Estados Unidos entre el peligro devastador y una revolución que los reivindique

Traemos en este momento a aporrea, dos párrafos de lo que escribió Tom Engelhardt, administrador de TomDispatch.com y autor del libro Shadow Government (El gobierno invisible): ¿Ha sido el 8 de noviembre un nuevo 11 de septiembre? Estados Unidos, el país más peligroso de la Tierra, en una traducción del inglés al español de Carlos Riba García para Rebelión y el propósito es mostrar una visión que se tiene de lo que podría –un supuesto- acarrear el gobierno de Donald Trump y, por otra parte, –otro supuesto- la posibilidad de que los estadounidenses hagan una revolución.

"Todo lo demás que pueda hacer la administración Trump, incluso introducirnos en un periodo de autocracia estadounidense, formaría parte inherente de la historia de la humanidad. Los despotismos vienen y van. Los déspotas surgen y mueren. Las rebeliones estallan y fracasan. Las democracias un día funcionan y un día dejan de funcionar. La vida continúa. Sin embargo, el cambio climático no tiene nada que ver con todo eso. Puede formar parte de la historia del universo, pero no de la historia humana. En cambio, puede ser un factor decisivo en la Historia. Lo que nos haga la administración Trump en los venideros años puede dar lugar a un periodo muy negro pero será algo pasajero, al menos en comparación con la posible desestabilización total de la vida sobre la Tierra y de la historia tal como las hemos conocido en los últimos miles de años".

Lo anterior, "…por supuesto, eclipsa al 11-S. En última instancia, el triunfo electoral del 8-N podría llegar a ser el impacto de una vida, de cualquier vida, durante muchísimos años. Este es el peligro que está ante nosotros desde ese día; no nos equivoquemos, puede ser devastador".

Ya hemos estado viendo por la televisión y leyendo algunas noticias en torno a lo que ha estado sucediendo en los Estados Unidos, con gigantescas manifestaciones, protestas de hispanos, de musulmanes, de gays, de mujeres, de pobres y de personas que califican de fascismo la llegada de Donald Trump al poder en esa nación.

El partido comunista estadounidense, cuyo accionar siempre ha estado escondido por los grandes medios, en su página de internet llama a la revolución. El mensaje del Comité Central del Partido Comunista Revolucionario de Estados Unidos lo primero que dice en su página Revolución es "Ya es hora de organizarse para una revolución concreta" y más adelante:

"El Partido Comunista Revolucionario viene organizando ahora con el fin de derrocar el presente sistema a la mayor brevedad posible. Se prepara para liderar una revolución concreta a fin de hacer nacer una sociedad radicalmente nueva y mejor: la Nueva República Socialista en América del Norte.

El problema: el presente sistema.

El presente sistema conduce a los refugiados e inmigrantes a la explotación, el horror y la muerte. El presente sistema libra brutales guerras de matanza. El presente sistema destruye el medio ambiente. El presente sistema encierra a generaciones de jóvenes negros y latinos, con brutalidad y encarcelación e incluso el asesinato — o si no, los engaña para que se peleen y maten unos a otros, cuando es preciso que luchen contra el verdadero enemigo. El presente sistema condiciona a los hombres de modo que les falte el respeto y brutalicen a las mujeres, cuando es preciso desencadenar la furia de las mujeres para la revolución. Hay que derrocar el presente sistema — el capitalismo-imperialismo.

La solución:

¡Revolución, y nada menos! Una revolución en la que millones de personas enfrenten, derroten y desmantelen a las fuerzas armadas de represión violenta del sistema. Una revolución que establezca un poder completamente nuevo, con una economía diferente y maneras diferentes en que las personas se relacionan entre sí.

El objetivo de este nuevo poder revolucionario es el comunismo: un mundo en el que las personas ya no estén divididas entre ricos y pobres, amos y esclavos, gobernantes y gobernados. Que ya no se peleen y maten unos a otros, sino que trabajen juntos por el bien común. Que ya no estén atrapadas en la ignorancia, sino que conscientemente conozcan, y cambien, el mundo. Que ya no destruyan la Tierra, sino que actúen como sus guardianes. Lo anterior es posible, la humanidad ha desarrollado las bases para tal mundo; es el sistema del capitalismo el que lo impide.

Y por allí anda direccionando esas posibilidades Bob Avakian (BA). De acuerdo a lo que dice la página web Revolución, Avakian es el líder del PCR y "… ha desarrollado la teoría científica a un nivel de calibre mundial. A la vez, BA entiende profundamente y se conecta con los más oprimidos.

BA explica por qué la realidad está como está, y cómo la gente puede cambiarla hacia lo mejor. Ha aprendido de los logros y deficiencias de las anteriores revoluciones, y ha desarrollado un enfoque mucho más científico de los grandes problemas ante la humanidad. Se trata de la nueva síntesis del comunismo.

BA ha desarrollado respuestas a por qué no es posible reformar el presente sistema... cómo las fuerzas revolucionarias podrían crecer de débiles a fuertes, y derrotar en concreto al enemigo... cómo, de ahí, las personas podrían construir una nueva sociedad en el camino a la emancipación de la humanidad por todo el mundo... y cómo librar las luchas de hoy a fin de alcanzar tal objetivo.

La dirección de BA es una enorme fuerza para la revolución: a la que seguir, de la que aprender, a la que defender".

Hace varios años, en uno de nuestros artículos habíamos planteado esa posibilidad, la de que en EE.UU, se diese un proceso revolucionario. Hoy día, es una realidad que está allí.

Los estadounidenses (una población multirracial) no solo saben de injusticias en esa nación, sino que las han vivido. Los ciudadanos de color, los hispanos, los musulmanes, los japoneses, etc. etc., saben lo que es un apartheid pues lo han vivido, también saben de agresiones, porque las han sufrido y también saben de exclusiones porque han sido excluidos y, como es reconocido, saben de injusticias porque las han padecido. Hoy, ese país tiene más de 40 millones de personas pobres, hay miseria en las calles, desempleo, personas que perdieron sus casas y autos y viven en carpas y muchos desastres.

Todo lo que allí ocurra es un asunto de sus ciudadanos y compete a ellos decidir su destino, igual que los venezolanos manejamos nuestros asuntos, nuestras dificultades y nuestros sueños.



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Pedro Estacio


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