tácticos vinculado con las nuevas tecnologías militares, especialmente vinculas con los sistemas satelitales y el uso de la tecnología informática.
Surge un nuevo diálogo y Uribe reclama un puesto y tratará de excluir a las FARC para con temas procedimentales y la tranca sobre la justicia transicional intentar borrar 4 años de negociaciones, ¿arrinconar a las FARC, buscar caminos para destruirlas colocándolas a la defensiva, con líderes al descubierto para asesinarlos?
Santos ha ratificado el cese al fuego. Pero, ¿son imposibles concesiones de Santos a las presiones de Uribe? La derecha y la campaña mediática quieren ver a las FARC asesinadas o presas. Las negociaciones pueden tomar un nuevo giro para arrinconar a las FARC. Ellas deberían denunciar a Uribe y convertirlo en objeto de la justicia transicional. (Después de escrito este artículo Santos estableció que el cese al fuego termina el 31 de octubre, lo que generó una pertinente pregunta de las FARC "¿Entonces, continúa la guerra?". El presidente Maduro emitió una firme declaración ordenando tomar medidas de emergencia en la frontera ante la posibilidad de que continúe la guerra e instó al presidente Santos a respetar los acuerdos de La Habana y prorrogar el cese al fuego de manera indefinida).
El sujeto del plebiscito son las víctimas, que votaron aplastantemente por el Sí. El No, gana en regiones alejadas del conflicto, con peso clave de la oligarquía y de la dictadura mediática. Son las víctimas las que deben acusar a los responsables de la violencia, son ellas las que deben hablarle a los abstencionistas. Dirigirse a la ONU y demás instituciones internacionales. Las FARC deberían completar su autocrítica y reiterar la petición de perdón hermanándose con las víctimas.
La autocrítica de las FARC debe ser absolutamente sincera. Es necesario derrotar la guerra mediática centrada en que los acuerdos de La Habana significan impunidad para los delitos de las FARC
El pueblo de Colombia debe tomar las calles de manera absolutamente pacífica para reclamar el cumplimiento de los acuerdos de La Habana y rechazar las presiones de Uribe fundadas en la venganza y la siembra del miedo. Las FARC no van a aceptar la renegociación. Si Santos unilateralmente ratifica la suspensión del cese al fuego, ¿eso significa que se pueden promover encuentros armados con las FARC? ¿Se trataría de un chantaje sobre las FARC? Presumiblemente, las FARC, para realizar consultas a través la conferencia guerrillera organizada urgentemente antes de la firma de los acuerdos de La Habana realizada en Cartagena, tuvo que flexibilizar medidas de seguridad y protección. Presumiblemente también, los movimientos y la realización misma de la reunión, fueron monitoreadas por la CIA quien en la actualidad debe poseer información muy sensible sobre la seguridad de la guerrilla y sus mandos operacionales. ¿Pretende ahora Santos –probablemente cediendo ante las presiones de Uribe- montar un chantaje sobre las FARC amenazándoles con golpes demoledores contra su estructura militar, sino aceptan renegociar puntos sensibles de los acuerdos? ¿Simultáneamente, buscar la generación de conflictos internos entre los militantes y cuadros medios de las FARC y sus máximos dirigentes por considerar que no se previeron las tradicionales trampas de la oligarquía colombiana, la que ahora envalentonada con el triunfo del No, puede amenazar con la destrucción de las FARC? La interrupción del cese al fuego, que si Santos ratifica la fecha del 31 de octubre para su finalización, ¿podría materializarse mediante operaciones encubiertas usando a los paramilitares? Todo esto es muy complejo y probablemente imprevisible.
La oligarquía colombiana siempre ha aspirado a las destrucción de las FARC, nunca ha aceptado negociaciones, por eso como ya ocurrió en el pasado, en los tiempos del exterminio de la Unión Patriótica, esa oligarquía lo que ha hecho es aprovechar las negociaciones para tratar de llevar a cabo la "solución final": el exterminio definitivo de las sectores patrióticos.
Uribe es fiel representante de esa tradición y puede estar viendo claramente, que con el triunfo del No, las FARC, como nunca antes, pueden haber quedado expuestas a un eventual intento de aniquilamiento o debilitamiento extremo, no simplemente militar sino político. Ese es el sueño de Uribe, pues este desenlace puede tener efectos serios para las próximas elecciones presidenciales creando las condiciones para la derrota del candidato de Santos y el triunfo del candidato uribista, lo que representaría colateralmente una amenaza para Venezuela.
¿Y si esta perspectiva se estuvo pensando previamente ante la eventualidad del triunfo del No como resultado del plebiscito? Obviamente, sea cuál sea el resultado de estas, mis presunciones, sin duda EEUU ha estado detrás de todos estos planes. Como se dice, amanecerá y veremos.
Tengo la seguridad de que las FARC no se rendirán. Desafortunadamente, si la paz se frustra ahora, la violencia será mayor y parafraseando al poeta César Vallejo en una referencia que él hizo a la guerra civil española, me atrevería a decir: si Colombia cae, niños de Colombia y de la región latinocaribeña como vais a dejar de nacer... Pero todas estas son presunciones de alguien que se ha pasado los años y no se ha rendido nunca ni se rinde, viendo como el poder mundial se las viene arreglando para frustrar la paz y radicalizar la violencia. Hablo transido de dolor por los muertos del Mediterráneo y el dolor de los niños y jóvenes de Siria.
Observen cómo Rusia se ha negado a aceptar el chantaje y las amenazas de guerra y lo que ha hecho es reforzar sus aprestos militares en Siria y desafiar a EEUU. ¿A dónde llegaremos? Desde el Medio Oriente se puede extender una llamarada que incendie al planeta en correspondencia con los designios imperiales. Yo no me resigno. Creo en José Martí: "Es la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz". La luz de la paz. En los momentos más difíciles, oscuros, hay que seguir apostando por la paz. No hay otra opción. Probablemente, en Colombia y en Siria se está decidiendo el futuro de la humanidad y el planeta. Estamos con el pueblo de Colombia y los pueblos del mundo.