Evidente, de Perogrullo como diría José Vicente Rangel Vale (JVR), Donald Trump ha sido elegido por el voto popular expresado, indirectamente, por los votantes, aquellos votantes permitidos estadounidenses, en las pasadas elecciones presidenciales donde resultaría como la perdedora la señora Hillary Rodham Clinton por la voluntad popular y divina, como debe ser. Es decir, tan legítimo es el Presidente electo, Donald Trump, como lo es el Presidente constitucional, en ejercicio, Nicolás Maduro Moros, claro, con las consecuencias lógicas de las calidades objetivas de las diferencias conceptuales que se expresan entre la Democracia Representativa de tercer nivel y la Democracia Participativa de expresión directa, secreta, popular y libre como son las elecciones criollo-nacional-venezolanas. Pero ese no es el tema de estas cortas líneas, verdaderamente, cortas, por ahora, claro.
En ese orden de ideas, nos parece que a nos no nos cuadra esa matriz de opinión profundamente negativa en contra de la elección y resultado ganador de Donald Trump que se ha generalizado tanto a lo interno de la sociedad estadounidense como en las sociedades comunitarias europeas y en medios políticos y de medios de comunicación globales con los correspondientes periodistas adscritos a las tesis anti-Trump.
Decimos que no nos cuadra por aquello del tan cacareado respeto a la voluntad popular nacional de y en cada país, gobiernos y sociedades cuales, en los últimos años, es decir, desde que Hugo Rafael Chávez Frías ganara, legítimamente, sus primeras elecciones y sucesivas según la norma constitucional y jurídica en aquellos tiempos desde el año 1998 como, así mismo, desde el triunfo legítimo y constitucional-y-jurídico de Nicolás Maduro Moros, se han dedicado, hasta el cansancio, a exponer, promover, expresar, conspirar, imponer la supuesta ilegalidad del triunfo de ambos líderes revolucionarios bolivarianos venezolanos. Es decir, pareciera que no es un asunto del ejercicio electoral sino tanto de quien es el candidato triunfador como de la propuesta de Estado tanto del ganador como en su programa de gobierno tanto para Venezuela como para los EEUU de América; claro esa matriz debemos incluirla para los países del ALBA y movimientos sociales de izquierda donde ellos se expresen tanto en libertad como bajo normas legalizadas represivas como, por ejemplo, en la colonia aquella que fuera en algún momento histórico un imperio donde no se ponía el sol.
Es democrática la crítica en democracia, ella es sana, necesaria pero debe exponerse, con la prudencia del caso, en el marco del análisis lo más cercano a la objetividad, en función del contexto global temporal, cuando ella, la elección, en función constitucional de la democracia expresada, se exprese y, en consecuencia, debe acatarse en su estadio primario; otra cosa es cómo esa elección se manifieste en sus elegidos en el marco de la Constitución y las leyes.
En las elecciones próximo pasadas que se sucedieron en la sociedad estadounidense hemos podido conocer los variados caminos empedrados que se han caminado para evitar, por cualquier medio conocido y secreto, la elección indirecta del candidato del Partido Republicano estadounidense en la persona de Donald Trump.
Claro, en considerando la tan cacareada "democracia americana (sic)" como modelo no solo global-mundial sino en el marco de lo temporal-capitalista como expresión última de la Voluntad Divina y de los Padres Fundadores; la verdad, nos no entendemos un carrizo, como se diría en los antañones momentos caraqueños de antes, o sea, en los pretéritos tiempos cuando el vocabulario popular de los invisibilizados no se encontraba presente en las expresiones de bien.
En ese orden de ideas, sí los resultados electorales estadounidenses en conversa en este texto hubieran resultado a favor de la señora Hillary Rodham Clinton los actuales escenarios anti-Trump, anti-legalidad-electoral, los escenarios anti-Rusia-Putin, evidentemente, no se estarían exponiendo a troche y moche a lo largo y ancho del territorio estadounidense y allende las fronteras continentales americanas. Todo sería de color de rosa y la "nueva política Obama" (JVR dixit) se estaría exponiendo en aquellos escenarios donde los gobiernos no han sido bendecidos por las tesis de los Padres Fundadores, por los contenidos de los muy cortos pero precisos artículos de la Constitución original estadounidense con sus correspondientes interpretaciones que se han incorporado desde aquellos momentos cuando, paulatinamente, el gobierno de Washington fuera expandiendo "su doctrina terrófaga e imperial de camino hacia su praxis imperialista".
Lo inmediato anterior, es decir, la contradicción actual que se está exponiendo a lo largo y ancho del territorio estadounidense es muchísimo más delicada, más grave, mucho más importante que el "ataque a Pearl Harbour" realizado por el imperio japonés en aquel 7 de diciembre del año de 1941, en considerando que dicha contradicción no solo está incursionando en "lo real-social" estadounidense como en el estamento político y económico-financiero pero, fundamentalmente, en la concepción ideológica de la actual interpretación tanto del capitalismo estadounidense en el concepto de la relación "imperio-imperialismo" en el marco de la actual reingeniería del sistema capitalista, fundamentalmente, nacional-estadounidense como en sus consecuencias objetivas mundiales no solo para los "socios y aliados" como en gobiernos de izquierda en expresión actual, fundamentalmente, en América Latina, Centroamérica y El Caribe como en Rusia y China; es decir, el gobierno de Donald Trump introducirá variables a la "nueva política Obama" en función de "su política de cierre de fronteras".
No, no estamos exagerando, es la purita realidad actual la que se encuentra en curso en los Estados Unidos de América por lo cual es de obligada responsabilidad su análisis y exposición publica para la discusión a los más altos niveles de responsabilidades gubernamentales a lo largo y ancho del globo terráqueo pero fundamentalmente en nuestro entorno revolucionario.
Cuando analizamos algunas variables expuestas por Donald Trump percibimos que tiene objetivos muy claros por definidos. En primer lugar, Trump considera que la economía de México ha perjudicado y perjudica a la economía estadounidense; en segundo lugar, debe realizar una reingeniería profunda en sus relaciones con la República Popular China; en tercer lugar, deberá redefinir las relaciones en actual crisis muy seria con Vladimir Putin y, en consecuencia, con la Política de Estado actual en curso en Rusia lo cual significa que el desarrollo de sus relaciones con la Comunidad Europea "sufrirán" una profunda crisis aún más importante y profunda que la actual en desarrollo como podemos percibir en declaraciones públicas de voceros oficiales tanto de la Comunidad Europea como de líderes nacionales, exceptuando, evidentemente, a don Mariano Rajoy.
Pero lo fundamental de la política nacional-estadounidense que desarrollará Donald Trump estará enfocada en la recuperación nacional de la economía estadounidense "al mejor estilo de la post-guerra" y sobre la base ideológica del "new-american-way-of-life". En ese marco como referencia que percibimos la muy inteligente medida "consultada al poder popular" en Gran Bretaña sobre su permanencia como miembro fundamental en la Comunidad Europea, brexit, como la declaración muy reciente del Canciller Johnson de llamar a unas negociaciones para poder alcanzar un acuerdo de libre comercio como primera prioridad, claro, británica, en las relaciones bilaterales ("…Boris Johnson: UK 'first in line' for free trade deal with US…". https://www.theguardian.com/politics/2017/jan/09/boris-johnson-holds-warm-and-frank-talks-with-trump-aides). En ese marco solamente es necesario tener que y deber analizar el significado de las decisiones del Presidente Mauricio Macri de no incluir en el mapa de Argentina a Las Malvinas como territorio argentino (se lo corrigió el error (sic) posteriormente).
Consideramos que como "abre-boca", es decir, aperitivo, lo ante-expuesto es suficiente como para comenzar a reflexionar que lo que nos viene es joropo con fandango.